Llegamos casi a mitad de año en medio de un salto combinado de crisis sanitaria, económica y social. Con luchas que recorren el país y la disputa política electoral en el horizonte cercano. ¿Qué tareas tiene el FIT Unidad? ¿Qué debates y desafíos debemos superar? Compañeros del PO proponen un Congreso del FIT-U. ¿Sería útil? ¿Para qué objetivos? Dejamos nuestras propuestas.
Avanzado el mes de mayo la situación es muy difícil para millones de familias trabajadoras. Llegar a fin de mes se hace imposible. Evitar los contagios de covid-19 cada vez más difícil. Lograr estar vacunados, para millones sigue siendo solo promesa. En este complejo contexto crece el mal humor social que en muchos lugares se concretiza en acciones de lucha obreras y populares, y en muchos otros en un hartazgo que aún no estalla, pero que sin soluciones se irá calentando como una olla a presión.
La región sudamericana empuja en el sentido de revueltas y cambios. A la rebelión anterior en Chile estos meses se sumó primero un alzamiento popular en Paraguay y en las últimas semanas la rebelión del pueblo colombiano. En el tensionado Perú, que arrastraba procesos de lucha y crisis política, se terminó polarizando la situación yendo a segunda vuelta la candidata ubicada más a derecha y el candidato ubicado más a la izquierda, triturando las propuestas intermedias. En las elecciones a Constituyente de Chile se derrumbaron los partidos responsables de sostener el régimen y avanzaron las candidaturas independientes en medio de un giro a izquierda electoral, del cual fueron parte nuestras y nuestros compañeros de la LIS con buenas votaciones y un programa anticapitalista y socialista. En Brasil, entre el desastre provocado por Bolsonaro y el avance electoral de Lula y su proyecto moderado y también socio de corporaciones, emerge al interior del PSOL un agrupamiento a izquierda que lucha por defender un programa independiente y socialista, frente a la dirección mayoritaria que cede a las presiones del régimen.
Es en este clima regional de tensiones sociales, polarización y nuevas experiencias políticas que nuestro país se encamina a nuevas confrontaciones y donde el FIT Unidad tendrá pruebas a superar. El debate es cómo hacerlo correctamente fortaleciendo un proyecto de izquierda.
La propuesta de Congreso del PO y la nuestra
Frente a una crisis tan profunda y evidente, los compañeros del PO han planteado la necesidad de un Congreso del FIT-U, entre otras definiciones para “que participe toda su militancia y se debata una caracterización de la explosiva situación actual, el rol del gobierno nacionalista y de la oposición de derecha, el accionar de los trabajadores y los lineamientos e iniciativas del frente”.
Desde ya, compartimos que la gravedad de la crisis y el proceso de lucha que recorre la situación son una gran oportunidad para la izquierda, y a la vez una gran responsabilidad. Y por lo tanto es correcto plantearse debatir todo esto a fondo.
Tanto lo creemos, que ya en el 2020, cuando en el segundo semestre comenzaron las primeras manifestaciones de fuerte descontento, impulsamos y propusimos que el FIT Unidad saliera fuerte a postularse en la calle y en la lucha política. Lamentablemente por entonces no encontramos en PO y en IS una respuesta positiva a este planteo. Por la misma razón, creímos y creemos conveniente tener una política integral en lo político, las luchas y en el plano sindical y del clasismo. Sin dividir artificialmente procesos que, con sus particularidades y tareas propias, deben ir unidos políticamente hacia una estrategia común.
Pese a esos debates que vienen hace tiempo, no tenemos ningún problema en evaluar y debatir la posibilidad de un Congreso del FIT Unidad, con amplia participación militante. Tal evento bien podría jugar un rol positivo si tiene objetivos claros y definidos. Y eso, más que una convocatoria general, es lo que el FIT Unidad tiene que debatir. En concreto un Congreso; ¿para qué objetivo? Ya que no se trata de hacer eventos para sentar posición, o para debatir por debatir o para sacar alguna que otra resolución política o de lucha, o tan solo por temas electorales.
Desde el MST estaríamos a favor si de verdad un Congreso estuviera puesto al servicio de superar el estadio limitado de frente electoral actual. Si es parte de una decisión política a dar pasos más sólidos en el formato de nuestro frente. Si podemos avanzar a un gran movimiento político común, una organización común donde todo se discuta a fondo cada semana, sin que nadie pierda su derecho a ser una corriente interna.
