viernes, 3 enero 2025 - 00:19

Fútbol femenino. El caso Jorge Martínez y el Consejo de Fútbol de Boca

Abuso, encubrimiento y la deuda del deporte con la igualdad de género

El fútbol, espacio históricamente hegemonizado por los hombres, enfrenta una de sus pruebas más duras en Argentina. Las denuncias por abuso sexual contra Jorge Martínez, exdirector técnico del equipo femenino de Boca Juniors, y las recientes acusaciones de encubrimiento y falso testimonio contra integrantes del Consejo de Fútbol del club; Jorge Bermúdez, Marcelo Delgado y Raúl Cascini, revelan la urgente necesidad de democratizar y despatriarcar el deporte.

El caso continúa generando repercusiones, y recientemente, los miembros del Consejo de Fútbol de Boca Juniors se negaron a declarar tras ser citados a indagatoria el 26 de diciembre de 2024; debido a qué la citación prevista para el 19 de diciembre se postergó. Esta negativa, que forma parte de una estrategia legal, ha pospuesto el avance del proceso judicial hasta febrero de 2025, dilatando aún más la búsqueda de justicia en un caso que pone en tela de juicio las prácticas institucionales de uno de los clubes más importantes del país.

Florencia Marcó, víctima y denunciante, fue jefa de prensa del equipo femenino entre marzo de 2022 y enero de 2023. Según su testimonio, padeció abuso sexual, en reiteradas ocasiones, por parte de Martínez y alertó insistentemente al Consejo de Fútbol de Boca sobre la situación. Su clamor no solo fue ignorado, sino que su historia incluye que los dirigentes minimizaron las denuncias e intentaron desacreditarla durante el juicio que terminó condenando a Martínez a un año de prisión en suspenso por abuso sexual simple. De hecho, al día de hoy a la víctima la convocan para trabajar en el club, sin ningún tipo de medida para preservarla de los encubridores y expuesta a maltrato laboral.

El rol del Consejo de Fútbol y la falta de respuestas institucionales

El caso no solo desnuda la violencia de un entrenador sobre una trabajadora, sino también la complicidad de una estructura institucional que parece priorizar la protección de sus figuras masculinas sobre el bienestar y los derechos de las mujeres. La citación a indagatoria a los integrantes Consejo de Fútbol, el reciente 26 de diciembre, buscaba investigar si los dirigentes cometieron delitos de encubrimiento y falso testimonio, al ignorar las advertencias de Marco y dar declaraciones contradictorias en sede judicial.

Aunque desde Boca Juniors alegan haber licenciado a Martínez y no renovarle el contrato tras conocerse la denuncia, esta respuesta tardía no exime a los dirigentes de sus responsabilidades. La pasividad frente a las denuncias iniciales, sumada al intento de desacreditar a la víctima, demuestra cómo los espacios de poder siguen relegando la lucha contra la violencia de género en favor de mantener intactos los privilegios del patriarcado, en este caso porque “futbolísticamente al club le servía”.

También en este marco es alarmante la utilización política de este hecho para la disputa política dentro del club. Una posición que está más cerca del oportunismo y lejos de plantear medidas concretas para despatriarcalizar el club.

Un sistema deportivo patriarcal que perpetúa la impunidad

Este caso no es un hecho aislado. Es el síntoma de un sistema deportivo profundamente desigual, donde las mujeres no solo enfrentan barreras para ingresar y mantenerse en sus profesiones, sino también sufren la violencia y el silencio cómplice de las instituciones que deberían protegerlas. Lamentablemente el abuso, acoso laboral, violencia, siguen siendo en diferentes casos y en diferentes clubes la moneda corriente que sufrimos las mujeres a diario en esta sociedad, por eso no es de sorprender que estructuralmente haya instituciones que reflejen lo más patriarcal de esta sociedad. Seguramente hay hinchas de Boca Juniors decepcionados por el actuar institucional de su dirigencia frente a este caso y exigen que se haga justicia.

Estas situaciones no son exclusivas de un solo club. Un ejemplo reciente es el caso ocurrido en el Club Atlético Independiente. En septiembre de 2024, una empleada administrativa encargada del fútbol femenino del club denunció haber sido víctima de abuso sexual por parte de un empleado vinculado al plantel masculino de Primera División. Según lo informado, el incidente ocurrió en el predio de Villa Domínico, un espacio destinado al desarrollo y entrenamiento de los equipos del club.

Tras conocerse el hecho, Independiente activó su protocolo de género, una herramienta fundamental que muchos clubes han implementado en los últimos años para atender estas situaciones. Sin embargo, este caso plantea preguntas urgentes sobre la efectividad de estos mecanismos preventivos y sobre la cultura institucional en el ámbito deportivo.

Este episodio no solo subraya la importancia de generar espacios seguros para las mujeres en el deporte, sino que también muestra que el problema es estructural y trasciende a una institución en particular. Es imprescindible que todos los clubes asuman una postura proactiva frente a estas situaciones, priorizando la formación en perspectiva de género y la contención adecuada de las víctimas.

Este ejemplo refuerza la necesidad de que la justicia y las autoridades deportivas no solo se ocupen de las sanciones correspondientes, sino que impulsen un cambio sistémico para prevenir futuros abusos y construir un fútbol verdaderamente inclusivo y seguro para todas.

La perspectiva de género y el feminismo han logrado algunos avances significativos en los últimos años, pero aún queda mucho por hacer. Este caso expone la urgencia de implementar políticas efectivas en todos los clubes deportivos, como protocolos claros de actuación ante casos de violencia, comisiones de género con poder real; no con representaciones de cartón como es el caso de la dirigente Adriana Bravo, quien también quedó involucrada como responsable del departamento de Género e Igualdad del club y nada hizo cuando Flor Marcó le conto lo que sucedía. Y por supuesto la necesidad de medidas concretas que garanticen entornos laborales seguros.

La complicidad del silencio: un llamado a la justicia

El fútbol argentino no puede mirar hacia otro lado. El Consejo de Fútbol de Boca, está bajo escrutinio. Si la justicia confirma el encubrimiento, no solo deberá haber sanciones ejemplares, sino que también se abrirá un debate sobre la ética y las responsabilidades en el manejo de poder dentro del deporte.

Florencia Marcó representa a miles de mujeres que, en todos los ámbitos, enfrentan violencia y silencio. Su valentía al denunciar no solo a su agresor, sino también a las instituciones cómplices, debe ser acompañada por un reclamo social más amplio: el fin de la impunidad en el deporte y en todos los espacios de la sociedad.

El feminismo y los movimientos populares han demostrado que otro fútbol es posible. Un fútbol donde las mujeres y disidencias no solo puedan jugar, trabajar y ser escuchadas, sino también construir espacios libres de violencia. El caso de Jorge Martínez y el rol de integrantes del Consejo de Fútbol de Boca es una oportunidad histórica para avanzar hacia ese horizonte. La pelota, hoy más que nunca, está en nuestra cancha. Las hinchas de Boca y en particular las pibas que siguen y son parte del fútbol femenino que tiene un buen desarrollo deportivo en este club, merecen saber toda la verdad de este caso y que se haga justicia. 

Abril Ledesma

Noticias Relacionadas