Han pasado 15 años del fusilamiento del maestro Carlos Fuentealba en Neuquén, Arroyito, en una protesta docente el 4 de abril de 2007. Asesinado por defender la escuela pública, los salarios docentes, un mayor presupuesto. Fusilado al reclamar a los gobiernos provincial y nacional, ante la complicidad de la burocracia docente, tanto en ATEN de Neuquén como en la CTERA e incluso de la CGT, que dejan aisladas las luchas educativas.
Por eso debería reivindicarse hoy el día del maestro, la maestra y maestres. Porque ese 4 de abril en la ruta, una descarga asesina, brutal, a quema ropa, le arrebató su vida. El dolor, la conmoción y el repudio fueron inmensos. En Neuquén y en todo el país, en un reclamo que cruzó fronteras. Pero pasaron los distintos gobiernos y el reclamo de justicia completa sigue pendiente.
Por eso hoy, a 15 años, seguimos exigiendo la cárcel para el ex gobernador Jorge Sobisch, y el juicio y castigo a todos los responsables materiales y políticos de su fusilamiento. ¡No olvidamos y no perdonamos! Porque salir a reclamar salarios, condiciones laborales y edilicias, no puede significar la muerte por represión policial, ordenada por Sobisch y el MPN neuquino.
Solo la lucha traerá justicia y por eso, desde ATEN Capital y demás Seccionales Multicolor de Neuquén, le siguen demandando a la cúpula Celeste de CTERA que convoquen al paro nacional para lograr esa justicia completa que se declama. Pero Sonia Alesso, dirigenta de CTERA, responde hoy en los medios que ya han luchado demasiado y que ese paro nacional lo hicieron en 2008, entre otros justificativos.
El mejor homenaje a Fuentealba, además de reclamar justicia, es apoyar a la docencia que lucha y defiende hoy la escuela pública. Porque Fuentealba vive en cada conflicto y sus convicciones compartidas, renacen en cada lucha. Su legado sigue vivo en el conflicto docente de Río Negro, donde el Congreso de la UNTER definió un nuevo paro por 48 hs el 5 y 6, con movilización a Viedma.
Vive en los paros y cortes de ruta de Misiones, encabezados por el MPL y la UTEM (gremios de la FND que luchan junto a otros sectores), en las acciones de la ATECH de Chubut y en Chaco con el SITECH Federación, sindicato también de la FND. Además de la docencia de Jujuy que reclama con los estatales y en La Rioja, con sectores de docentes autoconvocados. Y vive además en las y los jóvenes educadores que protestan ante los planes precarizantes como el +ATR bonaerense.
También en Santa Cruz, donde la lucha viene de un logro, aunque parcial y que podía haber sido más, con una suba en cuotas, pero del 61% después de haber recibido ofertas de miseria. Vive en la oposición Multicolor que avanza y se organiza en AGMER de Entre Ríos, donde la Celeste volvió a ser funcional al ajuste, al condicionar la lucha para superar el 45,5% de aumento otorgado hasta agosto, cuando había fuerzas para ir por más.
Por todo esto, la burocracia Celeste de CTERA, más que justificarse y limitarse a sacarse fotos, videos, carteles y reclamos virtuales por la web, debería responder a esa exigencia de paro y llamar a una acción nacional por Fuentealba y por las provincias en conflicto. Porque solo la lucha logrará justicia y hará que ningún conflicto sea reprimido, sino atendido en sus reclamos por los gobiernos de Alberto y Cristina, de Larreta, Kicillof y de cada uno de los gobernadores.
Por eso exigimos una vez más: ¡Que Sobisch y todos los responsables políticos y materiales vayan presos! Que se dé solución a los reclamos docentes y se garantice una educación estatal de calidad para el pueblo trabajador, a través de un plan económico de emergencia donde la crisis la paguen ricos y el FMI.
Como lo hicimos entonces con Fuentealba en Neuquén, exigimos hoy también que la plata vaya a educación, no para para el FMI ni a los bonistas de la deuda. Porque las estafas no se pagan. Y la única deuda legítima es con la escuela pública, la que defendemos y queremos transformar.
Alternativa Docente, en las conducciones Multicolor y en la FND
ANCLA, Agrupación Nacional Clasista Antiburocrática
MST en el Frente de Izquierda Unidad