El saqueo socioambiental llevado adelante sobre los territorios no impacta solamente en las zonas más afectadas por el extractivismo como los bosques, humedales o en las grandes reservas de minerales e hidrocarburos. También se ve reflejado en las grandes ciudades, donde el cemento prima sobre el verde.
En la ciudad de Buenos Aires, la falta de espacios verdes públicos se profundizó en los últimos años por la constante reducción de los mismos, política activa del Jefe de Gobierno Larreta, que planea darle continuidad con Martín Lousteau. Según la Dirección de Estadísticas y Censos, la capital cuenta con 6,7 m2 de espacios verdes por habitante, algo muy lejano los estándares internacionales. Además casi el 30% de dichos espacios está compuesto por canteros, pequeñas plazoletas y derivadores de tránsito, que no resultan significativos para los vecinos y vecinas. Si se descuentan estas superficies, el número desciende a 4,7 m2 por habitante.
Distintos informes, como el elaborado por la Revista Public Health Reviews en 2016 sostienen que, como mínimo, las ciudades deberían contar con 9 m2 de espacios verdes públicos por habitante, mientras que otros, como el trabajo realizado por “Elsevier” sugieren que el rango debe ser entre 10 y 15 m2 por habitante.
Estos estándares no solo son importantes por lo influyentes que son en la calidad de vida y la salud mental de los ciudadanos; también porque la superficie verde de los parques, plazas y áreas protegidas de las zonas urbanas contribuyen en gran medida con la descontaminación del aire y con la reducción del impacto de inundaciones y altas temperaturas. En el marco de la crisis climática actual, donde estos fenómenos climáticos y meteorológicos son cada vez más fuertes y frecuentes, los espacios verdes cobran una mayor relevancia.
Espacios verdes y cambio climático
El negocio de Larreta y sus constructoras amigas en la Ciudad, está a la vista de todes. Todos los proyectos de urbanización que promueve, en el fondo, están relacionados con intereses económicos vinculados con la especulación inmobiliaria. Todo espacio y hueco disponible, se aprovecha para cementar, mientras se recorta la superficie verde y se podan más árboles.
El arbolado urbano, concentrado mayormente en los parques y plazas, tiene un gran valor para contrarrestar los efectos del cambio climático. Varios especialistas insisten hace años en la necesidad de generar una correcta planificación de la infraestructura verde de la Ciudad, para lograr maximizar los aportes ecosistémicos que esta produce. La Organización Mundial de la Salud sugiere que en las ciudades debería haber un árbol cada tres habitantes, algo muy lejano a la realidad de CABA, donde hay 470.000 árboles para 3 millones de habitantes (menos de la mitad de lo sugerido por la OMS).
Esta carencia se notó en el verano de 2023, que tuvo 9 olas de calor en todo el país. Las temperaturas extremas afectaron severamente a la población de las ciudades y llevaron a consumos récord de energía eléctrica, resultando en 2,2 millones de usuarios de la CABA y el Gran Buenos Aires sin suministro eléctrico durante los días más calurosos registrados en décadas.
Disponer de una cantidad acorde de árboles en la Ciudad, ayudaría a combatir considerablemente las altas temperaturas, ya que absorben el calor del aire cuando transpiran por las hojas. Estudios recientes han demostrado que, en el mismo lugar, pueden registrarse grandes diferencias de temperatura según cambia la superficie. Por ejemplo: en el asfalto y el concreto pueden registrarse 50 y 47 grados, respectivamente. En simultáneo, la temperatura alcanzada en el césped puede ser de 35 grados y el césped a la sombra podría registrar solo 17. Además, según la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), un árbol adulto puede llegar a absorber 150 kg de CO2 al año, un aporte sustancial para disminuir las emisiones del principal gas de efecto invernadero y disminuir notablemente enfermedades respiratorias y cardiovasculares causadas por la contaminación del aire.
La desigualdad entre las comunas
El problema socioambiental de CABA, frente al extractivismo urbano, no es el mismo en todos los barrios. De hecho, al comparar la cantidad de áreas verdes entre las comunas, destaca una gran desigualdad en la distribución de estos espacios a lo largo y ancho de toda la Ciudad.
La comuna 1 por ejemplo, integrada por los barrios de Retiro, San Nicolás, Puerto Madero, San Telmo, Montserrat y Constitución, cuenta con la reserva ecológica de Costanera sur. Por ende, posee 18 m2 por habitante gracias a los 343m2 que la reserva le brinda. Sin embargo, a excepción de la comuna 8 (Soldati, Lugano y Riachuelo) y la comuna 14 (Palermo), el resto de las comunas están en un estado crítico. La mayoría tiene entre 3 y 5 m2 por habitante e incluso, en el caso de las comunas 3 y 5, el promedio cae a menos de 1m2 por habitante.
La complicidad del PJ
Los negocios inmobiliarios y el avance sobre los espacios públicos en la Ciudad de Buenos Aires no se le pueden atribuir solamente al PRO, ya que PJ y el Kirchnerismo han co-gobernado la Ciudad y le han garantizado los votos, durante muchos años, para que los proyectos del gobierno porteño se concreten. En 2012 se concretó un gran pacto “PRO-K”, denunciado en su momento por el legislador del MST, Alejandro Bodart. Consistió en un paquetazo de proyectos de rezonificación de los terrenos ferroviarios para la construcción de viviendas en alturas y la venta del Edificio Del Plata (ex sede del gobierno) entre otras medidas.
Ambos bloques mayoritarios de la Legislatura, acordaron llegar a los dos tercios de la cámara y así lograr la mayoría especial, que les permitió tratar los proyectos sin que pasen por comisiones. La compañía que debe llevar a cabo los proyectos urbanísticos en los terrenos ferroviarios cedidos, es una empresa estatal creada por CFK en 2014, llamada Playas Ferroviarias SA. Esta sociedad, dirigida actualmente por la agrupación kirchnerista la Cámpora, tiene como objetivo garantizar que, como mínimo, el 35% de los espacios de los playones sean ocupados por la construcción de viviendas de altura. En la práctica, terminan ganándole más terreno al espacio público por el desarrollo urbanístico que conlleva una obra de tales características.
La necesidad de la izquierda en la Ciudad
El Frente de Izquierda Unidad es la única fuerza política que tiene una solución real frente a la problemática de los espacios verdes. Con las propuestas de ampliación de dichos espacios, utilizando los ex-playones ferroviarios y las tierras fiscales que posee la Ciudad, para garantizar la correcta disposición de árboles y corredores biológicos con plantas nativas de nuestra región. Por eso invitamos a apoyar la lista de Unidad de los Luchadores y La Izquierda, encabezada por Vanina Biasi y Celeste Fierro para enfrentar a los candidatos culpables del deterioro socioambiental que vivimos todos los porteños.
Joaquín González