jueves, 21 noviembre 2024 - 19:24

FMI. Se adelantan las revisiones trimestrales

El viernes pasado el Directorio Ejecutivo del FMI aprobó el acuerdo de U$S 44.000 millones que este organismo tiene con Argentina. Además de esta noticia, también se conoció que la primera revisión que el Fondo realizaría en nuestro país en el mes de junio se adelantó para mayo.

Una vez conocida la aprobación del acuerdo, el presidente Alberto Fernández decidió por medio de un hilo en Twitter justificar esta estafa, diciendo que este pacto no quitaría ningún derecho y que no aplicaría ningún tipo de reforma. En contracara a esto, la nota publicada por el FMI, donde se da conocer la aprobación del acuerdo, muestra una realidad muy distinta a la que habla el jefe de Estado argentino.

La aprobación de dicho pacto, acompañada de un desembolso inmediato de U$S 9.656 millones, también trae aparejada una serie de advertencias y ajustes que se tienen que aplicar en el programa del fondo para que el país pueda cumplir con los objetivos que pide el organismo. Es por esto que aparece el adelantamiento de una de las revisiones que tiene programada esta institución financiera.

La primera revisión trimestral que estaba pactada para el mes de junio se adelantó a mayo, ya que desde el fondo hablan de riesgos excepcionales que modificarían el acuerdo. Los riesgos a los que se refieren están relacionados al contexto sociopolítico local, a los efectos de la guerra en Ucrania y a la pandemia. La directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, en el comunicado de prensa publicado el viernes pasado expresó lo siguiente sobre los riesgos a los que se presenta el acuerdo: “Los riesgos para el programa son excepcionalmente altos y los efectos secundarios de la guerra en Ucrania ya se están materializando. En este contexto, la recalibración temprana del programa, incluida la identificación y adopción de medidas apropiadas, según sea necesario, será fundamental para lograr los objetivos del programa”.

Por su parte, en el mismo comunicado de prensa, los directores de la junta directiva del organismo también se expresaron sobre el mismo tema: “Los directores acordaron que el programa está sujeto a riesgos excepcionalmente altos. Reconocieron la vulnerabilidad de Argentina a los choques externos y las dificultades de implementación dada la compleja situación social y política. Al señalar que los efectos secundarios de la guerra en Ucrania se están materializando, los directores recibieron con beneplácito el acuerdo de las autoridades de adelantar la primera revisión del programa y las instaron a recalibrar las políticas, según sea necesario, para asegurar los objetivos fiscales y contener los efectos inflacionarios de segunda ronda de aumento de los precios de las materias primas”.

Con el panorama que muestran estas declaraciones, que ya hablan de recalibraciones del programa y adelantamiento de las revisiones trimestrales, lo que se puede notar es la imposibilidad, que existió desde un principio, para poder cumplir con las metas que demanda el Fondo. Esto muestra que lo común para Argentina en las próximas revisiones es estar continuamente en default.

Para que no suceda esto, el FMI es muy claro y da una serie de recetas para no entrar en tal situación. En el comunicado mencionado anteriormente, habla sobre una serie de puntos donde el gobierno tendría que ser firme para poder cumplir las metas planteadas por el programa. Claro está, que todas las soluciones propuestas están apuntadas en dirección al ataque del bolsillo de los trabajadores. Por ejemplo, los directores de la junta directiva proponen los siguiente: “Los directores pidieron mejoras en la estructura del gasto, incluida la reducción de los subsidios energéticos costosos y no focalizados, al mismo tiempo que se expande el gasto en infraestructura. Hicieron hincapié en la necesidad de proteger programas de asistencia social bien focalizados y de una gestión prudente de los salarios y pensiones”. Estas declaraciones muestran claramente los puntos donde el gobierno tiene que focalizar para que los números cierren de la manera que el Fondo exige.

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Los adelantamientos de las revisiones por parte del FMI y las recalibraciones en su programa económico apuntan a un futuro de ajuste criminal contra la clase trabajadora, todo lo contrario al discurso de Alberto Fernández. Es imposible pensar que no se quitarán derechos cuando la misma junta directiva habla directamente de gestionar prudentemente los salarios y pensiones, sobre todo entendiendo que el FMI solo habla en un idioma y es el del ajuste.

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