domingo, 22 diciembre 2024 - 14:43

Francia. Explotación, racismo, violencia policial: ¡la revuelta es legítima!

Compartimos, a continuación, la nota publicada originalmente en el sitio web de la LIS (Liga Internacional Socialista).

Reproducimos la declaración del comité político nacional del NPA (Nuevo Partido Anticapitalista) francés, cuyo periódico es Révolutionnaires, de fecha 2 de julio de 2023[1].

El asesinato del joven Nahel a manos de un policía en Nanterre ha suscitado una indignación que no puede ser más legítima. En los suburbios de París, pero también en otras ciudades y regiones como Marsella y Lyon, continúan las noches de enfrentamientos entre jóvenes de barrios populares y la policía. Las comisarías y los edificios públicos son el blanco de los ataques como símbolos de instituciones que oprimen y discriminan a los sectores populares. Y aunque los daños vayan más allá, resultan insignificantes, pensemos lo que pensemos, comparados con el desmantelamiento de los servicios públicos, la destrucción del derecho laboral y los crímenes racistas como el que acaba de costarle la vida a Nahel y el muy reciente, pero menos publicitado, asesinato del joven Alhoussein, también asesinado por la policía en Angulema cuando se dirigía al trabajo de madrugada.

Por otra parte, aumentan los toques de queda y la prohibición de manifestarse, mientras la derecha y la extrema derecha reclaman el estado de emergencia y el gobierno lo considera a nivel nacional.

El estado de emergencia social es ya una realidad en los barrios populares. Independientemente de lo que pensemos de la destrucción causada, es insignificante cuando se compara con el desmantelamiento de los servicios públicos, la destrucción del derecho laboral y un sistema que está aplastando el futuro de los jóvenes trabajadores.

Esta revuelta es la de una fracción de nuestra clase

Lo que se expresa es el hartazgo de ser el blanco de la policía, de los controles por portación de rostro, del acoso policial, de las «equivocaciones» cotidianas y, más en general, de la miseria y de ser dejado de lado por el sistema capitalista. Todos estos jóvenes saben que podrían haber estado en la piel de Nahel, cuyo asesinato no es más que uno de la larga lista de crímenes policiales que a menudo quedan impunes. ¿Nahel se saltó un semáforo en rojo e intentó escapar de la policía? Razón suficiente para que algunos justifiquen la ejecución sumaria… ¡siempre que la víctima fuera de un barrio pobre! Porque no son los Carlos Ghosn[2] ni los evasores fiscales los que pueden ser asesinados por la policía, y menos aún los patrones que nos roban todos los días explotándonos, congelando nuestros salarios y especulando con la inflación.

La policía mata para mantener la explotación y proteger a la clase dominante

Esta vez, las imágenes filmadas hacen imposible que los tribunales, los dirigentes políticos y los medios de comunicación sigan la falsa versión de la policía. El asesino de Nahel ha sido acusado y puesto en prisión preventiva. Pero todos estos charlatanes de las clases dirigentes buscan excusas para el asesino en la personalidad de la víctima.

Al fin y al cabo, se trata de una guerra contra los pobres, a los que hay que matar legítimamente. El grupo de extrema derecha France Police, cuyo líder Bruno Attal fue candidato por el partido de Éric Zemmour en las elecciones legislativas, escribió en Twitter: «Bien hecho a los colegas que abrieron fuego contra un delincuente de 17 años». El tono es el mismo para los principales sindicatos policiales, Unsa Police y Alliance, que afirman en un comunicado que la policía está «en guerra» contra las «hordas salvajes» y que, una vez restablecido el orden, estará «en resistencia» contra los «canallas». Con amenazas poco disimuladas, piden «protección jurídica para los policías», es decir, licencia para matar. Por no hablar de una indecente campaña de recogida de fondos en Internet (250.000 euros en 24 horas[3]) en apoyo del policía. Esta policía, mayoritariamente de extrema derecha y racista, está ahí para controlar a los sectores populares, impedir y reprimir su revuelta, y quiere hacerlo impunemente. Y el gobierno les da vía libre, con el beneplácito del Rassemblement National. El número de víctimas policiales ha aumentado desde la ley de 2017 -¡una ley aprobada por la izquierda de Hollande!- que flexibilizó las condiciones del uso de armas de fuego en caso de «negarse a acatar la ley».

Contra la violencia policial, hace falta terminar con el sistema capitalista

El aumento de la violencia policial es la contrapartida de la deriva autoritaria del gobierno contra los trabajadores y jóvenes. Es la misma policía que aplica políticas anti-inmigración, que es directamente responsable de los cientos de muertes de migrantes en las fronteras, que reprimió a los chalecos amarillos y a los manifestantes que defendían las jubilaciones. Por eso, en contra de cualquier «apaciguamiento», llamamos a participar en todas las manifestaciones, en todas las iniciativas que se convoquen en los próximos días, contra los crímenes policiales y contra la política antisocial del gobierno. Exigimos el fin inmediato de todos los toques de queda, la liberación de todos los condenados y la abolición de la ley de 2017 que flexibiliza el uso de la violencia en caso de «negativa a obedecer».

En términos más generales, son todos los que se oponen a las políticas del gobierno y los empresarios los que sufren la represión. Y todos tenemos el mismo interés en emprender el camino de la lucha, en movilizarnos juntos. Estamos del lado de los que se rebelan, y lo mejor que podemos hacer es movilizarnos ahora mismo con la misma determinación de esta juventud, por objetivos comunes a toda nuestra clase: ¡contra la represión, por nuestros salarios, nuestras jubilaciones y contra el desempleo y la precariedad laboral, para echar a Macron, a Darmanin y a la patronal a la que sirven!

Cuanto más se extienden la pobreza y los salarios bajos, peores son las condiciones de trabajo, más difícil es llegar a fin de mes y más se arma la policía. La policía no está para protegernos, sino para mantener el poder de los ricos y los patrones. No queremos una policía «mejor», un instrumento totalmente al servicio de la clase dominante: queremos derrocar su sistema capitalista, que no hace más que aplastar nuestras vidas.

  • Justicia para Nahel y todas las demás víctimas de asesinatos policiales;
  • No a los toques de queda y al estado de emergencia que se está preparando, no a las prohibiciones de manifestaciones y a las restricciones de las libertades;
  • Liberación y amnistía para todos los detenidos y condenados durante los enfrentamientos;
  • Basta ya de tanta miseria: saquemos de los gigantescos beneficios de las grandes empresas para que los trabajadores y los habitantes de los barrios decidan cómo reconstruirlos;
  • Cero euros para el ejército, la policía y la gendarmería.

[1] https://nouveaupartianticapitaliste.fr/declaration-du-comite-politique-national-du-npa-du-2-juillet-2023/

[2] Empresario del grupo Nissan-Peugeot, procesado por fraude fiscal, lavado de dinero y corrupción, prófugo de la justicia.

[3] Desde la redacción de esta declaración, el monto de esa colecta superó un millón de euros (4 de julio).

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