jueves, 21 noviembre 2024 - 18:38

Ella Fitzgerald. Breve homenaje a una de las mejores voces del jazz

Con una entrada cadenciosa y el timbre melancólico de la trompeta del gran Louis Amstrong, aparece su voz inconfundible.

Es Ella Fitzgerald en Summertime, esa canción de cuna esperanzada que una madre negra le canta a su niño. El emblemático tema nació como parte de una ópera de George Gershwin basada en el texto Porgy de Dubose Heyward, escritor de Charleston, Carolina del Sur, en el profundo sur estadounidense, racista y de pasado esclavista. El argumento se inspiraba en un hecho real.

Nacida un 25 de abril de 1917 en Virginia, no conocerá a su padre quien fallece al año. Su madre junto a su nueva pareja deciden mudarse a Yonkers, New York. Aquí, en una situación de necesidades, la niña crecerá con el estímulo de la música que sonaba a diario y soñará con ser bailarina.

Sentía atracción por Louis Armstrong, Bing Crosby y las Boswell Sisters, en particular por la cantante principal, Connee Boswell: “Mi madre trajo a casa uno de sus discos, y me enamoré de ella”, recordó muchos años después. “Traté de sonar como ella, de imitar su estilo”.

Lo que siguió luego fue la muerte de su madre en un accidente automovilístico y su nuevo traslado, esta vez para irse a vivir con una tía en el Harlem.

Cantaba y daba pasos en la calle a cambio de monedas que su primo recolectaba en una gorra. Hubo muchos momentos de violencia en ese ambiente forjado entre la discriminación, el olvido y el oportunismo. Hubo también el ingreso a un orfanato de estilo reformatorio. Pero nada obstruyó su talento.

Su deseo de ser bailarina la llevará a un concurso de aficionados del Teatro Apollo (New York). Era el 21 de noviembre de 1934. No fue la mejor en la disciplina, y cuando alguien del público se rió, quien conducía el show le pidió “que hiciera algo”. Ese “algo” fue su primera interpretación en público de una canción: The object of my affection. Los aplausos no se hicieron esperar y eso a Ella le pareció un buen augurio. Ganó un premio, no el de bailarina, sin embargo fueron otros los plus que le trajo esa velada.

Aquella noche, entre el público  estaba el saxofonista y líder de orquesta Benny Carter, quien notó las dotes de su voz y la animó a seguir por ese camino.

Fue él, Carter, quien la vincularía con el baterista Chick Webb, en cuya orquesta debutó en 1935. Webb no solo la contrataría como la cantante de su orquesta, también la llevaría a vivir a su casa donde, junto con su esposa, seguiría su educación.

Con esta formación llegará su primer éxito: A-tisket, a-tasket. En 1939 su amigo Chick muere repentinamente y será ella, con veintidós años, quien se haga cargo de la orquesta, ahora llamada Ella and Her Famous Orchestra. Negra, mujer y joven comandando la banda.

Por esta época, Charlie Parker y Dizzie Gillespi entre otros, sentían la limitación respecto de la estructura de la Big Band y del swing. Experimentan otros ritmos, más libres, y surge el bebop. Junto con esta nueva forma rítmica aparece el scat, una especie de improvisación de onomatopeyas que semejan los sonidos de los instrumentos que las y los cantantes empezaron a utilizar para darle color y gracia a las interpretaciones. Ella incursionará en el estilo para transformarse en una de las mejores scatistas del jazz.  Esta maestría quedaría registrada en versiones de temas como Flying home, Lady be good, o How high the moon, que Ella grabaría entre 1945 y 1947.

En los cincuenta, la genial cantante será invitada por el empresario Norman Granz, quien había concebido la Jazz At The Philharmonic, conocida como la JATP, una formación de varios gigantes del estilo con los que programaba giras. El espectáculo eran las Jam session más increíbles de la historia del jazz, que eran grabadas para transformarse en vinilos.

En esta etapa de su carrera, Ella encontrará la libertad de expresión, además de haberse pasado de sello al del empresario Verve. De este período serán su serie de discos dobles, sus monumentales songbooks, que repasaban los cancioneros de los grandes, dedicados a Cole Porter, Ira y George Gershwin o Irving Berlin.

Seguía haciendo giras y en 1956 volvió a unirse a Louis Amstrong. Este encuentro histórico quedó registrado en el sublime álbum Ella and Louis, al que seguirán Ella and Louis Againy Porgy and Bess, ambos publicados en 1957.

Uno de sus álbumes más vendidos fue un directo en 1960 desde Berlín llamado Ella in Berlin: Macktheknife. A los cuales también habría que sumar el que grabó en la Casa de la Ópera At Opera House,  otro en Roma Ella in Rome y el que grabó en el Crescendo Club en Hollywood, Los Ángeles, llamado Twelve Night sin Hollywood”.

Pero la difícil vida que había tenido de niña y joven le traerá en su adultez una enfermedad complicada, diabetes, que la apartará de los escenarios por un largo período.

En los setentas, Grantz crea su nuevo sello Pablo, donde la genialidad de su voz grabará cuatro álbumes de dúo con el guitarrista Joe Pass, realizado entre 1973 y 1986.

Recibió trece premios Grammy, entre otros tantos.

La diva del jazz falleció el  15 de junio de 1996, a la edad de 79 años rodeada por su familia. Nos legó un centenar de canciones increíbles, necesarias y eternas.

Noticias Relacionadas