Escuchá esta nota
El pasado 28 de noviembre, en la Cámara de Diputados se volvió a tratar el proyecto de Ficha Limpia, impulsado por el PRO. Como sucedió en la última ocasión, donde se intentó tratar esta ley, la sesión volvió a caer por falta de quorum.
Con una Cámara Baja casi vaciada, en donde 8 diputados oficialistas se ausentaron, la sesión cayó faltando un solo un diputado para conseguir el quorum necesario y el proyecto de ley terminó perdiendo estado parlamentario. Un escenario que le abrió la puerta a una catarata de rumores sobre la posibilidad de que se hayan llevado adelante negociaciones entre el peronismo y LLA.
Te puede interesar: Ficha Limpia. La doble vara de la casta política
Frente a esta escena vemos un nuevo capítulo sobre la situación de la oposición de los partidos tradicionales. El PRO recibe un nuevo golpe por parte del oficialismo haciendo que la herida en el macrismo se siga acrecentando. Las limitaciones de este espacio político, propiciadas por el horizonte de las elecciones en el 2025, hace que no puede maniobrar con el oficialismo como ellos quisieran. La limitante que le ofrece la discusión, sobre la posibilidad de una alianza electoral con el mileismo para el año próximo, le quita poder de fuego a la hora de las denuncias por el resultado de esta sesión. Aunque el cruce de declaraciones y de comunicados partidarios no faltaron.
Por el lado del ex presidente, Mauricio Macri, en su perfil de X, publicó: “¿Queremos o no queremos un país sin corrupción? ¿De verdad nos interesa que los corruptos condenados no puedan seguir ejerciendo cargos públicos o queremos simular y usar esa debilidad como un instrumento de presión en otras negociaciones? ¿A alguien le importa la corrupción o ya estamos resignados?”. Declaraciones que fueron en tándem con un antiguo aliado como fue Horacio Larreta, quien en la misma red social dejó muestra de su enojo: “Sin ficha limpia y con casta, la libertad no avanza. Retrocede”.
No solo el PRO salió a denunciar esto y la posibilidad de un pacto con el kirchnerismo. Un ex oficialista, hoy con su propio bloque en Diputados, Oscar Zago (MID), también atacó a los libertarios diciendo: “Si hiciste un pacto hacete cargo”.
Las presiones fueron tales, al punto que el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, tuvo que salir a declarar para calmar las aguas y tratar de disipar la idea de la existencia de un pacto con un especio político de la casta, en este caso el peronismo. Según Francos, el presidente Milei se encargará de presentar un nuevo proyecto de Ficha Limpia y la negativa que le dieron al proyecto actual fue: “para que no se tome como algo exclusivamente contra la expresidenta”, y agregó que: “No queremos que quede en algo contra Cristina, sino en una norma general para todos“.
La posibilidad de apoyar la continuidad de Martín Menem en la presidencia de la Cámara de Diputados, la idea de acompañar la reforma electoral antidemocrática, o asegurar el ingreso del juez Ariel Lijo a la Corte Suprema, serían las cuestiones a negociar en este pacto con el peronismo. La rosca de cara a un año electoral parece ya hacerse carne de la actividad política, donde los discursos en los que se enmarcaron estas fuerzas durante todo el año parecerían disolverse.
Desde el lado de algunas usinas libertarias, la idea de Milei, sería dejarle el camino allanado al peronismo, para confrontar directamente contra ellos en las próximas elecciones. Según declaraciones pasadas del presidente, el será el encargado de ponerle el último clavo al ataúd del kirchnerismo.
Por el lado del PJ, que durante todo el año desde el parlamento, discusivamente, denunció todas las iniciativas libertarias, en este momento los principios no estarían teniendo tanto peso a la hora de negociar con una fuerza a la que en otras ocasiones la han llamado fascista. Y hasta ahora desde esta fuerza lo único que prima es el silencio frente a estos rumores y denuncias.
