Nota extraída del sitio web de la Liga Internacional Socialista.
Justin Akers Chacón es un socialista revolucionario, autor y profesor de Estudios Chicanos en el San Diego City College. Lo entrevistamos recientemente durante una visita para discutir sobre el proceso de reagrupamiento y convergencia de su organización, Socialist Horizon, y la LIS.

Entrevistó Vince Gaynor
¿Cómo analizas la situación política desde que Trump asumió su segundo mandato?
La elección de 2024 que llevó al poder a Trump y un Partido Republicano comandado por la extrema derecha no refleja tanto un giro a la derecha de la clase trabajadora, sino más bien un importante giro de la cúpula de la sociedad estadounidense, de la clase dominante.
Pasamos cuatro años bajo el gobierno de Biden-Harris, durante los cuales vimos un rescate masivo de empresas capitalistas en quiebra. Vimos a Estados Unidos expandir sus fuerzas militares: directamente y mediante la OTAN en Ucrania, en su apoyo al genocidio, a través de Israel, en Palestina, y en el reforzamiento del aparato bélico en el sudeste asiático. Por eso, yo caracterizaría a los demócratas como el verdadero “equipo A” del imperialismo estadounidense. Vienen intentando reafirmar la hegemonía imperial de EE. UU. en un momento en el que el sistema imperialista centrado en EE. UU. enfrenta grandes desafíos.
En gran medida, Biden fue elegido en base a generar expectativas en que iba a deshacer lo que Trump había hecho en los cuatro años anteriores, decretando una moratoria sobre las deportaciones, aprobando una legalización que llegara a todas las personas indocumentadas; y en general diciendo que iba a ser un presidente proinmigrante. Pero eso se derrumbó rápidamente; para el último año de la administración Biden-Harris, encabezaban el esfuerzo por cerrar la frontera, permitiendo que ICE actuara con mayor agresividad para detener y deportar personas, y tratando de impulsar una ley antiinmigrante muy derechista que, en realidad, había sido redactada por los republicanos. De hecho, los republicanos estaban cronometrando la aprobación de esa ley con las elecciones, pero como Biden y Harris la promovieron, Trump terminó diciendo “no la voten, porque no queremos darles ningún tipo de victoria justo antes de las elecciones”.
Yo caracterizaría la situación política como una crisis, porque hay una polarización social significativa en el país. Tenemos una elevación de las altas esferas de la clase capitalista hacia lo que se ha caracterizado como una nueva oligarquía. Tenemos a nuevas fracciones de la extrema derecha de la clase capitalista entrando ahora al gobierno. Y los demócratas, básicamente, no tienen nada que ofrecer.
Trump encabeza un intento imperialista extremo de usar el poder militar de Estados Unidos para imponer su voluntad sobre el resto del mundo. Hay un intento de reestructurar radicalmente las relaciones económicas mediante un régimen de aranceles. Vemos a Trump declarando abiertamente sus intenciones de recolonizar o colonizar distintas partes del mundo. Pero esta trayectoria refleja un imperio estadounidense en decadencia y sus intentos agresivos de frenar esa decadencia.
En relación con la polarización, las divisiones de clase se están ampliando significativamente en este país. No sólo en los intentos de criminalizar a los migrantes y enfrentarlos con otros sectores de la clase trabajadora, sino también en el ataque a la salud y los derechos reproductivos de las mujeres, los ataques a las personas con discapacidad, los ataques a las personas trans y a la comunidad LGBTQ+ en general.
Es una ofensiva directa, en forma de guerra de clases abierta, contra los distintos sectores de la clase trabajadora, en un momento en que la mayoría de la población sufre una caída aguda, en algunos casos un colapso, de los niveles de vida, estancamiento salarial y precariedad económica.
Todas estas cosas sucediendo a la vez representa una crisis importante. El proyecto bipartidista de reafirmar la preeminencia imperialista de Estados Unidos refleja unidad. Pero luego no tienen nada que ofrecer; ya ni siquiera existe el simulacro de hablarle o dirigirse a los intereses de la clase trabajadora. Sólo hay ataques. Esto explica en gran medida el clima político actual y cómo está politizando y radicalizando muy rápidamente a sectores de la clase trabajadora, estudiantes y grupos oprimidos.
Se sabe mucho más sobre el ascenso de la extrema derecha que sobre esa radicalización que describes. ¿Cómo es ese proceso?
