Hoy se cumple 27 años del asesinato del reportero gráfico, José Luis Cabezas, en medio de un profundo ataque a la posibilidad de hacer periodismo crítico, por la eliminación de fondos a los medios comunitarios. La ley ómnibus y el DNU son un ataque profundo a todos los que vivimos de un salario por eso, en este momento, es esencial recordar a alguien que enfrentó al poder.
Cabezas fue secuestrado, torturado y asesinado durante la madrugada del 25 de enero, por un grupo de policías y civiles dirigidos por el jefe de custodia de Alfredo Yabrán, un ex militar de la época de la dictadura, Gregorio Ríos. El caso generó una movilización social debido al golpe que significaba el asesinato de un trabajador de prensa utilizando prácticas de la dictadura.
La razón del asesinato es conocida por todos, pero no por eso deja de ser importante su mención. José Luis estaba en Pinamar para cubrir la temporada y en campaña para realizarle una foto a uno de los empresarios más importantes del menemismo, Alfredo Yabrán, el cual era reconocido por sus métodos mafiosos y manejos espurios, pero al que no se había podido poner cara ya que era esquivo a las fotografías. El verano de 1996 este fotógrafo logra ponerle cara a este personaje al sacarle una foto caminando por la playa. Una foto que rompe de forma simbólica con años de oscurantismo e impunidad.
La movilización del pueblo y de la Agencia de reporteros gráficos (ARGRA) que vieron este caso revivir lo peor de lo vivido en la dictadura militar y el desgaste que estaba sufriendo el gobierno de Carlos Menem hizo que la justicia se decidiera a avanzar en la causa. En el juicio se encarceló a prisión perpetua a los policías Gustavo Prellezo (autor material del crimen), Aníbal Luna y Sergio Camaratta, y a los integrantes de la “La Banda de Los Horneros”, entre los que se encuentran José Luis Auge, Horacio Braga, Sergio Gustavo González y Héctor Retana. También, la misma condena fue dictada para Gregorio Ríos, jefe de Seguridad de Yabrán, y el comisario Alberto Gómez, por liberar la zona.
El descubrimiento de una forma de manejarse de ciertos sectores del poder, que se veían representados en Yabrán, y la lucha popular que iba desgastando al gobierno de Menem llevaron a que el empresario se suicidara en 1998.
Hoy, nuevamente como todos los años decimos que no nos olvidamos de Cabezas, acompañamos la lucha de todos los trabajadores de prensa y reporteros gráficos que sufren el embate de empresarios que precarizan cada vez más el trabajo y nos tienen con sueldos de miseria, por debajo de la línea de pobreza, intentando sacar adelante la tarea de informar. En tiempos donde se discute el DNU y la ley ómnibus, en tiempos donde los ataques hacia los trabajadores de prensa, especialmente mujeres, se está volviendo la regla, es necesario reforzar nuestro recuerdo de Cabezas como un fotógrafo con todas las letras, que con mucho coraje logró exponer la cara del poder.
Nos permite pensar en una forma de narrar distinta donde los que siempre ganan desde las sombras dejen de hacerlo y sus intenciones sean expuestas para lograr dar vuelta esta pelea a nuestro favor.
Pedro Pallero