El miércoles 17 de abril se llevó a cabo una nueva sesión del Consejo Directivo de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de Entre Ríos. En dicha sesión, por fuera del orden del día ya establecido, se incorporó la discusión de una nota presentada por les estudiantes Ana Ekaterina Cornejo e Ireí Berduc Fernández reclamando contra el ataque a sus identidades de género por parte de la Universidad.
Ambes estudiantes se encuentran sin la obtención de sus títulos en Técniques en Comunicación Social desde hace un tiempo prolongado. Ireí presentó la solicitud de obtención en abril de 2023, hace mas de un año, y Ana, hace casi tres años, en julio de 2021. Esta tardanza les dificulta el acceso y la permanencia al trabajo formal y sus desempeño como graduades, vulnerando derechos conquistados en primer lugar a la identidad de género y ,además, el acceso al trabajo adecuado a su identidad.
En la universidad pública de Entre Ríos, hasta el día de la fecha, no hay una normativa que permita a les egresades recibir sus títulos universitarios con sus respectivos géneros autopercibidos. Desde octubre del año pasado vienen exigiendo a los responsables y a las distintas áreas de la facultad y de la universidad sin obtener respuestas ni avances con solicitudes hechas ya hace uno y tres años. Gracias a la insistencia de les estudiantes, se llevó adelante desde la gestión de la universidad la redacción de una nueva normativa que será tratada en la próxima sesión del Consejo Superior de la UNER el día 26 de abril. Además, con sus intervenciones dentro del Consejo Directivo de la Facultad, lograron el compromiso a apoyar sus reclamos en Consejo Superior. Por otro lado, siendo que se va tratar una nueva normativa, es necesario remarcar la necesidad de que les estudiantes y las disidencias seamos parte de estos espacios de escritura y formación, ya que nosotres mismes somos capaces de pensar las políticas que nos permitan la permanencia dentro de la universidad pública.
Frente a esta situación, Ireí Berduc Fernández comentaba:
“Este fue y está siendo un proceso muy largo, desgastante, se me va la energía en esto cuando podría ponerla en otros proyectos, en buscar trabajo con mi título de técnique. Y no puedo porque tengo que luchar, reunirme con gente, informarme, conversar, investigar y hacer un montón de cosas para exigir que se cumpla este derecho. Ni siquiera respetan leyes como la 26.743 de Identidad de Género que en el artículo 12 dice que la identidad tiene que ser respetada sin necesidad de que haya cambio registral en el DNI, por ejemplo. Nuestras identidades se vulneran una y otra vez. La facultad es sólo uno de los espacios en los que estamos eligiendo dar esta pelea, y hay muchísimos más en los que seguimos resistiendo. Tuve que luchar un montón para que respeten mi identidad, y sin embargo muchas veces no lo hacen. Imaginate que en la reunión que tuvimos en Consejo Directivo, donde estábamos hablando sobre el tema, no se respetó mi identidad. Después de eso, ¿qué puedo esperar del resto, no? Como te decía, me desgasta mucho. Aunque saber que hay personas que me acompañan y apoyan siempre, me da la fuerza para seguir en esto. Además también lo hago por quienes van a venir, yo que tengo el sostén de otres, ese privilegio, siento que tengo que aprovecharlo”.
La Universidad Pública, gratuita, científica, laica y feminista que necesitamos
Esta situación pone en discusión qué tipo de Universidad necesitamos y al servicio de quién. En un contexto nacional donde el gobierno de Javier Milei ataca sistemáticamente los derechos conquistados desde el movimiento de mujeres y disidencias como la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo, el cierre del Ministerio de Mujeres y Diversidades, el cierre del INADI y la prohibición del lenguaje inclusivo en ámbito de la administración pública, la Universidad que necesitamos no puede quedar por fuera de las luchas del movimiento feminista.
Somos les estudiantes quienes somos mayoría en las aulas y los pasillos pero somos la minoría dentro de los órganos donde se toman las decisiones. Para pensar la universidad pública que nos permita el acceso, la permanencia y egreso, necesitamos avanzar a una real democratización para que seamos les estudiantes quienes podamos decidir sobre las políticas. Con el desfinanciamiento histórico de la educación pública que hace que cada vez seamos menos los que podemos llegar, se vuelve vital democratizar la universidad y que haya mayoría estudiantil en los órganos de cogobierno.
Universidad en lucha
Milei viene por todo y la Educación y la Ciencia públicas no quedan por fuera. El desguace presupuestario hoy llegó a que instituciones académicas tengan que seguir funcionando a oscuras para ahorrar en costos del funcionamiento diario. La prórroga del presupuesto universitario del 2023 con una inflación interanual del 287% en abril, hace que corra peligro el funcionamiento de la universidad en los próximos meses. Esto ya se ve expresado en el recorte a los salarios docentes que son de miseria, en becas y en bienestar estudiantil.
Hoy nos pone en primer orden la necesidad de defender la Universidad y la Ciencia públicas y seguir organizándonos hacia la Marcha Federal Universitaria del 23 de abril y avanzar hacia unir todas las luchas en una gran movilización el 1° de Mayo y preparar el Paro General del 9. Creemos que hay que continuar para que desde las bases construyamos el plan de lucha necesario para tirar todo el plan de ajuste y de represión de Milei. Seguir organizándonos y pensar y construir la Universidad que necesitamos, para que sea realmente pública, gratuita, científica, laica y feminista y, parte de lograr la democratización hacia dentro y que seamos quienes somos la mayoría quienes tomemos las decisiones sobre qué modelo universitario necesitamos.
Santiago Velázquez – Indignadxs-MST FCEDU UNER, Entre Ríos