El 14 y 15 de mayo se realizaron las elecciones estudiantiles en la UNC. Se realizaron en simultáneo con las elecciones de decano de las 15 facultades, lo que terminó condicionando fuertemente las elecciones a consejeros directivos, superiores y a centro de estudiantes. La tónica general es de mantenimiento de posiciones de las agrupaciones ligadas al radicalismo y al PJ provincial. La izquierda, a pesar de ir dividida en 3 listas, logró un modesto avance, motorizado principalmente por el crecimiento de La Marea.
La tendencia fue a la continuidad de las gestiones en la mayoría de las facultades, aunque hubo cambios significativos en algunas como Derecho y en Filosofía y Humanidades, donde perdieron gestiones que dirigían esos decanatos hace 29 y 12 años respectivamente. En Psicología, perdió el oficialismo radical y habrá una segunda vuelta el 5 y 6 de junio, donde el candidato “anti toma” de Franja Morada parece enfrentarse a un panorama complicado.

Resultados estudiantiles: estabilidad y retrocesos
En el plano estudiantil, se mantuvo el statu quo en el Consejo Superior, donde las bancadas quedan iguales al 2024, con 6 bancas para Franja Morada, 3 para La Fuerza Estudiantil (gobierno provincial) y 1 para Compromiso por la UNC (Sean Eternos + CEU).
Igual panorama se dio en relación a las conducciones de centros de estudiantes, dónde hubo una excepción en la Facultad de Artes, donde SUR perdió la conducción frente con Dos Puntos – La Bisagra.
La Franja Morada, pagó caro su perfil “anti-toma” con retrocesos en facultades como Psicología (-12%), donde junto a su Decano Germán Pereno, intentaron desalojar por la fuerza a estudiantes que tomaban la facultad, lo que generó un extendido rechazo que se reflejó en las urnas.
Por su lado, organizaciones que en otros momentos fueron una referencia en la universidad, hoy están en su peor momento. Es el caso de Bisagra y SUR. La primera atravesada por sus propias internas, rupturas y el hecho de haberse sumado en los últimos años al proyecto del Peronismo cordobés con “La Fuerza Estudiantil” ha retrocedido a un piso histórico. Y la segunda, adaptada al modelo de centro de estudiantes de servicios, vaciamiento político y de frenar el proceso de lucha el año pasado la ha llevado a perder el último centro de estudiantes que encabezaba y espacios en los consejos directivos.
Párrafo aparte merece “La fuerza estudiantil Liberal- LLA”, la autoproclamada juventud de Milei que al estilo Marra quedó en solo un 2% de los votos, mostrando un fuerte rechazo al proyecto anti-universidad pública que encabezan los libertarios.

División en la izquierda, retroceso del PTS y avance de La Marea
La fractura del frente que la izquierda universitaria había presentado en las elecciones de los últimos años, impidió que se expresara y potenciara regionalmente el avance de la izquierda, que sumando las tres listas fue de un 25% en relación al 2024 y avanzó con desigualdades en casi todas las facultades.
La experiencia del conflicto universitario de 2024 tuvo mucho que ver en ese avance y eso se expresó en las candidaturas de estudiantes independientes de las asambleas de distintas facultades en las listas de La Marea, por ejemplo.
La Marea por un lado, Ya Basta por otro, y el frente conformado por La Imaginación al Poder/Tesis XI (PTS), IS y PO fueron las tres listas de izquierda que se presentaron a estas elecciones. Esta fragmentación se debió a una política hegemonista con la que el PTS intentó invisibilizar el avance de fuerzas como La Marea. Al no poder imponerse, el PTS, al igual que el NMAS, PO e IS, rechazaron la única propuesta concreta para sostener la unidad, que fue la que hicimos desde La Marea de construir las listas de manera democrática en plenarios abiertos donde las ubicaciones las decidieran los estudiantes y no la rosca entre cúpulas. Quedó claro a quiénes les preocupaba la unidad y a quiénes no.
Los responsables de la división fueron los que más caro pagaron el error. El PTS y su frente, retrocedieron y perdieron su representación en el Consejo Directivo en la Facultad de Filosofía y Humanidades.
Y si bien en la Facultad de Artes PTS, IS, Rebelión Popular y un sector independiente lograron mantener su consejero, se evidenció el importante avance de La Marea. La lista a la que pretendieron invisibilizar, terminó transformándose en la novedad de la elección, logrando conquistar una banca en el Consejo Directivo e ingresando a la Comisión Directiva del Centro de Estudiantes.
Los resultados de Artes indican además que, si el PTS no hubiese dinamitado el frente, podríamos haber ganado el centro de estudiantes, ya que la suma de los votos de las listas de izquierda superan a Dos Puntos – La Bisagra. Así se demuestra una vez más que la costumbre del PTS de orientarse por sus necesidades de aparato y de romper todo lo que no puede hegemonizar, es muy cara para el movimiento estudiantil y termina fortaleciendo lo que dicen combatir. En esta ocasión favoreció a Bisagra y lamentablemente abortó la posibilidad de que la izquierda recuperará un centro de estudiantes y lo pusiera al servicio de defender la universidad pública.
A estos retrocesos, hay que sumar la virtual desaparición electoral del frente PTS-PO-IS de la Facultad de Psicología, donde la izquierda mantuvo su caudal, dividiéndose en partes iguales entre La Marea y el NMAS.

Conclusiones y desafíos
En estas elecciones la izquierda mantuvo su ubicación electoral pero no logró desarrollarla de manera significativa, esto puede explicarse por la división, pero también por el peso de las elecciones directas de la autoridades unipersonales que terminaron condicionando el voto estudiantil para el resto de los segmentos. La comprobación de este condicionamiento quedó claro en facultades donde agrupaciones sin peso cotidiano real terminaron mejorando mucho su performance por el simple hecho de colgarse de alguna candidatura decanal.
Las conclusiones de estas elecciones tienen que servir para preparar a la izquierda, nuevamente para la intervención en el latente conflicto universitario. Si se fortalecen los sectores que intentan imponerse con pretensiones hegemonistas, como el PTS y sus socios, o los que privilegian atacar y mentir sobre el resto de la izquierda y callar frente a las conducciones que implementan el ajuste, como el NMAS, será muy difícil avanzar en transformarnos en la referencia de un sector más amplio del movimiento estudiantil en un momento tan crucial como el actual, donde está todo en riesgo.
La Marea sale ubicada como la principal fuerza de la izquierda en la UNC, cosechando sola el 40% del total del caudal electoral de la izquierda, el 50% de su representación en los Consejos y siendo la única lista que logró avanzar cualitativamente frente al estancamiento o retroceso del resto.
Ahora se vienen nuevos desafíos, apoyar los próximos paros y medidas de los docentes, empezar a preparar una gran Tercera Marcha Federal y volver a las aulas a debatir, reflexionar y avanzar como movimiento estudiantil en defensa de la universidad pública. Necesitamos superar a las organizaciones que pactan entre cuatro paredes, que gestionan el ajuste y hacen todo lo posible para bloquear la pelea. Hoy más que nunca necesitamos organizaciones dispuestas a luchar, pero también a escuchar, a democratizar y a organizar la bronca para derrotar el plan de guerra que el facho de Milei tiene preparado para la Universidad pública, los jubilados, trabajadores, las mujeres y disidencias y la juventud. La Marea está, como siempre, al servicio de eso. Y que hoy con más fuerza que nunca, está dispuesta a transformarlo todo en defensa de nuestros derechos.

La Marea – UNC