viernes, 3 mayo 2024 - 10:44

En todo el país. Una nueva jornada antirrepresiva convocada por el EMVJ

Hoy por la tarde, concentrando en primer lugar en el Palacio de Tribunales, un conjunto de organizaciones de DDHH, sociales y políticas se movilizaron hacia Plaza de Mayo en el contexto de una nueva jornada nacional antirrepresiva convocada por el Encuentro Memoria, Verdad y Justicia.

La movilización centró el foco de denuncia en la criminalización de la protesta social y la represión de quienes luchan en la calle contra el ajuste fondomonetarista en curso, como también de los discursos derechistas que atraviesan estas elecciones. Además, se sumó el pedido de libertad a todos los y las presas políticas y una clara resistencia y denuncia a los discursos negacionistas propagados en el último tiempo por La Libertad Avanza.

Cele Fierro, legisladora electa en CABA, Pablo Vasco, dirigente del CADUH y Guillermo Pacagnini, dirigente de ANCLA, se hicieron presentes por parte de la delegación del MST en el FIT-Unidad.

A continuación, reproducimos el documento unitario que se leyó al final de la jornada:

Compañeras, compañeros, compañeres. Desde el Encuentro Memoria, Verdad y Justicia, por resolución del tercer Encuentro Nacional Antirrepresivo por los Derechos Humanos realizado en setiembre pasado, venimos a esta Plaza a decir: No a la criminalización de la protesta. Abajo el ajuste. Fuera el FMI.

A la inflación, el hambre y el malestar social se le suma un resultado electoral que marca un corrimiento a la derecha de toda la agenda política nacional, al servicio del FMI, de más ajuste y más entrega. En todo el país se recortan las libertades y derechos democráticos, se criminalizan los reclamos populares y hasta surgen sectores negacionistas del genocidio y de las y los 30.000. Pero ante esa ofensiva reaccionaria el pueblo trabajador defiende sus derechos, como lo mostró la lucha de Jujuy.

En los últimos años hay un avance represivo. Los gobiernos y sus socios reflotan expresiones como “terrorismo” para demonizar a pueblos originarios, como los mapuches. Estigmatizan a las organizaciones sociales y piqueteras por “vagancia” y “corrupción”. Acusan a los paros docentes del deterioro de la escuela pública y judicializan a las conducciones gremiales combativas. Los funcionarios del Estado y los grandes medios despliegan esa campaña para aislar a los sectores que salen a luchar.

A la vez, los gobernantes tratan de endurecer las constituciones, leyes y códigos. Recortan los derechos y libertades democráticas en favor del ajuste, el extractivismo y la explotación capitalista. Por eso intentan encarcelar a César Arakaki y Daniel Ruiz por la lucha de diciembre de 2017 contra la reforma jubilatoria de Macri, con una causa armada y donde hasta el policía involucrado desistió de la acción penal. Por eso piden juicio oral para cinco dirigentes piqueteros y de ATE en Córdoba. Por eso judicializan a vecinas y vecinos que participaron de la lucha contra la ley minera en Chubut. Con estos y otros casos en todo el país, pretenden disciplinar al conjunto del movimiento popular.

En primer lugar, expresamos nuestro más enérgico repudio frente al candidato presidencial Javier Milei y su vice Victoria Villarruel, con su negacionismo del genocidio, de las y los 30.000, y su reivindicación de la dictadura. Su objetivo es relegitimar a las Fuerzas Armadas para poder utilizarlas mañana en tareas de seguridad interior. Es más: impulsan un retorno al Servicio Militar Obligatorio como forma de regimentar a la juventud y a la vez reinsertar a las Fuerzas Armadas en la vida social. Con ellos la libertad no avanza, sino que retrocede.

Por eso mantienen más vigencia que nunca las consigna históricas del Encuentro Memoria, Verdad y Justicia: ¡No a la impunidad de ayer y de hoy! ¡Apertura de todos los archivos de la represión estatal desde 1974 a 1983! ¡30 mil compañeras y compañeros detenidos-desaparecidos, presentes!

Exigimos también el cumplimiento efectivo de las leyes reparatorias para los ex presos y presas políticas, exiliados y exiliadas, víctimas del terrorismo de Estado, con los cambios propuestos por el Movimiento Autoconvocado.

El sostenimiento del acuerdo con el FMI se traduce en más inflación, ajuste, caída de salarios, jubilaciones y mayor empobrecimiento. Este año la inflación va a superar el 150%. El 43% de la población está en la pobreza, incluido un 8% en la miseria. Y en este país tan rico en recursos, 6 de cada 10 niños y niñas son pobres. Por eso crece la bronca popular.