Muchas personas están siendo politizadas y radicalizadas muy rápidamente porque el pegamento que mantenía a mucha gente en un estado en el que creía que las cosas podían reformarse se está desintegrando rápidamente. “A”, porque no parece haber una solución electoral a esta crisis, en parte porque los demócratas no están ofreciendo ninguna alternativa. Y “b”, porque el acelerado deterioro del nivel de vida básico está obligando a más personas a buscar la manera de luchar por sus derechos y necesidades fundamentales. Por supuesto, esto no es cómo lo representa el sistema político bipartidista ni los medios capitalistas, pero hay una crisis profunda que afecta a la gran mayoría de la clase trabajadora.
Entonces, ese pegamento se está deshaciendo porque cada sector de la clase trabajadora está enfrentando ahora su propia crisis. Los estudiantes se gradúan de la universidad y no tienen ninguna oportunidad económica, y ahora tienen que luchar incluso por el derecho a acceder a la educación. Hay una crisis habitacional. La inflación ha socavado y eliminado toda capacidad de la clase trabajadora de ahorrar o incluso para costear las necesidades básicas.
El Partido Demócrata se ha desplazado tan hacia la derecha política que ha abandonado incluso su retórica reformista. En esta última elección de 2024, los vimos ofrecer absolutamente nada a la clase trabajadora, solo más guerra y desmantelamiento neoliberal, nada sobre la cuestión migratoria.
Este es un elemento clave para entender por qué hay una crisis en la izquierda. Porque el sector más grande de la izquierda dentro del Partido Demócrata ha promovido soluciones reformistas, comenzando por algunos de los agrupamientos reformistas más grandes como los Socialistas Democráticos de América, que entraron al Partido Demócrata esencialmente creyendo que podían moverlo a la izquierda, hacia una forma de partido más socialista reformista o que no respondiera a la clase capitalista, sino a la clase trabajadora.
Esta no es una estrategia nueva en la izquierda estadounidense. Ha sido una constante durante más de un siglo. Pero creo que ha habido un colapso espectacular de este proyecto, porque hemos visto cómo las ilusiones en el Partido Demócrata se derrumban rápidamente. Pero en los últimos años, gran parte de la izquierda revolucionaria también ha entrado en declive por la cuestión del reformismo, alineándose de alguna forma con el ala izquierda del Partido Demócrata, con el grupo conocido como “The Squad” o Bernie Sanders. Y esto ha creado otro tipo de crisis, en la izquierda revolucionaria.
Ha habido un declive significativo en la organización de la izquierda revolucionaria y una pérdida de confianza en las ideas socialistas revolucionarias. Pero estamos en un momento de gran fluidez y se está dando un proceso en el que la conciencia de cientos de miles, sino millones, de trabajadores, estudiantes y otros están avanzando hacia una comprensión de que el sistema no puede ser reformado desde adentro. El nivel de amenaza a su vida, sus medios de subsistencia, su empleo, sus derechos básicos está ahora obligando a la gente a estar abierta y a buscar soluciones más radicales.
Esto plantea entonces la pregunta de qué necesitamos hacer para conectar a esas personas con las ideas que ayuden a explicar y analizar la crisis del capitalismo y del imperialismo, pero también entender que tenemos, la clase trabajadora, el poder para organizarnos, luchar por defender lo que tenemos, luchar contra los aspectos autoritarios y fascistas del funcionamiento del Estado, y desafiar al propio sistema capitalista.
Así que, mientras las condiciones objetivas se están presentando rápidamente, es decir, condiciones en las que la clase trabajadora necesitará involucrarse en luchas de mayor escala, las condiciones subjetivas, las ideas de cómo hacerlo, necesitan desarrollarse y difundirse urgentemente a través de un movimiento para construir un partido socialista revolucionario en este período. Esta es la tarea de Socialist Horizon.
Cuéntanos sobre Socialist Horizon.
Socialist Horizon (SH), Horizonte Socialista, es una nueva organización socialista revolucionaria en desarrollo, que cuenta con un análisis y una comprensión de la profundidad de la crisis que enfrentamos. También tiene una comprensión de las posibilidades reales para construir movimientos de masas de trabajadores en lucha contra este sistema. Esa es una tarea gigantesca para un pequeño grupo de revolucionarios, pero también vemos la necesidad de reagruparnos con otros grupos de revolucionarios que comparten una comprensión y una visión similar. Por eso hemos asumido como una tarea inmediata y urgente reunir a tantos socialistas revolucionarios como sea posible en una organización común.
