Ayer en Twitter se viralizó una publicación de Facundo Moyano y su reunión con sindicalistas “sub 55”. La bronca estalló por el cinismo de hablar de perspectiva de género en una mesa de solo varones.
Facundo Moyano se reunió con sindicalistas de distintos sectores para, según él, charlar sobre las demandas de los trabajadores bajo “tres objetivos”: futuro del trabajo, democracia sindical y perspectiva de género.
La foto compuesta por cien por ciento de varones generó bronca en las redes sociales y fue repudiada por cientos de trabajadoras, jóvenes y referentes feministas -incluso de su espacio político- por dicha contradicción.
“Lo único de perspectiva de género es el color del mantel”, “Las compañeras, Facundo, las compañeras”, “La verdad que lo de los sindicatos es una vergüenza total. Hablan de perspectiva de género solo entre hombres. Dan vergüenza y bronca loco”. Son algunos de los comentarios que recibió la publicación.
Otro de los puntos de la publicación de la bronca, fueron las botellas de vino que se ven escondidas debajo de la mesa. “Las botellas de vino… son una verguenza”.
Este sindicalismo no va más
La publicación del diputado nacional deja entrever algo más que una foto fallida. Muestra a una burocracia que más allá que se vista de violeta, o que intente con el discurso de la juventud marcar un cambio, son más de lo mismo.
Dicen hablar de las demandas de los trabajadores, pero no solo son parte del armado del gobierno sino también que silencian todo tipo de reclamo ante las políticas de ajuste. Dicen debatir sobre el futuro del trabajo, pero dejan pasar la precarización en curso sin llamar a paro. Hablan de democracia sindical y perspectiva de género y se sientan solo un poco más de una docena de hombres sin llamar a asambleas de base.
La furia de las redes expresa un hartazgo hacia todo el sindicalismo tradicional: el viejo y el de recambio. Que deja pasar el ajuste, la precarización, los despidos. Que lejos de ser democrático están copados por varones atornillados a sillones, con privilegios que hasta los convierten en funcionarios políticos y empresarios.
La ola feminista llegó para quedarse y las mujeres trabajadoras están al frente de la pelea contra la burocracia sindical, traidora, machista y patriarcal. Luchando por el reconocimiento y remuneración del trabajo doméstico, contra la brecha salarial, por acceder a cargos jerárquicos y contra el abuso y la violencia laboral. Contra los ajustes de los gobiernos y los empresarios.
Las mujeres trabajadoras estamos en este nuevo momento, construyendo un nuevo sindicalismo con democracia de base y representación femenina real. Por supuesto también, con independencia de los gobiernos de turno. Solo para nombrar algún ejemplo, en la salud y en la enfermería en particular con la ALE luchando por el reconocimiento profesional y salarial. Las compañeras de LATAM que pelean contra los despidos ilegales y por volver a trabajar en la aeronáutica. Las compañeras autoconvocadas conductoras de colectivos, peleando por el cupo laboral.