Mientras escribo esta nota, posiblemente se esté guardando algún último vestuario. Un foco. Se siguen viendo las fotos, sonriendo frente al celular.
Pero insoslayablemente llegará el momento de hacer las cuentas y el resultado es negativo.
Un festival achicado, apocado, ajustado, alterado. Un Festival del Mercosur con poca promoción, muy poca difusión en los medios. Evidenciando el mismo recorte que vienen sufriendo La Noche de los Teatros, la Fiesta provincial del Teatro, todas y cada una de las actividades en las que el Estado puede hacer la diferencia para que más gente acceda a más arte.
Como artista independiente, participé dentro de un ciclo de obras que contaban en cada una de esas obras las luchas (y las injusticias) de diferentes mujeres a lo largo de la Historia.
Esas luchas, fueron parte de la historia de conquistas que conseguimos las mujeres. Lo que nos permitió hoy realizar un ciclo totalmente producido por artistas mujeres con toda la pompa en el Festival Internacional del Mercosur Córdoba. Y si bien celebramos lo mucho que hemos conseguido, está claro que, si el presupuesto se achica, habrá menos artistas involucrados en el festival.
Y está aún más claro que parte del presupuesto del festival lo bancamos las Cías independientes.
Conozco el trabajo que tenemos que hacer para llenar las funciones. Por supuesto que en una ciudad con muy poca oferta cultural gratuita, los festivales se llenan mucho más rápido. Pero el trabajo que tuvimos que hacer para que el público llegara a nuestras salas fue muy parecido al de cualquier función.
Además, hubo mucha diferencia entre las obras del interior y las obras que se presentaron en la ciudad capital. Para llegar a saber la grilla del interior, tenías que buscar entre páginas y páginas de internet.
La existencia del festival como tal hace que la gente estuviera más dispuesta a ir a ver las obras, pero para conocerlas, nos tuvimos que hacer cargo nosotras mismas.
Una obra que ya es un clásico
La escasez de salas independientes en el interior de la provincia también es una fotografía de la política de presupuesto de cultura a la baja que se viene observando en los más de 20 años de gobierno del PJ cordobés, reforzado con el último ajuste en conjunto con el gobierno nacional.
En la ciudad de Mendiolaza (por poner un ejemplo), una de las sedes del festival a muy pocos kilómetros de la capital, no hay una sala o un espacio de usos múltiples del Estado que se pueda utilizar como sala de teatro, pequeños conciertos o exposiciones.
Los artistas trabajamos llevando y trayendo nuestra escenografía, bancando de nuestros bolsillos los gastos de movilidad, flete, técnicos, muchas veces con sueldos de un segundo trabajo.
Con crisis o sin crisis en la provincia no hay una política cultural interesada en el acceso de la gente al arte.
Porque siempre se ha apostado al arte como un bien más de consumo.Se ha convertido al arte y a los artistas en bienes de intercambio. Sólo ven el negocio.
El arte es mucho más que eso. Nos da la posibilidad de reencontrarnos como humanidad y preguntarnos si queremos más de lo mismo o no. Tal vez por eso, se ajuste siempre en cultura.
La solidaridad con el pueblo palestino se hizo su lugar
Soy artista, pero también soy militante. El día de la inauguración del festival fui y observé un hermoso espectáculo sobre las paredes del Teatro Real. Hubo discursos y palabras protocolares. Pero yo tenía una bandera de Palestina en la mochila. La saqué y la dejé flotar en el aire al grito de “¡Viva Palestina Libre!”, y con gran felicidad pude ver que mi acción no tuvo detractores.
Dentro del ciclo de obras que presentamos en el festival también nos dimos el tiempo para, frente a un público sensible, no dejar de sumarnos a un grito de toda la humanidad por una Palestina Libre.
Al finalizar, en las palabras que nos tomamos después de cada función para agradecer y saludar, nos pareció que era un buen momento para mencionar algunos de los tristes datos del Genocidio para generar conciencia y también contar sobre el buen estado de ya todos los tripulantes de la flotilla Sumud.
Dentro de muy poco habrá elecciones. Y en estas elecciones los artistas también tenemos que pensar qué proyecto votamos.
Sabemos que sólo la Izquierda ha tenido una política consecuente cuando el gobierno nacional atacó a los trabajadores del arte. Las otras fuerzas políticas no hicieron nada en contra de la Ley Bases que fue el inicio de varios capítulos en donde el gobierno de Milei ajustó al sector de arte y la cultura. Pero hace falta que la batalla sea amplia e intensa.
Por esta misma razón desde el MST hemos creado La Colectiva. Red Cultural como un espacio para compartir miradas, política y arte.
La integramos artistas militantes e independientes.
Es muy necesario tener un espacio de discusión sobre la política cultural, el presupuesto y al mismo tiempo proponer desde la Izquierda una relación del arte con una sociedad diferente. Alejada de la industria cultural mercantilista y más cerca de los trabajadores del arte y del derecho de los pueblos de disfrutar de la misma.
Te invitamos a que te sumes a militar con nosotros. Que acerques tu mirada sobre el arte. ¡Convertir el enojo en lucha! Y la soledad en organización con personas que quieran un mundo distinto.
El teatro, el arte en general existe desde hace muchos siglos… hemos sobrevivido a todas las crisis. Seguimos aquí: acompañando la vida de nuestras sociedades.
Esperando encontrarnos en un mundo sin clases.
Marxela Etchichury