Las tareas deben entenderse en relación con la magnitud de la crisis, y el momento actual indica que debemos encarar esta tarea ahora. Vemos que esta crisis no es superficial ni pasajera, sino que refleja crisis estructurales más profundas que no tienen salida sin nuevos ataques, sin más guerras, sin más de los productos más grotescos del capitalismo y el imperialismo. Porque el capitalismo responde a sus propias crisis con más ataques contra la clase trabajadora, con más guerras, con más barbarie—una barbarie que ya se manifiesta de múltiples formas.
También creemos que, en las grandes tradiciones de la organización y los partidos socialistas revolucionarios que han sabido comprender y responder a los desafíos en momentos críticos, es posible—con una organización socialista revolucionaria militante y decidida en los lugares de trabajo, en las comunidades, en los campus universitarios—conectar con sectores mucho más amplios y construir un movimiento socialista revolucionario mucho más grande, una organización revolucionaria de masas para las luchas de hoy y de mañana.
Pero la crisis del capitalismo y el imperialismo es global. Por lo tanto, el movimiento revolucionario contra el capitalismo y el imperialismo también debe ser global en nuestros esfuerzos por reconstruir y reagrupar la organización revolucionaria en las entrañas de la bestia, en el corazón del imperio, en los Estados Unidos. Entendemos que no podemos construir nuestro movimiento de forma aislada, sin construir también vínculos y relaciones con revolucionarios en todo el mundo.
En nuestro proceso de llegar a esa comprensión, tuvimos la suerte de entrar en contacto con las compañeras y compañeros de la Liga Internacional Socialista (LIS), conocer más sobre su proyecto, y encontrar los puntos de convergencia. Tenemos un alto nivel de acuerdo sobre la importancia y la urgencia de vincular a revolucionarios de todo el mundo—especialmente desde nuestra posición aquí en Estados Unidos—sobre la necesidad de conectarnos, de aprender a través del diálogo y la colaboración, y también de vernos como parte de un movimiento que atraviesa fronteras, trabajando en conjunto hacia objetivos comunes, aunque luchemos en condiciones y contextos distintos.
Entonces trabajar con la LIS y ser parte de su proyecto internacional nos da confianza—nos da la certeza de que hay compañeras y compañeros alrededor del mundo haciendo el mismo trabajo, y que lo que estamos construyendo es mucho más grande que nosotros mismos, con un impacto que fortalece y beneficia todas las luchas en las que estamos comprometidos en nuestros propios países. Vemos el proyecto de la LIS como un elemento clave junto al trabajo que hacemos a nivel nacional. Lo que la LIS está haciendo internacionalmente está profundamente interconectado con lo que construimos aquí, y queremos ser parte activa de ello.
También entendemos que estar ubicados en el centro de la contrarrevolución global nos da una responsabilidad particular: oponernos a los esfuerzos del gobierno de Estados Unidos por imponer su dominación imperialista y neocolonial sobre países de todo el mundo. Hacer todo lo que esté a nuestro alcance para debilitar la capacidad del gobierno y la clase capitalista estadounidense de atacar a otros pueblos en busca de ganancias, y de sabotear los movimientos revolucionarios que surgen en distintas regiones. Por eso vemos que la construcción—como parte de la LIS— de la solidaridad internacional, y la defensa de los movimientos obreros y las futuras revoluciones, como una tarea urgente y necesaria.
San Diego Socialists es uno de los grupos locales que conforma Socialist Horizon. Cuéntanos sobre su actividad.
Socialistas de San Diego (SDS) es un proyecto para construir una organización socialista revolucionaria basada en los métodos de la lucha de clases, adaptándonos también a las condiciones específicas que enfrentamos aquí en San Diego. Una de esas condiciones es ser una ciudad fronteriza, justo enfrente de Tijuana, donde se ubican cientos de grandes fábricas—las maquiladoras. Estas fábricas concentran una parte significativa de la producción estadounidense que ha sido trasladada a México, sostenida por la frontera, para imponer salarios bajos y condiciones laborales brutales a cientos de miles de trabajadoras y trabajadores en la región de Tijuana.
Hemos construido una red de solidaridad transfronteriza con socialistas mexicanos en Tijuana que están activamente organizando sindicatos socialistas independientes y antiburocráticos en las maquiladoras. Los apoyamos de diversas formas, incluyendo participar en asambleas de trabajadores, debates políticos y protestas frente a las sedes en San Diego de empresas que operan del otro lado de la frontera. La solidaridad transfronteriza e internacional es un principio fundacional de Socialistas de San Diego.
