En medio de un desgaste descomunal ante la base y con una importante crisis interna, Daer y compañía corren para adelante y avanzan en medidas antidemocráticas y de persecución para seguir garantizándose sus privilegios a costa de las y los laburantes de la Sanidad. Para poder seguir con este plan es que van a tender más a negociar con Milei que a apoyarse en la movilización de las y los trabajadores. Las últimas veces que esbozaron movilizar hubo importantes elementos de desborde: robo de atril (2017), movilización independiente en servicios (2022). Es ese contexto, la necesidad del desarrollo de una nueva dirección al calor del enfrentamiento al ajuste que se viene; tanto en el gremio de la sanidad como en toda la clase obrera.
La crisis de representatividad
La burocracia de sanidad no es ajena al desgaste que están sufriendo todas las conducciones sindicales, que en el último período quedaron de sostén fundamental de un gobierno del PJ que lejos de devolver la heladera llena y el asado ajustó salarios de manera global por medio de la inflación y las sucesivas devaluaciones.
Daer y su camarilla quedaron más que expuestos en el último período por apoyar a Massa, y eso profundiza su dinámica de crisis. Las derrotas siempre traen problemas, más aún en estructuras que están armadas por privilegios y los convencimientos son cada vez más débiles. Tan es así que incluso muchos miembros activos de la propia Celeste y blanca votaron en contra de las directivas que les dio su gremio, lo cual refleja no solo una señal callada de rebeldía interna; sino también un problema enorme de cohesión ideológica de un sindicato que tiene por propia definición la necesidad de un piso mínimo de acuerdos programáticos político-sindicales. Es muy gráfica la última escena pública de Daer con Massa en donde el primero le hacía el soporte a la comunicación de la derrota.
Se jugaron todo al candidato y perdieron. En este contexto es que la crisis interna del gremio de la Sanidad va a pegar un salto mayor y las medidas preventivas de ese estallido refuerzan aún más la necesidad de modificar un estatuto que ya vienen modificando en los hechos. Desde el 92 que está esta conducción y ya realizó dos reformas que fueron en contra de la democracia interna y la pluralidad. Como les quedó corto, ahora van a darle una vuelta más de rosca.
Con cada reforma menos democracia
La primera reforma fue eliminar el plenario de delegados generales como organismo colectivo de decisión general del gremio. Este lo reemplazaron por los famosos “congresales” que se votan en lista sábana en cada elección del gremio. Veamos mejor las diferencias:
Característica:
- Representatividad
Plenario de delegados generales: Los delegados generales eran votados en cada establecimientos por afiliados y no afiliados. Estas elecciones eran anuales.
Congresales a ATSA: Son votados sólo por afiliados en lista sábana (en donde ni se leen los nombres) en elecciones cada 4 años.
- Pluralidad
Plenario de delegados generales: Como eran votados en cada establecimiento podían reflejar distintas tendencias y corrientes de opinión.
Congresales a ATSA: Son monolíticos porque la lista que gana se queda con todos los congresales.
- Experiencia
Plenario de delegados generales: Los delegados generales debían adquirir experiencia en la dirección concreta de sus establecimientos, por eso mismo tenían más formación y una presión de los compañeros que lo eligieron.
Congresales a ATSA: No tienen una experiencia de conducción concreta y en general la experiencia que adquieren es ir a “donde el sindicato los llama” con lo cual rápidamente se despegan de la base que además ni sabe que son congresales porque solo votan los afiliados que son menos del 20% de las y los trabajadores.
- Resultado
Plenario de delegados generales: Había debate en los congresos porque chocaban distintas opiniones, había votaciones que reflejaban mayorías y minorías y había información de lo que se discutía en el sindicato.
Congresales a ATSA: No hay debate, todos se deben a la conducción y se mantiene todo en secreto, en un círculo que cada día se va encerrando más en sí mismo y pasa las cosas sin oposición de ningún tipo. Ahora van a reformar una vez más el estatuto sin ninguna voz diferente.
La segunda reforma reforzaba la eliminación de la participación en las instancias de elección al interior de ATSA por más que estén afiliados a su gremio a personas que participen en otra organización sindical. De esta manera, reforzaban la dificultad -ya garantizada desde el Estado con el reconocimiento de un solo sindicato mayoritario- de que surjan nuevas organizaciones sindicales.