Un Congreso serviría si va a fundar algo superior al acuerdo actual que tenemos. Si se va a comprometer a discutir en común cada intervención en la lucha de clases y en el PSC, junto a la intervención política y electoral. Si va a unir lo que no puede estar dividido. Como decíamos, en estos momentos en Brasil hay un bloque de izquierda del PSOL que viene de realizar un evento así, fundando el MER (Movimento de Esquerda Radical) y su evento resolvió dar pasos más de fondo en su funcionamiento común y una coordinadora nacional, entre otros pasos. En el mismo sentido podemos actuar nosotros si queremos trascender los marcos electorales.
Un Congreso sería positivo si se atreve a todo esto, si es para dar un curso progresivo a miles de militantes y simpatizantes del FIT-U, si abre las puertas a sectores independientes, intelectuales, referentes sociales y de izquierda que no integran nuestros partidos, pero deben ser convocados y sentir que tienen un lugar activo. A diferencia del Nuevo Mas y PO Tendencia que están dando pasos para dividir, los pasos del FIT Unidad tienen que ser ir por más unidad y mayor apertura política.
Los debates electorales
Por otra parte, un Congreso no puede limitarse a debates electorales y a la vez, lógicamente, también debe abordarlos. Porque se trata de dar la lucha política en todos los terrenos y desde ya que este año la lucha electoral será muy importante y un gran desafío para el FIT-U. De hecho, esta pelea ya ha comenzado en Jujuy y en Salta, donde los partidos del frente que tenemos más extensión nacional y mayor presencia y fuerza militante, ya estamos peleando allí contra los partidos del régimen de esas provincias.
Claro que hace falta debatir a fondo cómo vamos a seguir interviniendo en las elecciones de septiembre y noviembre en todo el país. Tanto en la política y el programa a llevar a esa pelea, como sobre el armado de las listas en cada provincia. Con o sin un Congreso, esta tarea puede resolverse de muchas formas. Buscando acuerdos, buscando mecanismos democráticos y si es necesario utilizando las PASO. En su propuesta PO desecha esta posibilidad. Extrañamente dice ahora que “rechazamos las PASO, el mecanismo de intervención del Estado capitalista para dirimir las disputas de las camarillas de los partidos patronales manipulando la voluntad popular”. Olvidando en su texto que las PASO ya fueron utilizadas por el FIT y propuestas por el propio PO en 2015, permitiendo entonces que se mantuviera la unidad del frente.
Por lo tanto, no se trata ahora de caracterizar en abstracto el rol de las PASO y la intervención del Estado y el régimen que se hace de diversas formas. Se trata de cuidar la unidad del frente de todas las formas posibles y para eso hay que usar todos los mecanismos que tenemos a mano para garantizar esa unidad, si fuera necesario por no encontrar acuerdos previos, o porque equivocadamente se pretendiera seguir utilizando supuestas relaciones de fuerzas de años atrás, que hoy no tienen ninguna demostración práctica en la realidad.
Fortalezcamos al FIT Unidad
Como decíamos, desde el MST estamos a favor de debatir todas las propuestas que fortalezcan al FIT-U y preparen una mejor intervención en la realidad y disputa política de estos meses y en tareas estratégicas, anticapitalistas y socialistas, a mediano y largo plazo.
En medio de la profunda crisis que vivimos se necesita una fuerte intervención común en la lucha de clases y en la lucha política y electoral. Para eso tenemos que debatir a fondo buscando acuerdos y, sobre todo, animándonos a trascender, revolucionando nuestro frente para ponerlo a la altura de jugarse a ser alternativa para millones de trabajadores y para la juventud.
En estos momentos, donde todos en el FIT-U compartimos la gravedad de la crisis sanitaria y económica en curso, lo necesario es, frente a esa realidad, colocarnos como una tercera voz frente a ambos sectores de la grieta. Y para eso hay que dejar de lado visiones cerradas, presiones electoralistas e intervenciones fragmentadas en la lucha de clases.
Hace falta una postulación integral de nuestro frente, en todos los terrenos, debatiendo todo con acuerdos y sin esconder los matices o diferencias. Abriendo paso a un cambio cualitativo que nos fortalezca en todo esto. La convocatoria a cualquier tipo de evento de nuestro frente tiene que estar en sintonía con estos objetivos evidentemente muy necesarios para las disputas que vienen.