El jueves 3 marzo el petróleo de referencia para la Argentina rozo los 120 dólares por barril. Por otra parte, al conocerse la firma con el FMI, se difundió que el aumento de las tarifas de los servicios esenciales como electricidad y gas, sería del doble de lo anunciado alcanzando el 40%.
En la mañana se conoció también la falta de harina de trigo para panadería. Lo que según los comerciantes podría provocar a corto plazo el desabastecimiento de esa materia prima para la producción del pan. La excusa que dan los proveedores, según los mismos comerciantes, es la guerra en Ucrania. Mientras que el kilo de pan podría llegar a los 300 pesos según los mismos voceros de esa actividad.
El precio del petróleo con tendencia alcista
El precio del petróleo de referencia que llegó a los 120 dólares el barril, que asimismo arrastra al gas, es el más alto de la última década. Por otra parte, la continuidad de las sanciones a Rusia y las más recientes a las destilerías de Bielorrusia, hacen pronosticar que este aumento no ha encontrado su techo todavía. Este es el efecto concreto de las sanciones al segundo productor mundial de petróleo.
La Argentina es un importador neto de energía, por lo que se prevé que el impacto de estos precios se hará sentir fuerte en los precios internos. Tanto domiciliarios como en el transporte, la producción, etcétera.
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No nos salva la soja
Algunos desde el gobierno del Frente de Todos, especulan con que el aumento de los granos que se vienen registrando sostenidamente desde el inicio de la invasión, tanto la soja como el trigo, que llegaron también a precios records, beneficiarán al país. Pero la realidad es que la queja de los panaderos por la falta de harina y al mismo tiempo denuncian que el precio del pan podría llegar a los 300 pesos, demuestra lo contrario.
Lo que si aumenta es la presión del sector agroexportador para que se reduzcan o desaparezcan los impuestos que paga ese sector y como ya se vio empiezan a chantajear con desabastecimiento si no se aumentan los precios locales.
Por si fuera poco, este escenario, el acuerdo con el FMI que se votaría en el Congreso el próximo 10 de marzo, presiona todavía más sobre la economía familiar con sus ajustes en tarifas, salarios y eliminación de los subsidios que benefician a los trabajadores, como los de las tarifas del transporte público.
En este contexto romper con el FMI, rechazar el acuerdo y no pagar la estafa que significa esa deuda, es una medida en defensa propia.