domingo, 22 diciembre 2024 - 23:42

Ganó el SUTNA, ganamos todos. La dura derrota de los charlatanes

Con el pomposo título La dura derrota del gremio izquierdista del neumático…, el portal conservador MDZ amalgamó una sarta de mentiras, a tono con la campaña reaccionaria desplegada desde arriba y amplificada en los grandes medios para debilitar el conflicto, demonizar al SUTNA y la izquierda y, sobre todo, tratar de que no se transforme en un caso testigo para las peleas en curso y las que vendrán.

En la nota de marras, el periodista Horacio Alonso dice que la propuesta fue prácticamente la misma que se hizo desde un principio, que el conflicto se prolongó innecesariamente por la intransigencia del sindicato, que se terminó aceptando porque el SUTNA estaba “acorralado” y había malestar entre los trabajadores.

Falso. Quienes no movieron la propuesta, aun teniendo ganancias récord y polarizaron adrede la situación fueron las patronales. No pudieron doblegar la pelea durante todo ese tiempo, y cuando se lanzó el paro indefinido no aguantaron ni una semana la presión obrera. Y si bien la propuesta no es exactamente la que formularon los trabajadores, es claramente superadora e incluye cláusulas gatillo (que niegan en los demás sectores privados y estatales) y coloca a los salarios por encima de la inflación. Para información de estos señores, la propuesta fue aprobada por unanimidad en una masiva y representativa asamblea y celebrada por el conjunto del gremio.

Si embargo, lo que hace sangrar por la herida a estos escribas del capitalismo es el otro lado del triunfo, el más estratégico: quien lo encabezó fue una dirección del sindicalismo combativo, un sindicato recuperado e identificado con la izquierda que fue también quien se jugó por sostener y rodear de solidaridad la pelea, ante la ausencia de otros sectores sindicales y políticos.

Por eso en la nota no faltaron las diatribas reaccionarias contra la izquierda trotskista y los métodos de lucha de la clase obrera y el reconocimiento de que el gobierno tiene una politica preventiva en algunos gremios para cerrar paritarias y evitar el desarrollo de conflictos, aunque esos dirigentes no muevan un dedo. En este caso fue diferente. Porque se trata de un gremio industrial referenciado en un modelo sindical combativo y la izquierda.

En realidad, tanta charlatanería no deja de ser una demostración de bronca e impotencia ante el contundente triunfo de los trabajadores que le doblaron el brazo a las empresas y al gobierno, a la vez que señalaron un camino de lucha que contrasta con la burocracia sindical, cómplice de las patronales y felpudo del gobierno. El sindicalismo combativo triunfó sobre el modelo burocrático.

Esta campaña que bien refleja MDZ tuvo como actores a un frente común entre las patronales, la derecha, el gobierno y la burocracia sindical. En la vereda de enfrente de los trabajadores estuvo el Ministerio de Trabajo jugando con Fate, Pirelli y Bridgestone y defendiendo sus ganancias. Estuvo Massa que atacó a los trabajadores, amenazó con importar y luego tuvo que recular. Estuvieron Bullrich, JxC y los liberfachos de Milei, pidiendo que le saquen la personería al SUTNA, metan a la cárcel a los activistas y hasta la ridiculez de ofrecerse como carneros. También la lacra cegetista de Daer y compañía, que le pidieron al gobierno “dureza” con los gremios de izquierda. Y en los medios, donde los dinosaurios de siempre replicaron esta campaña reaccionaria se llegó a ventilar la necesidad de “intervenir” a los sindicatos combativos y de izquierda. También la reforma laboral regresó con nombre y apellido a la agenda del plan de ajuste.

La fuerza de los trabajadores, la contundencia del paro y las movilizaciones y -mal que les pese- de la izquierda sindical, los piqueteros y toda la izquierda política que estuvo apoyando logró quebrar este cerco de mentiras que, por supuesto, se va a reciclar, ante la contundencia del triunfo, ahora para tratar de minimizarlo y desnaturalizarlo. Porque hay decenas de conflictos en curso, muchos autoconvocados por la defección de las direcciones burocráticas o dirigidos por sindicatos recuperados y la izquierda. Los docentes de diversas provincias, ahora con la contundencia de los santafesinos con sus paros y marchas masivas. El equipo de salud de CABA, con la enfermería de ALE y la APyT y el conjunto de los trabajadores del Garrahan, la CICOP de Pcia. de Buenos Aires por el pase de la miles de enfermeras a la carrera. Los estatales arrancaron asimismo un paro nacional y la caldera acumula presión. El conflicto del SUTNA, al haberse ganado sin vueltas, por su carácter industrial, la combatividad y el peso de la izquierda, puede marcar un punto de inflexión.

Uno de los grandes golpeados por esta lucha es la burocracia. La que viene aislando los conflictos y atacó esta pelea. Pero también la dirigencia que se limitó a una adhesión de compromiso. Porque si se hubiera dado un apoyo activo de los dirigentes sindicales metalmecánicos, camioneros, de la CGT y las CTA, un paro nacional y un plan de lucha, seguramente se hubiera ganado antes. Pero prefirieron cerrar filas con el gobierno que fomenta su modelo sindical burocrático. Le tienen terror a las asambleas soberanas, a la movilización, a llevar la pelea hasta el final, a que avance una nueva dirección clasista.

Cuando se les acaba el libreto a los detractores viene la confesión de parte: “En la Casa Rosada hay una fuerte inquietud de fondo: que no se genere un efecto contagio entre los gremios más combativos que podrían replicar la metodología intransigente de SUTNA para canalizar sus reclamos salariales. Frente a la escalada de la inflación, con una conflictividad cada vez mayor en la calle y en temporada alta de negociaciones paritarias, el riesgo de desmadre es alto.” (La Nación, 1/10/22)

Claro, en un análisis más profundo, el diario de cabecera del establishment argentino fue al hueso: “El conflicto del neumático rediseña los manuales de negociación y conflictividad”, reconociendo una honda preocupación, del gobierno y las patronales por los avances de la izquierda sindical en los conflictos y dirección de sectores y el desprestigio y crisis de la burocracia tradicional y su correlato en el terreno político. 

El desarrollo de una nueva dirección sindical de lucha aparece como posible. Y ante un gobierno que con Massa y el ajuste del FMI le viene robando la agenda a la derecha, también la izquierda emerge más fuerte para postularse como alternativa como venimos planteando desde el MST y el FIT Unidad.

Hay una disputa abierta. Ellos no pueden permitir que crezca la renovación sindical democrática y combativa. Necesitan sostener a la vieja dirigencia atornillada a los sillones, una de las patas necesarias para volver a intentar algo que les está costando: un pacto de paz social que cimente al ajuste del FMI. Y, en definitiva, algo que les cuesta más aún: normalizar el país en los marcos del capitalismo.

Pero ganó el SUTNA y ganamos todos. Se nota.

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