En Mendoza. Milei no pudo pisar la peatonal

Hacía más de una semana que Milei planeó su visita a Mendoza, como parte de su campaña electoral. A pesar de contar con el valioso apoyo del gobernador Cornejo, su socio en el frente LLA-Cambia Mendoza y de Petri su ministro de Defensa, no quiso correr riesgos por eso la visita sería al sur mendocino, la ciudad de San Rafael y a un almuerzo de las “fuerzas vivas” (una reunión de empresarios afines a las ideas liberales). No obstante se aseguró de acordar una especie de paz social con el Intendente departamental, Emir Félix quien además encabeza la lista de Diputados del PJ provincial. Con gran despliegue policial y hasta militar pudo finalmente hacer su discurso frente a empresarios que lo escucharon, moderando las críticas que expresaron los días previos a la visita. Aunque hubo manifestaciones de gremios como ATE.

Quizás envalentonado con el acuerdo que tenía con el PJ provincial, Milei anunció la noche previa a la visita que a la Capital de Mendoza a hacer una caminata por la Peatonal que finalizaría en un acto con sus militantes. En pocas horas las redes empezaron a encenderse y desde diversas agrupaciones sociales, asambleas y partidos de izquierda convocamos a realizar un repudio a la llegada del presidente ajustador.

La caminata y el acto que no fue

Otra caminata fallida, otro acto trunco para el Liberfacho que nos preside. De nada valieron las maniobras para tomar desprevenido al pueblo de Mendoza. Milei fue abucheado y rechazado por una contundente concentración que le impidió llegar y mucho menos avanzar por la peatonal citadina. Se limitó a hablar desde un megáfono ante unos 300 militantes, desde una lejana calle Garibaldi a más de 100 metros del destino predeterminado, y pegarse una media vuelta forzada de su camioneta, escoltado por sus seguidores más fanáticos, mientras el resto de sus militantes, desconcertados se dispersaban, unos bajaban hacia donde supuestamente iba a hablar el presidente. Otros directamente se fueron dispersando poco a poco, cabizbajos, confundidos, rechazados por esa combativa e improvisada concentración, con los jubilados a la vanguardia, que no dejó de increparlos a ellos e insultar al presidente en más de una hora de idas y vueltas, de indefiniciones. Volvió a primar el miedo de los libertarios que, una vez más fueron ellos los que tuvieron que correr.

En Mendoza quedó demostrado, como en la mayoría de las ciudades del país que no hay cabida para ajustadores de jubilados, universidades y discapacitados. Que no hay lugar para coimeros y los que defienden a candidatos ligados al narco como Espert.

A estas horas, con otro acto fallido, con otra huida deshonrosa, Cornejo se debe estar preguntando cuántos votos le debe estar haciendo perder su alianza con Milei. Y cuánto lo debilita en la provincia haberse asociado con un presidente cuyo gobierno está en franca bancarrota y cuya crisis política, económica y moral se profundiza día a día.

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