Filo (UBA). Pensamiento y ajuste en modo “progre”

En la Facultad de Filosofía y Letras, la gestión del decano Manetti, garante del ajuste, usa el poder de la casta de Profesores para atacar las cátedras paralelas. Desde arriba van por el cierre del pensamiento crítico, la pluralidad ideológica y la participación estudiantil.

El lunes 17 de noviembre, sesionó la Junta Departamental de la carrera de Letras para ratificar la decisión inconsulta de cerrar Gramática “C” ex-Borzi. La definición se había votado durante la junta anterior, sin aviso ni comunicación mediante a su equipo docente o estudiantes y representa un avance sobre el derecho a las cátedras paralelas y la pluralidad de pensamiento.

Como respuesta a la declaración que presentó el equipo docente y las intervenciones estudiantiles, los claustros de Graduados y Profesores negaron todo cuestionamiento  referido a los reglamentos o consecuencias laborales, y expusieron como única respuesta señalar, una vez más, el prestigio de un concurso a puertas cerradas con un orden de mérito manipulado al servicio de avanzar en la disolución de la cátedra. Por eso, movilizamos a la junta para expresar nuestro apoyo a la cátedra y frente a la intervención de los estudiantes, la Junta Departamental definió levantar la sesión.

La Junta de Letras desconoció nuestros reclamos, así que los Estudiantes defendimos Gramática “C” y tomamos el Departamento.

Realizaron desesperadamente una última maniobra antidemocrática: intentaron que el acta de la sesión ya levantada reflejara una votación positiva que ratifique la sesión anterior y que la “reorganización” de Gramática quedase “aprobada”. Frente a semejante atropello burocrático les estudiantes tomamos el Departamento de Letras hasta lograr que las representaciones de la junta firmaran un documento que detalla que, diga lo que diga el acta de la junta, esa votación no existió.

La vuelta de los “Modernos” y el pensamiento único: el mail de la Junta

Firmado por “Representaciones de graduadxs y profesorxs en la Junta Departamental de Letras” se hizo uso del mail oficial de la junta para difundir la posición del oficialismo, es decir, del departamento que censuró las voces vulneradas por este ataque. Más allá de las formas, en el texto señala cuál es el objetivo del “Proceso de Reorganización”: “La Junta Departamental propuso volver a la organización del dictado de la materia Gramática en dos cátedras, como es la norma para todas las materias troncales de la carrera (Teoría y Análisis Literario, Fundamentos de los Estudios Literarios y Lingüística), así como todas las otras que cuentan con cátedras paralelas.” Con claridad, proponen volver al pasado y a un “orden normal”. Pero eso ¿qué significa?

Las cátedras paralelas son una conquista de la comunidad académica que con los estudiantes a la cabeza se enfrentó al pensamiento único impuesto por el Claustro de Profesores. Con la experiencia del 19 y 20 de diciembre del 2001, allá por el 2004 en Filosofía y Letras, estudiantes y graduados se enfrentaron al titular de la materia troncal de Historia Social General, José Luis Romero, en defensa del principio de la libertad de pensamiento y la democracia universitaria. Asimismo, cuando en el 2006 impulsaron como Rector a un colaborador de la dictadura genocida, Atilio Alterini, el claustro de profesores perdió credibilidad, dando pie a un fuerte cuestionamiento sobre el funcionamiento del saber-poder en la universidad y a una creciente ofensiva en nuestra facultad que buscaba más cátedras paralelas: con organización estudiantes y graduados logramos un cambio fundamental en el régimen universitario.

Cuando la Junta Departamental habla de volver a la “norma”, habla de arrebatarnos estas conquistas. A las cátedras paralelas las ganamos nosotrxs, muy a pesar de sus reglamentos, es por eso que no son la normalidad de la Universidad de Buenos Aires. Logramos que fueran reconocidas bajo el amparo reglamentario por el artículo 63 del Estatuto de la Universidad, que estipula: “Docentes libres son las personas autorizadas por el Consejo Directivo de una Facultad a dictar cursos nuevos o paralelos a los ya existentes.” Pero el Claustro de Profesores quiere definir según su conveniencia cuáles artículos valen y cuáles no. El ataque a Gramática “C” es parte de un plan sistemático que busca la erradicación del pensamiento crítico y de los derechos que conquistamos con organización estudiantil en nuestras casas de estudio.

¿Reorganizar o Revolucionar?

