lunes, 23 diciembre 2024 - 00:36

Escándalo en la UBA. Nuevo ataque a los derechos democráticos

El día miércoles 19/4 sucedieron las comisiones directivas de los centros de estudiantes conducidos por Nuevo Espacio/Franja Morada (UCR-PRO) y sus satélites. A través de las cuales estas fuerzas políticas suspendieron las elecciones a centro de estudiantes de este año y por esa vía, extendieron su mandato hasta el 2024 de manera absolutamente inconsulta.

Este hecho tiene un trasfondo, y es que el año pasado la FUBA conducida por estas mismas fuerzas, entre gallos y medianoche convocó a un congreso extraordinario en el cual modificó los estatutos de la Federación. Evento que ocurrió a espaldas de todo el movimiento estudiantil. En dicha modificación se le permite a los centros de estudiantes realizar elecciones cada dos años, cuando, desde la vuelta de la democracia, los centros de estudiantes renovaron sus autoridades cada año.

Un Espacio que de Nuevo no tiene nada

Es en este marco que en el día de ayer se dio el nuevo ataque por parte de la agrupación estudiantil de las autoridades de la universidad. Pero ¿Por qué si durante 40 años las elecciones a centro de estudiantes eran cada año, la Franja Morada y Nuevo Espacio quieren cambiar este régimen?

Lo primero que hay que considerar es que estas fuerzas lograron una recomposición después de haber perdido prácticamente todo en el año 2001. Con un perfil despolitizado, escondiendo su verdadera identidad política, mostrándose como “estudiantes independientes”. Obviamente que su avance combina balances muy pobres de la gestión de la izquierda (sobre todo Partido Obrero), con una disposición de recursos extraordinarios por tratarse de las fuerzas de las autoridades. En este sentido, es evidente que recortar los derechos democráticos del movimiento estudiantil es una forma de autoprotección de los cargos que recuperaron. Es como mínimo llamativo que la primera iniciativa de estas fuerzas después de haber retornado a la conducción de la FUBA sea suspender las elecciones.

En segundo lugar, hay que enmarcar esa decisión en el contexto general del país. La economía se encuentra en total asfixia producto de los planes económicos del fondo monetario y las políticas de ajuste de los gobiernos. El ataque sobre todo lo público es permanente: recortes presupuestarios, despidos, quita de subsidios. La UBA no es la excepción: la docencia universitaria viene de realizar una serie de paros bajo la existencia de mejoras salariales, hace unas semanas el Consejo Superior le quitó la obra social a docentes ad-honorem y futuros jubilados impidiendo su afiliación a DOSUBA, en la carrera de Musicoterapia donde los docentes tienen contratos anuales, despidieron a cinco por realizar clases públicas el cuatrimestre pasado. Todo en un marco de recorte presupuestario general en la educación del 15%. En este sentido, la movilización y organización se vuelven herramientas fundamentales para defender la educación pública y la formación profesional. Si Nuevo Espacio y Franja Morada quieren restringir el debate político y los derechos democráticos del movimiento estudiantil es porque lejos de defender la educación pública, son parte de las fuerzas que aplican el ajuste y la quieren desmantelar. Cuando más se necesita la participación estudiantil, suspenden las instancias deliberativas. En fin. un Espacio que lo único Nuevo que trae es el ataque a los derechos democráticos básicos, como es votar.

El Kirchnerismo con pose opositora, le hace el juego a la Franja

Por su parte, las fuerzas estudiantiles del gobierno una vez más le allanan el camino a la derecha. Sosteniendo discursos opositores y una supuesta confrontación a la iniciativa de Nuevo Espacio y Franja Morada, se abstuvieron en todas las comisiones directivas que participaron. Desde la Mella, agrupación a la que de izquierda independiente no le queda absolutamente nada, hasta la Cámpora, prefirieron no votar en contra por un hecho muy simple: en las facultades donde ellos son conducción (Filosofía y Exactas) también evitarán las elecciones. Esto cobra sentido al tratarse de las fuerzas del gobierno que está llevando adelante el ajuste y recorte. Nuevamente, como podemos observar en el plano nacional, vemos que si bien no son lo mismo se parecen demasiado.

La izquierda entre la posibilidad de la diferenciación y la adaptación

En el caso de la izquierda, al igual que a nivel nacional, las dificultades para tener una política unificada son muchas. El Partido Obrero aún continúa dirigiendo 2 centros de estudiantes: Farmacia y Bioquímica, y Veterinarias. En este contexto la izquierda tiene dos posibilidades: diferenciarse, siendo la única fuerza universitaria en convocar a elecciones a contrapelo del actuar de todas las fuerzas patronales, o adaptarse a la propuesta antidemocrática que tanto Radicales como Peronistas están aplicando en las facultades. Si bien es cierto que la decisión de diferenciarse conlleva un riesgo, ya que las fuerzas tradicionales podrían volcar sus aparatos partidarios a estas elecciones y perder la conducción sería una de las posibilidades (como cada año) ¿No es el momento de salir unitariamente a confrontar, más que nunca, con las fuerzas que están atacando los derechos del movimiento estudiantil? ¿Estos centros no deberían convocar asambleas para debatir este problema con los estudiantes? ¿Prorrogarán su mandato sin siquiera votarlo en una comisión directiva? ¿El Partido Obrero va a entregar el derecho básico a votar sin dar la batalla a fondo? ¿Para qué queremos conducir centros de estudiantes si no están al servicio de las luchas del movimiento estudiantil? Convocar elecciones en este marco, sería un hecho disruptivo y una herramienta potente para confrontar toda la política de las fuerzas tradicionales.

Para el MST y la Juventud Socialista adaptarse a las prácticas de las fuerzas tradicionales y patronales nunca es una opción. Convocamos al resto de las organizaciones de izquierda a impulsar esta política para abrir de manera unitaria todos los espacios de democracia participativa para debatirlo todo, politizar y esclarecer las implicancias de esta avanzada autoritaria y fundamentalmente para que se exprese el movimiento estudiantil y sus organizaciones. Más democracia, participación, organización y lucha es el antídoto para enfrentar el ajuste del rectorado, el gobierno y sus fuerzas estudiantiles

Hacer una revolución en la UBA

En este momento donde los ataques a la educación pública en general y al movimiento estudiantil en particular, se van a dar de manera permanente, lejos de restringir y limitar la participación, es cuando más plurales y audaces tenemos que ser. Toda la estructura de la Universidad de Buenos Aires está armada para la conformación de castas que se eternizan en sus puestos. Donde los profesores tienen un peso totalmente desproporcionado, siendo la minoría absoluta de la universidad son los que terminan decidiendo sobre el conjunto de las definiciones. Decanos y Rectores elegidos entre cuatro paredes, falta de voto directo, entre otras reglas antidemocráticas. Para que las universidades se conviertan en usinas ideológicas y científicas, productoras del conocimiento necesario para sacar a la sociedad de la crisis en la que está inmersa, se necesita realizar una revolución hacia su interior. Donde las máximas autoridades se elijan de manera directa, donde cada persona valga un voto, donde los planes de estudios sean discutidos colectivamente, y su capacidad de ingreso sea realmente irrestricta.

Sin embargo, en la coyuntura de ataque permanente en la que nos encontramos, lejos de limitar los espacios democráticos y deliberativos como quieren hacer Nuevo Espacio y la Franja Morada, es cuando más participación e involucramiento del conjunto del movimiento estudiantil necesitamos. La capacidad de defender la educación pública está íntimamente ligada a la capacidad que tengamos de organizarnos para dar la batalla.

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