Ahora pretenden profundizar estos aspectos con elementos de persecución con medidas disciplinarias y restricciones para la propia conformación de listas en los lugares de laburo. Probablemente vayan por más cosas, pero como guardan todo en secreto no se logra saber con claridad aunque es claro que van para ese lado. Incluso en el anuncio al congreso le avisan los artículos que se van a modificar sin presentar la propuesta de reemplazo.
Cambian un estatuto que ni ellos cumplen
El estatuto vigente no se cumple directamente. La reforma es de hecho. Las elecciones de comisión interna deberían ser cada dos años. Sin embargo hay infinidad de elecciones de comisión internas vencidas, solo las hacen si no tienen oposición en los establecimientos. Como si esto fuera poco, si logran detectar disidencias las persiguen, hostigan y pactan con las patronales para sacárselos de encima.
Estamos en un proceso de descomposición profunda de nuestra herramienta sindical a manos de la dirigencia actual, inundados de denuncias de todo tipo, con dirigentes ricos que viven como burgueses en countrys y viajan por el mundo con los fondos de las y los trabajadores.
De la base los separa un abismo
Ya no se exponen siquiera a realizar el Día de la Sanidad en Pontevedra porque tuvieron que enfrentar silbidos en las últimas veces que pretendieron darle discursos a la gente. No hay que olvidar tampoco que tuvieron que huir de la furia de sus bases cuando les afanaron el Atril en el 2017, porque no llamaban a un paro en medio de una situación de ataques directos como lo fue en la era Macri. Que dicho sea de paso también saltó a la luz que Daer pactó con este la reforma laboral que se logró derribar en diciembre de 2017.
Tienen la suerte de que hasta el momento no hubo un nivel de movilización grande, porque todas estas manganetas y artilugios a espaldas de la base solo son posibles en momentos de poca movilización. Nada de esto sería posible en el marco de una participación activa de las y los trabajadores de la sanidad. Sin embargo, cada vez más sectores se alejan y han tenido incluso rupturas públicas en el último período.
Prepararnos para enfrentar lo que viene
Lejos de restringir la democracia en este momento es cuando más se necesitaría ampliar para poder organizar una resistencia a los ataques que prepara este personaje que los dijo con todas las letras: plan de autofinanciación de los despidos, reforma jubilatoria, eliminación de los contratos colectivos de trabajo, entre las más destacadas y estructurales.
En estas circunstancias necesitaríamos una reforma estatutaria en el sentido contrario en que quiere hacerla la burocracia. Necesitaríamos que el estatuto determine, entre otras cosas:
- Que los dirigentes no pueden ser más de dos veces secretarios generales.
- Que ningún dirigente cobre más que en su puesto de trabajo.
- Que los cargos puedan ser revocables.
- Que cada establecimiento diseñe su cronograma electoral de manera autónoma.
- Que la cuota sindical deba ser cobrada en cada lugar de trabajo
- Que la integración de la directiva del sindicato sea proporcional a los votos sacados por cada lista
Sin embargo, con esta reforma del Estatuto, lejos de lo necesario, lo que van a intentar garantizar es tener más margen para poder pactar para mantener sus privilegios aunque eso signifique un deterioro del conjunto de las y los trabajadores.
El gran problema que tienen, no obstante, es que el ajuste que se viene va a desarrollar importantes fuerzas de resistencia que se llevarán puesto todo lo que se les ponga encima. Cuando la clase trabajadora despierta es muy complejo detenerla y en ese contexto por más maniobras que quieran hacer van a volar por los aires como cuando casi fue tirado por la ventana Federico West Ocampo ante la furia de la base años atrás. Por supuesto que es una pelea abierta y ni el triunfo ni la derrota están escritas de antemano. Se abrirán nuevas e importantes oportunidades y ahí estaremos junto a todos los que quieran conformar una nueva dirección sindical en nuestro gremio y en el conjunto de la clase trabajadora.
- Abajo la reforma antidemocrática
- Por un salario igual a la canasta familiar con cláusula de ajuste mensual
- Reconocimiento del desgaste laboral
- Ninguna reforma regresiva en las condiciones laborales
- Por más democracia en el gremio
- Basta de dirigentes eternos