Durante el mes de abril son las elecciones de la Universidad de Rosario. En las distintas facultades se renuevan las autoridades de Consejo Directivo y Centro de Estudiantes. Desde la Juventud Socialista – MST nos presentamos junto con En Clave Roja- PTS en la Facultad de Humanidades y Artes y en Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales.
La vida en recortes
Como no podía ser de otra manera, las elecciones de la UNR se encuentran atravesadas por los debates políticos que se dan en el terreno nacional y provincial.
La juventud precarizada empieza a cuestionar al oficialismo que no resuelve los problemas ni lucha por cambiarlos. Porque no es novedad que a la juventud que decide estudiar no se le garantizan los recursos para asegurar la permanencia y evitar la deserción estudiantil.
Una juventud que muchas veces siente que no tiene futuro.
Ante eso, la presentación de listas expresa tres bloques políticos claros: la Franja-PRO; el PJ-K , Frentes PCR- Patria Grande; y la izquierda. Los dos primeros bloques se subordinan a los gobiernos de turno y avalan una orientación de ajuste presupuestario en la educación pública para seguir atados al FMI y pagando una deuda fraudulenta e ilegítima.
Como expresiones estudiantiles de estos proyectos políticos del país están las listas de Franja Morada- SOMOS, OKtubre, Pampillón y Alde. Todas en mayor o menor medida son parte de sectores que ya gobernaron o gobiernan actualmente, como todo el arco peronista del Frente de Todos, que hoy no da respuesta a los paros de los docentes universitarios que reclaman aumento de salario y mejores condiciones laborales.
Por su parte, el actual rector de la UNR, Franco Bartolacci, radical y aliado del peronismo dice estar construyendo un proyecto de “universidad popular y feminista”. Pero en concreto son meros discursos progresistas que poco y nada se hace frente a la deserción estudiantil, la demanda de residencias o los reclamos de mayor transparencia ante denuncias hechas por docentes e investigadores de la universidad de “zonas grises” de fondos, concentradas en las asociaciones y fundaciones de cada facultad creadas en la década del ’90 y con domicilio legal en los edificios que funciona la UNR.
Son entidades que recaudan dinero por el propio producido en posgrados (se puede llegar a pagar inscripciones, además de cuotas de 30 mil pesos por mes como en Odontología, o 50 mil como en Bioquímica), u horas cátedra que se adquieren más a dedo que por concurso. Además ingresa dinero por cursos de lenguas extranjeras a la comunidad; tareas e investigación agraria, ganadera, industrial y tecnológica; actividades de laboratorio con proveedores de insumos externos o doctorados para estudiantes extranjeros que se pagan en dólares, entre otras ofertas. Estas asociaciones no rinden balances y funcionan como entidades privadas con una gestión que no le tiembla el pulso para privatizar el conocimiento.
La unidad como bandera
Desde la izquierda tenemos una orientación opuesta: defender la universidad pública y gratuita, enfrentar al FMI y sus gobiernos y luchar por la triplicación presupuestaria. Por eso vemos fundamental fortalecer el Frente de Estudiantes de Izquierda (FEI) que logramos construir en las distintas facultades. En este sentido nos preocupa que a diferencia del año pasado les compañeres de la UJS-PO decidieron ir en listas separadas, nos parece una actitud divisionista que solo ayuda a dispersar el voto de izquierda, y en el caso de Humanidades y Arte pone en riesgo el consejero directivo y las secretarías obtenidas todes juntes.
Por eso, en estas elecciones y durante todo el año nuestra militancia estará puesta al servicio de la unidad con todas las agrupaciones y activistas independientes, impulsando espacios de debates entre los y las estudiantes para pensar qué universidad queremos y qué tipo de izquierda se necesita para avanzar.