En ese contexto, los planes de ayuda social son un blanco privilegiado del poder político y económico capitalista. Milei directamente propone anularlos lo antes posible. Y Sergio Massa, hace pocos días, anunció el traspaso de dichos planes del Ministerio de Desarrollo Social al de Trabajo, apuntando así a reforzar el control del aparato del PJ, los intendentes y la burocracia sindical, y al mismo tiempo debilitar a los movimientos sociales.

Todos los partidos patronales tienen en agenda reformas laborales, jubilatorias y fiscales que atacarán aún más el poder adquisitivo del salario y los derechos previsionales y sindicales que nos han costado décadas de lucha. Sus propuestas apuntan a reducir o liquidar las indemnizaciones por despido, el aguinaldo, las vacaciones, avanzar en sentido privatista en el sistema previsional y atacar el derecho de huelga.

Todos alientan el extractivismo del petróleo, el gas, el litio y cuantos bienes comunes haya en nuestros territorios. Y todo con tal de seguir pagando esa estafa monumental llamada deuda externa. En suma, y más allá de sus diferencias, Milei y Massa van a gobernar para el FMI, las corporaciones, la banca y el agronegocio. Salvo la izquierda, ambos, aun con distinto discurso, defienden este sistema capitalista decadente, dependiente y antipopular.

Y como el ajuste nunca pasa sin represión, en nombre del “orden público” tratarán de recortar los derechos democráticos y constitucionales, incluidos los derechos ambientales, de los pueblos originarios, las mujeres y la diversidad, es decir los derechos humanos.

Y como hablamos de los derechos humanos, no podemos olvidar en esta movilización un hecho que hoy conmueve al mundo entero: el genocidio que el Estado sionista de Israel comete sobre Palestina. Mientras Milei alza la bandera de Israel en sus actos y Massa promete declarar “grupo terrorista” a Hamas, nosotros sostenemos una vez más: Alto a los bombardeos en Gaza. Solidaridad con el pueblo palestino. Derecho al retorno de los refugiados. Que el gobierno argentino rompa relaciones con Israel.

Este giro represivo que venimos denunciando ya se empezó a plasmar, por ejemplo, en la reforma constitucional en Jujuy, la ley antipiquetes en Salta, la figura de la “repitencia” en Mendoza, la carátula de “intento de femicidio” en Santa Cruz para perseguir activistas, la reforma del Código Contravencional de Córdoba o los proyectos de Juntos por el Cambio para reformar el Código de Faltas e impedir las marchas en esta Ciudad, cuya policía asesinó a Facundo Molares.

También utilizan el problema de la inseguridad para alentar el gatillo fácil y la baja de la edad de imputabilidad. Año a año aumentan los casos de gatillo fácil, las muertes en situación de encierro y las causas armadas, que no son mera “violencia institucional” sino parte de la represión estatal. Y utilizan el problema narco para militarizar los barrios populares, mientras encubren la complicidad de la policía, la justicial y el poder político.

¡Pero no pasarán! El pueblo trabajador de nuestro país tiene una larga tradición de lucha. Por eso cayó la dictadura militar y enfrentamos cada intento de impunidad. Logramos anular las leyes del Punto Final y Obediencia Debida, reabrir los juicios y condenar a más de 700 genocidas. Protagonizamos la rebelión popular del 2001. Y en 2017 derrotamos el 2×1 con que la Corte quiso beneficiar a los condenados por delitos de lesa humanidad.

Esa tradición de lucha llega hasta nuestros días: Por eso se lucha en Jujuy y otras provincias contra el ajuste y la represión. Por eso hacen paro la docencia y otros sectores por su salario. Por eso marchamos contra el acto megacionista de Villarruel. Por eso marchó el movimiento piquetero, el sindicalismo combativo y la izquierda. Por eso marcharon les pibis por la Noche de los Lápices. Por eso marcharon las mujeres por el derecho al aborto. Por eso las Marchas del Orgullo. Y por eso hoy, ante la perspectiva de fuertes pulseadas en defensa de nuestros derechos, reafirmamos el compromiso de enfrentar esta ofensiva de la derecha con la mayor unidad de acción posible. En suma, reafirmamos el compromiso militante de avanzar en el camino por el cual dieron sus vidas las y los 30.000: una sociedad sin explotación ni opresión. Por todo esto, decimos: No a la criminalización de la protesta social / Basta de ajuste. Fuera el FMI / Cierre de todas las causas al activismo / Absolución de César Arakaki y Daniel Ruiz / Basta de gatillo fácil, detenciones arbitrarias y causas armadas / Ni negacionismo ni impunidad. Apertura de todos los archivos / Libertad a Alberto Nallar, Cristian Díaz y todxs lxs presos políticxs

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