El régimen vigente en la Universidad impone una desigualdad estructural en la representación del co-gobierno. Los profesores, minoría absoluta de la facultad, condensan la mayor representación dentro de los organismos. Sin embargo, se animan a denunciarnos diciendo que buscamos “caracterizar la votación de la Junta Departamental (que por definición no es “inconsulta” ya que está integrada por graduadxs y profesorxs de la carrera que fueron votadxs para ocupar ese rol) como una “arbitrariedad”, pese a que las resoluciones tomadas se basan en los resultados de los concursos de profesorxs adjuntxs que mencionamos más arriba.”. Reiteramos: sí, es una decisión inconsulta tomada en contra del verdadero claustro mayoritario de la universidad, que en la sesión se pronunció en contra. Además, las integrantes de Gramática “C” no fueron declaradas incompetentes por el Jurado, sino que integran el orden de mérito y fueron calificadas por integrantes que no comparten su enfoque, con el propósito de cerrar su cátedra. Si la Universidad de Buenos Aires destinó rentas para el concurso de Gramática, exigimos que se sostenga el enfoque asignando una renta más que permita garantizar nuestro derecho para formarnos con libertad de pensamiento.

Piensan que pueden engañar nuestra inteligencia utilizando el mismo discurso incompetente que cuando justificaron el recorte de horarios: niegan que cerrar una cátedra sea un recorte y hablan de reorganización para camuflar el ajuste:  “Esta resolución busca una mejor organización del dictado de la materia, con la perspectiva de poder ofrecer una oferta horaria superadora, una rotación en materias de especialización que permita una oferta académica más diversa”.Le decimos con claridad al Decanato y el Departamento que administrar el ajuste para sostener sus posiciones de poder, acumulando rentas entre los afines y censurando las voces de las mayorías, no solo ayuda a la ultraderecha, sino que sostiene su misma perspectiva autoritaria y los posiciona del mismo lado que los déspotas que nos gobiernan.

Hagamos como en el Garrahan, movilizar hasta ganar

Desde hace semanas el Consejo Directivo y la Junta Departamental se encuentran paralizadas por la decisión estudiantil y docente de mantenernos movilizades defendiendo la libertad de pensamiento y peleando por la democratización de cada una de las decisiones que el Decanato y las Juntas de Carrera toman a espalda y en contra de los derechos estudiantiles. Vamos a sostener esa lucha hasta que se respete nuestra voz. El claustro de profesores busca ejercer su poder y administrar la caja chica del ajuste, esto solo lo puede hacer violentando nuestros derechos. En el proceso, encuentran cómplices en nuestras filas, como El Colectivo (Mella-Cámpora-Movimiento Evita), la conducción “progresista” que subordina a la pasividad a nuestro centro de estudiantes y nos acusa, igual que la gestión, de violentos.

La universidad siempre fue campo de disputa entre la reproducción del orden y los impulsos de democratización. El movimiento estudiantil ya se levantó contra estos vicios en 1918, en la década del 60, en los 90 y en 2001. Cada vez que la universidad se vuelve autoritaria, cerrada, dogmática o adaptada a los poderes externos (Estado, Iglesia, corporaciones o mercado), los estudiantes abren procesos de transformación. Porque es la puja permanente entre fuerzas que buscan democratizarla y fuerzas que buscan privatizarla o disciplinarla. Los ajustadores siempre encontraron aliados en sectores de la universidad que preservan sus privilegios. Hoy es clara la orientación de la gestión que quiere sentar un precedente para ir contra una gran conquista post 2001. Una conquista que hace parte como anticipo del modelo de universidad por el que luchamos: con pluralidad ideológica, cátedras paralelas y un régimen democrático de mayoría estudiantil como componentes esenciales. La gestión “progresista” termina adaptándose al ajuste de Milei, garantizándolo en la Universidad, y regimenta el pensamiento por la vía de liquidar las cátedras paralelas.

El camino a seguir es el de les trabajadores del Garrahan, que coordinaron la lucha desde abajo en el Cabildo Abierto con distintos sectores, que en nuestra facultad se trata de impulsar las asambleas intercarreras y las reuniones abiertas para defender nuestras materias. Tenemos que ir por una gran asamblea interclaustros frente al ajuste de la gestión y convocar a acciones con todos los sectores de la UBA que están siendo atacados en esta ofensiva. Urge que pensemos un nuevo camino que potencie la movilización para defender la Universidad pública, gratuita y de calidad. Ese es nuestro desafío.

Tesis XI – MST
Estudiantes de Letras-UBA

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