En medio de aumentos récord en la cantidad de casos de Covid-19, el miércoles 26 de mayo el presidente Alberto Fernández se reunió con su homónimo de la Conmebol, Alejandro Domínguez, para establecer los “protocolos” para la Copa América a realizarse en nuestro país. ¿Hay protocolo aplicable a esta situación sanitaria?
El ‘juegue, juegue’ de la Conmebol
No es de extrañar la postura de la Conmebol que prioriza la continuidad de las competiciones sobre todas las cosas. Es así como esta copa que originalmente iba a tener como coanfitriones a Colombia y a Argentina, sigue su rumbo en medio de la situación de brutal represión que sufre el pueblo colombiano a manos del ajustador Duque, siendo de alguna manera sus cómplices. Por otro lado, si bien nuestro país no está en una situación de crisis política y social insostenible como Colombia, está en el momento más crítico de su crisis sanitaria que obligó al gobierno a avanzar en un confinamiento que, sin embargo, todavía no ha surtido ningún efecto ya que al día de hoy seguimos con cifras diarias muy altas de contagios y muertes, y encima desde el lunes habrá nuevas aperturas. En este marco ¿Qué tan necesaria es la exposición que implica la realización de la copa?
¿Esencial? ¿Para quienes?
A muchísimos fanáticos nos llena de ilusión este tipo de eventos, pero en situaciones como la que atravesamos, también nos genera todo tipo de preguntas. Teniendo en cuenta la suspensión de muchas actividades por las restricciones que llevamos adelante con distintas aperturas y cierres; ¿es la Copa América más importante que los trabajadores informales? ¿Por qué se puede llevar adelante una competición de estas características mientras los sectores populares se ven afectados por el cierre de sus fuentes de ingreso sin ayuda estatal garantizada? Esta cuestión va más allá del fútbol como deporte o espectáculo. Es el formato de negocio el que se va profundizando. Y esto no solo aplica para la Conmebol sino que también se puede analizar el uso electoral que tiene la realización de este evento, que ha sido presentado como la última competición continental de Lionel Messi, con todo el peso que esto implica. El oficialismo juega muchas de sus fichas a la negociación con la Conmebol para que sea beneficiosa, de manera que organizar esta copa implique que la próxima competición se juegue nuevamente en Argentina, y esta vez con público, como mecanismo para atraer divisas. Tanto oficialismo como oposición (incluyendo a los gobernadores de las provincias con sedes) van a ir midiendo su discurso con respecto a este tema de forma oportunista dependiendo como varíe el humor social y como lo puedan aprovechar para las elecciones de este año.
La Copa Libertadores como ejemplo de funcionamiento
Decimos esto, luego de haber visto como a la Conmebol no se le pasa ni por la cabeza la preservación de la calidad del espectáculo por sobre las estipulaciones empresariales. Se aprecia claramente en la Copa Libertadores que organiza a nivel de clubes. En esta copa, la Conmebol permitió que se jueguen algunos partidos que debieron ser frenados durante varios minutos por la presencia de gases lacrimógenos en el aire, otros directamente tuvieron que cambiar de sede (inclusive fuera de su país) por esta situación de inestabilidad política y hasta se obligó a que se disputen partidos atípicos con equipos repletos de ausencias por brotes de Covid-19.
Vacunas, protocolos y burbujas de jabón
Por otro lado, todas las delegaciones por exigencia de la Conmebol deben haber arrancado el proceso de vacunación para participar, utilizando vacunas conseguidas por las federaciones nacionales o las suministradas por la propia Conmebol, que son las vacunas SINOVAC, todavía no aprobadas en el país. Que las delegaciones estén vacunadas ¿quita el riesgo de que contagien a cualquier trabajador que esté vinculado a la realización de este evento?
Los formatos de burbujas y las medidas de prevención llevadas adelante no han funcionado en innumerables casos, teniendo que hoy lamentar la muerte del chofer del micro de River que se había contagiado en el brote de casos de Covid que tuvo River, en las últimas semanas. De tal forma que es imprescindible por encima de los negocios millonarios de unos pocos, cuidar la vida de jugadores y de todo el personal de trabajadores de cada club. Evitar todo tipo de eventos que permitan que se siga esparciendo el virus. Es menester volver a fase 1, suspender toda actividad que no sea esencial, garantizar salarios dignos para todes y otorgar IFE mensuales no menor a los $40.000 y demás ayudas económicas para todos los trabajadores informales y desocupados. A su vez, es necesario aumentar el presupuesto destinado a salud y declarar de utilidad pública las vacunas que se producen en el país para hacer un verdadero plan de vacunación y de esa manera poder volver lo antes posible a disfrutar eventos de estas características, sin que estos sean parte del peligro que hoy significa el Covid-19.
Marcelo Granate