También organizamos trabajadores de este lado de la frontera, que son parte de una clase trabajadora transnacional, ya que muchas y muchos trabajadores en San Diego son migrantes. Nos oponemos a la frontera y rechazamos tanto la militarización fronteriza como las restricciones migratorias, como parte de nuestro trabajo de organización laboral y defensa migrante, basada en la solidaridad transnacional.
Otro aspecto central de nuestro trabajo en SDS es la organización de sindicatos de inquilinos. San Diego es un condado de 3.7 millones de personas con una ciudad costera donde el sector dominante de la clase capitalista está compuesto por fondos de inversión, inversores inmobiliarios y propietarios. Su objetivo es eliminar toda restricción al aumento de los alquileres y utilizar la propiedad de la viviendas y el sistema de rentas como mecanismos para extraer las máximas ganancias de la clase trabajadora. Como resultado, más de la mitad de la población de San Diego alquila.
Utilizamos el modelo sindical de clase para desarrollar un movimiento de sindicatos de inquilinos que organiza a los inquilinos del modo que se organizan las y los trabajadores—en sindicatos—y que construye esos sindicatos para exigir colectivamente concesiones a los propietarios y arrendadores. A través de este proceso, no solo educamos a las y los trabajadores sobre sus derechos como inquilinos, sino que, más importante aún, enseñamos la necesidad de la lucha de clases como método para frenar los aumentos de alquiler, obligar a los propietarios a hacer reparaciones y emprender otras formas de acción colectiva para conquistar sus demandas.
En muchos casos, estas luchas culminan en huelgas de alquiler. Esta es una de nuestras tácticas principales porque, al igual que cuando las y los trabajadores retienen su fuerza de trabajo, cuando las y los inquilinos retienen el pago de alquiler, se altera la relación de fuerzas y se puede forzar a los propietarios a que se sienten a negociar. Hemos ayudado a formar varias decenas de estos sindicatos en todo San Diego. Una parte importante de las y los inquilinos que organizamos son migrantes, incluidos trabajadores indocumentados—pero no exclusivamente. Militamos con una amplia franja de la clase trabajadora.
Nuestro trabajo con el activismo sindical de base también nos ha llevado a un proyecto de formación política socialista dentro de diversos sindicatos, uniendo a trabajadoras y trabajadores para dos objetivos. Primero, presionar a las dirigencias sindicales desde la izquierda para que apoyen activamente las luchas de la clase trabajadora en general, como las que involucran a trabajadores migrantes. Y más importante aún, construir solidaridad obrera y una red de militantes sindicales antiburocráticos que puedan actuar como un ala radical dentro del movimiento sindical, luchando en torno a reivindicaciones que representen al conjunto de la clase trabajadora. Esta Red de Acción de Solidaridad Obrera que hemos formado recientemente es un paso importante hacia la construcción de un movimiento socialista en en los sindicatos.
También impulsamos un proyecto de formación política socialista para las y los trabajadores. Es una escuela de formación sindical que algunas compañeras y compañeros han vienen desarrollando hace un tiempo, orientada a crear espacios dentro de los sindicatos para estudiar la historia de la lucha de clases y de las revoluciones—porque estas tradiciones y esa memoria histórica han sido arrancadas de buena parte de la clase trabajadora en este país. Así que, a nivel local, a través de nuestros vínculos con múltiples sindicatos y activistas de base, buscamos ayudar a las y los trabajadores a reconectarse con su propia historia radical y revolucionaria, como parte de la construcción de un movimiento socialista revolucionario más amplio.
También participamos activamente en el movimiento de solidaridad con Palestina desde los campus universitarios. Nuestros militantes han contribuido a fundar dos capítulos de Students for Justice in Palestine (Estudiantes por Justicia en Palestina) aquí en San Diego, y también organizamos un grupo de Docentes por Palestina. Ambos espacios están activos en múltiples campus, organizando boicots y campañas de desinversión dirigidas a productos israelíes, protestando en los campus contra la represión a estudiantes que participan en acciones de solidaridad con Palestina, y participando en el movimiento pro-palestino a nivel de toda la ciudad.
Estos son algunos de los proyectos que estamos desarrollando desde Socialistas de San Diego, y somos optimistas respecto a nuestra capacidad para seguir ampliando este trabajo—a nivel local, nacional e internacional—como parte del movimiento socialista revolucionario en los años por venir.