Los que pelearon en Malvinas, que dejó 649 compañeros caídos en combate, son calificados como “héroes” por la propaganda oficial pero han sido ninguneados por todos los gobiernos. Los logros que obtuvieron y el reconocimiento alcanzado son debido a la pelea que sus centros de ex combatientes libraron. Cuarenta años después, como lo mostró la reciente represión que sufrieron en la sede del PAMI, siguen luchando por sus derechos.
Ni bien terminada la guerra, luego de varias paradas y antes de ver a sus familiares, debieron firmar en Campo de Mayo, un acta compromiso por el cual debían guardar silencio y no contar lo vivido en la guerra.
La negación de lo sucedido en Malvinas continuó con los gobiernos “democráticos”.
El ex combatiente, Omar Jesús Romero 1 relata: “hubo un ocultamiento desde el principio y la campaña de ‘desmalvinización’ que arrancó con el alfonsinismo, siguió con el menemismo. No pudieron ocultar más por el proceso de organización de los ex combatientes y la enorme simpatía de la gente. Fue muy duro. Incluso los que conseguimos trabajo nos encontramos segregados. Muchos ex combatientes, para poder subsistir salían a vender revistas, como Malvinizar, en subtes y trenes.”
Muchos años para conseguir una pensión
Como nos cuenta Romero: “para poder conseguir una pensión se tardaron, en nuestro caso, casi 16 años. Cobrábamos una miseria, $ 300 en la época de Menem. Ahora es de tres jubilaciones mínimas, algo que se logró después de un acampe en el gobierno de Néstor Kirchner en el 2004. Se fueron consiguiendo, además, subsidios provinciales de distinto monto”.
El “reconocimiento histórico” que está exigiendo la Federación Nacional de ex Combatientes “es el reconocimiento para que le paguen a todos los ex combatientes en todos los años que no les pagaron desde que terminó la guerra”, nos informa Omar. Según un cálculo de la Confederación de Combatientes, entre haberes mensuales y aguinaldos no pagados, se adeudan 130 meses de pensión, a los que deben sumarse en el reclamo judicial, las actualizaciones e intereses que la ANSES debería pagarles. Un cálculo aproximado estima la deuda en 12 millones de pesos por veterano.
En relación a las jubilaciones: “la ley aprobada indicaba que, con 10 años de aportes y 53 años de edad, los ex combatientes podrían jubilarse con un mínimo de dos jubilaciones mínimas. Macri vetó este monto y quedó en una sola jubilación mínima. Además, recién ahora están saliendo muchos reconocimientos por discapacidad para acceder a las pensiones. Salen a cuenta gotas”, relata Romero.
Otro reclamo, en el ámbito de cada provincia, es que, siguiendo el caso de Santa Fe, los subsidios sean heredables por el conyugue en caso de fallecimiento del ex combatiente.
Un pobre acceso a la Salud
El pasado 16 de marzo, una concentración de ex combatientes frente a la sede del PAMI central, que dirige la funcionaria K Luana Volnovich, fue reprimida por la policía que custodiaba el lugar. Reclamaban que se cumpla la resolución 191, vigente desde la presidencia de Kirchner, por la que tienen acceso a atención gratuita.
Les cobran por las prestaciones co-seguros y hace ya dos años en que el deterioro es constante, con una muy baja calidad de las mismas en muchos lugares del interior del país. Denuncian que, para autorizar prestaciones, entre ellas para enfermedades crónicas o graves, dan “miles de vueltas” y exigen una tarjeta electrónica que agilice este trámite. Con 650 ex combatientes que se suicidaron es evidente que la atención psicológica es muy deficiente. Reclamaban, además, la cobertura de 100 vacantes dejadas por ex combatientes por fallecimiento o jubilación, se cubran con sus compañeros o hijos.
Según la agencia Télam, la Federación plantea “la ‘gran deuda’ que tiene el Estado Nacional, desde hace muchos años está vinculada al ámbito de la salud”. En la pandemia se produjeron muchas muertes “por negligencia, por falta de atención, no por simple Covid. La mayoría tuvo que recurrir al hospital ya que no tuvo una respuesta de nuestra obra social”.
Miles siguen reclamando su reconocimiento
En 1990 sólo se reconocieron a los ex conscriptos que libraron combate en las islas. Luego, se incorporó a los embarcados dentro de las 200 millas. Años después, al personal de cuadros y los retirados. Quedó pendiente un reclamo de 9.500 soldados desplegados en el Teatro de Operaciones del Atlántico Sur, que incluía las bases del litoral costero en apoyo a las fuerzas combatientes, los que incluso, participaron en combates contra incursiones inglesas en el continente, que dejaron un saldo de 17 muertos argentinos. Un decreto de Alfonsín del año 88 los sacó de todo reconocimiento.
Impunidad de estaqueadores y responsables de la derrota
Las torturas aplicadas a los soldados en Malvinas por parte de jefes, oficiales o suboficiales, siguen impunes después de 40 años. La Corte tiene paralizada la causa. Según denuncia el Cecim (Centro de ex combatientes) de La Plata: “con el 10 por ciento de la prueba que hay en este expediente, que cuenta los relatos de las víctimas y documentos oficiales que respaldan aquello que soldados torturados han expuesto, tendríamos a los victimarios condenados”.
Mucho menos se avanzó más allá de la condena de la Junta Militar encabezada por Galtieri, con la formación de una Comisión Investigadora Independiente que, avanzando sobre lo investigado, en el oculto por muchos años informe Rattenbach, determine la responsabilidad del conjunto de todos los jefes militares en la conducción de la guerra, como en la realización de delitos de “lesa humanidad”. La Corte se niega a considerar estos delitos como de lesa humanidad, por lo cual pueden considerarse prescriptos.
1. Omar Jesús Romero es un ex combatiente, militante del MST, al que acabamos de publicar un extenso reportaje titulado “La guerra se podía ganar” en la web de Periodismo de Izquierda.