miércoles, 16 abril 2025 - 06:36

Fin del cepo. ¿Estabilidad o el dólar toma distancia?

Luego de la medida del gobierno de quitar el cepo, pero aún con algunas condicionalidades a las empresas, aunque le permitan girar sus ganancias anuales, el precio del dólar se ha convertido en el debate central de la política argentina.

Después de tanta expectativa, finalmente, el precio del dólar oficial que unificó los distintos tipos de cambias que ofrecían las entidades financieras ronda entre los $1.230 y $1.240. Precio que, en comparación con el viernes pasado, demuestra una devaluación de entre el 12 y 15% del peso.

Por más que el gobierno quiera ocultarlo el peso se depreció ante la moneda estadounidense en ese porcentaje. Además, como es común en estas tierras, esta medida trajo como consecuencia un salto inflacionario. Ya hay bancos, como el Galicia y, también el J.P. Morgan que pronostican un aumento de precios anualizados del 26 y 27%. De darse tal número, iría contra las predicciones del Fondo que son menos creíbles y más amables con la promoción del nuevo endeudamiento que lleva a cabo el gobierno.

Un hecho que demuestra el nuevo salto inflacionario son las proyecciones que para el mes de abril y mayo el índice llegue al 5% como resultado de la devaluación antes mencionada.

Los aumentos de precios producto de las nuevas medidas de Milei no son la única política que afectan a los ingresos de la mayoría. Vale destacar el nuevo informe de la CTA-Autónoma donde se refleja que, este año en las paritarias, los salarios en promedio vienen 7 puntos abajo en relación con el aumento de precios.

Contradicciones por el precio del dólar

Más allá de la espuma libertaria de estos días, por el festejo del próximo desembolso de dólares por parte del FMI, debido al nuevo préstamo, los fondos que desembarcarían por parte del Banco Mundial y una presunta rápida liquidación del agro (el complejo agroexportador está esperando que suba aún más el dólar para liquidar pese a las presiones del gobierno mencionando la restitución de las retenciones). Las contradicciones siguen latentes.

El primer problema es que todos los dólares que están ingresando al país no son más que una nueva expansión de la deuda pública con organismos multilaterales de crédito, que a cambio de cada centavo exigen políticas como: reformas impositivas, previsionales y laborales. Como dice la declaración del MST en el FIT-Unidad, ante cada nuevo acuerdo con los burócratas mencionados, desembarcan como un Poder Ejecutivo externo que nadie votó.

Además, estos mismos dólares son los que se utilizan para pagar la misma deuda pública que tiene grandes vencimientos este año. Estos pagos a realizar, según un trabajo de Cifra-CTA, ascienden a US$ 19.000 millones este año.

También hay que sumar que los mismos dólares de la nueva deuda son los que se usan para pagar las importaciones de los productos que se están comercializando en el país por la liberación de la economía y, además, para comprar los insumos necesarios para la producción industrial.

Pero los pedidos por los verdes no terminan acá. También las empresas que quieren girar utilidades o pagar deudas son las que presionarán por hacerse de los fondos que desembarcarán dentro de poco.

Por tanto, el precio de la divisa, por más que hoy circule en lo que se denomina el centro de las bandas que establecieron Caputo y Milei, pueden dar saltos que lleguen al techo de estas y hasta superarlo.

La experiencia de programas como el que se está implementando confirman que se irá a una nueva crisis cambiaria en el corto y mediano plazo. Será el tiempo el que defina cuándo se producirá efectivamente y de qué modo.

En el medio, el proyecto de Milei sigue expoliando los recursos del país sin pausa. Es a ese proyecto que hay que imponerle una resistencia para poder detenerlo.

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