El proyecto de Ficha Limpia es otra de las demostraciones de la hipocresía en la política tradicional. Esta propuesta impulsada por el PRO, nada tiene que ver con una lucha consciente contra la corrupción, sino más bien una movida oportunista de cara al año electoral. El ejemplo de Macri asumiendo la presidencia estando procesado o el endeudamiento por casi 55 millones con el FMI en su gestión, donde gran parte de estos fondos se desconoce su paradero, anula de raíz la posibilidad de que el partido amarillo tenga condiciones de establecer los parámetros de corrupción. Y en relación a esto, se agrega a esta operación que, la justicia burguesa, al ser un poder que solo juega para los intereses de turno, es incapaz de determinar la culpabilidad de alguien, al estar viciado de irregularidades. Es por esto que la propuesta legislativa presentada por el macrismo, lo único que garantiza es que se estructure una ley que atente contra la voluntad del voto popular.
Las fuerzas políticas tradicionales, que se presentan como opositoras, se continúan reconfigurándo, algunas con problemas que se profundizan, en relación a alianzas con el oficialismo. Y otras, para mantenerse firmes, a pesar de sus crisis, en principio aceptarían todo, hasta reformas autoritarias y anti democráticas, las cuales solo garantizarían la asimetría en la participación entre las fuerzas de los trabajadores y las fuerzas de la casta. Siendo la reforma electoral un claro ejemplo de esto.
En este contexto, queda claro que si Milei pudo avanzar durante todo este año fue por que existieron cómplices encargados de garantizar la concreción de sus planes. En el Congreso, todas las fuerzas han aportado sus votos de una u otra manera para que el Ejecutivo pueda tener margen de maniobra para aplicar tremendo ajuste y comenzar a intentar construir un régimen mucho más autoritario.
Te puede interesar: La agenda de Milei. El palacio y una reforma electoral reaccionaria
Si de verdad se quiere luchar contra la corrupción de la casta es necesaria una verdadera reforma en la política y en la justicia. En donde se ataque de lleno a los privilegios de estos actores. Desde el MST en el FIT-U proponemos una batería de medidas para terminar con esos comportamientos intrínsecos a la lógica de este sistema.
Para aplacar y conocer la verdad en los casos de corrupción impulsamos la creación de una comisión investigadora independiente, una especie de CONADEP de la corrupción. La cual, se encuentre integrada por personalidades intachables de distintos sectores conocedores en la materia, y en donde a estas se les otorgue todas las herramientas para poder llevar la investigación hasta el fondo.
En materia judicial, a los funcionarios como jueces y fiscales, tienen que ser electos por el voto popular. Con mandatos revocables y sin sueldos que nada tienen que ver con la realidad de los trabajadores. De esta manera, además de democratizar la justicia, se terminaría con los privilegios de este poder.
Algo parecido proponemos en materia política y no como plantea la nueva reforma electoral que apunta a la reconfiguración de un régimen mucho más autoritario y restrictivo, donde solo los partidos de la casta puedan participar.
Para que los legisladores no voten en función de sus negociados, es necesario que estos ganen como una directora de escuela, que estén obligados a utilizar los servicios públicos, y antes comenzar su mandato y luego de terminarlo tengan que hacer públicas sus declaraciones juradas para demostrar que no se enriquecieron con la función pública. Y a la suma de todo esto, para terminar con las figuras políticas eternas, cada legislador solo puede llevar adelante dos mandatos y luego está obligado a volver a trabajar.
También, para seguir mitigando los negociados espurios y permitir una real igualdad a la hora de participar en el ejercicio de la democracia, es fundamental terminar con la participación de los privados en la financiación en las campañas electorales. Y donde la contracara a esto sea el financiamiento estatal igualitario para todas las fuerzas políticas que se quieran presentar a esta instancia. Además de que todas las fuerzas cuenten con las mismas condiciones a la hora de poder dar a conocer sus propuestas en los medios.
De esta manera, como lo muestran algunas de estas medidas, es que se puede ponerle punto final a la corrupción, es decir cortando de raíz con todos los vicios de la política tradicional. Frente a esto no podemos esperar a que los resultados del 2025 nos vayan a solucionar los problemas. Todo lo contrario, hay que continuar desarrollando la lucha contra este gobierno, y al mismo tiempo construir una verdadera alternativa política de izquierda que se ponga al frente de esta tarea.