lunes, 23 diciembre 2024 - 03:34

¡Fuera Mekorot!. Radiografía de los responsables del apartheid del agua en Palestina

Durante las últimas semanas la Franja de Gaza ha sido un escenario de catástrofe. Bombardeos, miles de asesinados, entre ellos mayormente mujeres y niños, desnudan la política criminal del Estado sionista de Israel. Más allá de lo enumerado, el panorama se completa con otros crímenes de lesa humanidad, como el apartheid del agua con Mekorot en el centro de esta tortura generalizada a todos los gazatíes. Una empresa que se expande en el mundo practicando una nueva forma de colonialismo extractivista. En Argentina ya está, ahora la tenemos que echar.

En gran parte de las redes sociales y los medios que combaten la propaganda sionista, circularon fotos y videos en donde niños festejaban la temporada de lluvia que, en el medio del genocidio, llegó a la Franja de Gaza. Esta algarabía, en medio del terror desatado por parte del ejército israelí, se entiende por otro de los crímenes de guerra que comete el sionismo, pero que a la vez es una práctica que lleva largo tiempo: el apartheid del agua. Bajo el auspicio de la empresa Mekorot, el gobierno de Benjamín Netanyahu controla y niega el acceso al agua dulce a gran parte de la población palestina. Más allá de las denuncias que recaen sobre la firma por distintos organismos mundiales, Mekorot avanza en el mundo con su lobby y, desde hace un tiempo, llegó a nuestro país.

En este artículo queremos hacer una radiografía de la misma, contando qué hace en su lugar de origen, qué intenta hacer en el mundo y cuáles son sus planes en Argentina.

Mekorot, su nacimiento

La compañía estatal israelí, Mekorot Israel National Water Co., conocida como Mekorot a secas, tuvo su origen en el año 1937. Sus primeros pasos fueron en forma de consultora, que luego devino a firma estatal en 1948 cuando se fundó el Estado artificial de Israel en territorio palestino. Una herramienta planificada desde el minuto cero para conjugarse con la política expansionista y de limpieza étnica que el sionismo comenzó con la Nakba y que continúa hasta hoy en día.

Con el pasar de los años desde su fundación, mientras Israel avanzaba sobre territorio ajeno, Mekorot funcionó como un engranaje más de la política de apartheid, en este caso del acceso al agua. En noviembre de 1967, una vez ocupados los territorios lindantes con la orilla occidental del río Jordán, el ejército de Israel promulgó una Orden Militar, la número 158, en donde estableció que la población palestina se encontraba prohibida de realizar nuevas obras para el abastecimiento de agua dulce sin previo permiso de las fuerzas sionistas. Desde allí, hasta ahora, la empresa estatal israelí es quien se hizo de la potestad para la extracción de agua o la construcción de nueva infraestructura hídrica en toda la zona.

El concepto de apartheid del agua es así literalmente ya que la población palestina, desde el momento aludido, ha quedado sin posibilidad de realizar alguna obra, como la instalación de bombas, perforar pozos o lo que fuese para tener acceso al agua.

De esta manera, jugando con la necesidad del pueblo palestino y teniendo el control completo del suministro del agua, Mekorot se abrió paso a un mercado sobre este bien común. Pero, como es de público conocimiento, las ventas que Mekorot realiza a las empresas de suministro de agua palestinas están mediadas por la política del Estado sionista. Así obliga en muchos casos a la población de Cisjordania a tener que acceder al agua por medio de un mercado paralelo, en negro, donde el precio es sumamente elevado. Y, además, a sabiendas de la situación de que el suministro de agua en Gaza se encuentra contaminado entre un 90 y 95%, Mekorot se niega a dar suministro a la población.

En síntesis, como es obvio, Mekorot a la par de que los colonos y el Estado de Israel se fueron haciendo de las casas y territorios de los palestinos, fue avanzando sobre un bien común como lo es el agua, teniendo en su poder el 80% del agua potable de Israel y el 70% del abastecimiento de agua.

Un repudio internacional

Esta empresa del sionismo, más allá de contar con su aparato de lobby mundial, ha sido denunciada en diversas oportunidades por diferentes organismos internacionales. En la ONU existen dos informes que demuestran estos crímenes. Uno que data de 2013 y otro de 2014. En el primero se denuncia a Mekorot, junto a Mehadrin -empresa dedicada a la agroindustria- que fueron las responsables de secar pozos enteros en el Valle del Jordán. Además de hacer que casi el 90% de los recursos hídricos sólo sean de uso israelí. Y en el informe de un año posterior se denuncia a la empresa por hacerse del control del agua de la Ribera Occidental y negar directamente el suministro y acceso a la población palestina de la zona.

Una política criminal. Mientras la OMS recomienda que el uso de agua por persona sea de 100 litros diarios, Mekorot apenas admite 70 litros por persona para la población palestina. A la par, según los informes de la ONU que mencionamos, los colonos de Israel detentan un uso que quintuplica lo recomendado por la OMS.

Otra demostración de la colonización que Israel lleva a cabo en Palestina, en este caso por medio de la empresa de agua.

Una expansión internacional que llegó a Argentina

Todo lo dicho se conjuga con un avance internacional de la empresa que también alienta el negocio extractivista. Hoy ya se expandió por gran parte del mundo y con mucho interés ha desembarcado en América Latina. En nuestro país es particular, Wado De Pedro fue quien le abrió las puertas en el marco de una negociación patrocinada por el Consejo Federal de Inversiones (CFI) y que involucra a diez provincias (Mendoza, San Juan, La Rioja, Catamarca, Río Negro, Formosa, Santa Cruz, Santa Fe, Santiago del Estero y Chubut). La mayoría de las provincias dedicadas a la actividad de la megaminería, que se sabe es necesario tener control sobre las cuencas hídricas para la concreción de esta práctica contaminante.

Además, el avance en estos acuerdos, que por ahora son catalogados de “asistencia técnica y asesoramiento”, no es más que una mira a largo plazo por parte de Mekorot para avanzar aún más en la mercantilización del agua. Profundizar esta relación, con el prontuario de esta empresa ligada al genocidio palestino, no es más que rifar nuestra soberanía y profundizar un modelo de saqueo y contaminación al servicio de una matriz económica reprimarizada. En síntesis, mantener el Plan Maestro, como han denominado a la relación comercial con Mekorot que implica a las provincias mencionadas, es otorgarle el control de uno de los recursos más estratégicos a una empresa israelí que es denunciada a nivel mundial por restringir el suministro de agua a comunidades enteras.

Fuera Mekorot

Como en otras oportunidades hay una avanzada sobre el agua. Mekorot es una herramienta internacional, ligada al imperialismo de Estados Unidos, para privatizar los recursos hídricos y garantizar el acceso al agua para el complejo extractivista de las megamineras y la extracción de litio.

En este punto, desde La Libertad Avanza, fuerza del presidente electo Javier Milei, pasando por todas las fuerzas tradicionales, hasta el PJ, coinciden en la orientación como lo hacen con la defensa del Estado sionista de Israel en medio de la masacre que está cometiendo con la población de la Franja de Gaza.

Es tarea de los revolucionarios, como lo planteamos desde el MST en el FIT-Unidad y la Red Ecosocialista, romper relaciones con Israel y, también, cancelar cualquier acuerdo firmado con Mekorot y echar a la empresa de nuestro país. Ningún apartheid del agua puede pisar nuestro territorio, sigamos fortaleciendo la lucha en defensa de nuestros bienes comunes contra la avanzada extractivista.

1. La traducción de Mekorot, palabra de origen hebreo, es «fuente».

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