domingo, 24 noviembre 2024 - 07:24

Elecciones Santa Fe. El PTS miente para disimular su derrota

En un anterior artículo publicado en Periodismo de Izquierda analizábamos las particularidades de los sucesos políticos más relevantes que habían dejado las elecciones PASO en la provincia de Santa Fe.

En dicha instancia dijimos que hubo tres elementos que merecen ser analizados de forma minuciosa para intentar obtener un análisis consistente de los números electorales y de los cambios políticos que podrían suscitarse tras una derrota histórica del peronismo y el regreso de un alfil radical, aliados del PRO y el PS, que vuelve a la casa gris tras 60 años de ausencia.

Pero en esta primera oportunidad nos vamos a detener en los resultados de la izquierda en la contienda electoral, ya que resulta oportuno para los tiempos que vivimos y los que vendrán comprender que los números obtenidos el pasado domingo 16 de julio son muy importantes y reafirman las bases para construir un proyecto político revolucionario de izquierda en gran parte del territorio santafesino.

Por tal motivo, nos parece erróneo el planteo que desliza el PTS sobre un retroceso en los números obtenidos por el Frente de Izquierda Unidad, sin siquiera tomarse el trabajo de evaluar de manera consciente los números obtenidos en anteriores elecciones.
Con la salvedad de no comparar elecciones anteriores, ya que difieren contextos políticos y la propia dinámica de las luchas de clases, podemos afirmar que la elección del FIT-U ha sido efectivamente buena, a continuación los detalles.

Mienten para ocultar la derrota

La dirección política del PTS en Santa Fe señala lisa y llanamente: “A pesar de que el FIT-U no pudo retener la suma de los votos obtenidos entre el FIT y el MST en las elecciones del 2019 (37 mil votos del FIT y 25 mil votos del MST), superó el piso del 1,5% del padrón”; pero omite que en el porcentaje de asistencia a estas últimas elecciones la participación de votantes a nivel provincial fue de las más bajas de la historia democrática provincial: 63% y cerca del 13% de votos en blanco o anulados. Es decir, la participación efectiva fue del 50% casi 11 puntos por debajo si tomamos la del 2019.

Cuestión que nos lleva a preguntarnos si en semejante contexto no es un logro político que el FIT-U se haya metido en las generales en la categoría a gobernación y otras, ¿acaso no es valioso que en la categoría a diputados, la más compleja, el FIT-U haya obtenido cerca del 1,5% de los votos?, ¿desconocemos el 2% de los votos obtenidos en la categoría a senadores en la capital provincial?, ¿qué lugar le damos a los números obtenidos en el cordón industrial donde en algunas localidades no logramos pasar el piso proscriptivo por apenas 40 votos? Son preguntas que una dirección de izquierda debería plantearse, ocultarlo nos llevará al estancamiento. A no ser que se oculten los interrogantes para tergiversar la realidad.

De esta forma, es clave incluso resaltar que la elección actual del FIT-U logró obtener números superiores a los obtenidos por el FIT en 2015 debido a que en ese año dicho frente obtuvo 39 mil votos en las PASO. Mientras que en las generales el FIT logro obtener cerca 45 mil votos. Por su parte, el frente que integraba el MST no superó las PASO, pero había obtenido un poco menos de 25 mil votos. En dicha oportunidad la participación había rondado el 73% y el voto en blanco apenas superaba el 6%. Si tomamos el porcentaje total de participación de aquel entonces en comparación con la actual, el incremento es de doscientos mil electores, una cifra que nos permite configurar la comparación y afirmar que el “retroceso en el voto de la izquierda” es muy relativa.

Dicha elección fue superior a los números obtenidos por la izquierda revolucionaria en las elecciones provinciales del 2011, en donde el candidato a gobernación del Partido Obrero, Carlos Blanco, apenas había capitalizado 9 mil votos. Recordemos que la conformación del FIT se dio posterior a los comicios provinciales. A pocas semanas de ese resultado el FIT había cosechado cerca de 34 mil con Octavio Crivaro diputado nacional, y Altamira presidente. Un salto importante.

Podríamos seguir señalando números que reafirman la muy buena elección de la Lista Unir la Izquierda, conformada por el MST-PO, que ahora tiene el desafío de ampliar el espectro de votantes a izquierda en la categoría de gobernación junto a Carla Deina, dirigente del PO y Mauricio Acosta del MST, secretario general de la junta interna del SET-107.

Otra falsedad del artículo de los compañeros es que solo hicimos campaña criticándolos. Esto también es falso. Hay múltiples pruebas de que además de plantear un modelo alternativo de Frente de Izquierda, también sostuvimos las propuestas para resolver los problemas que viven los trabajadores, las mujeres, la juventud y el ambiente. Temas como la nacionalización de los puertos y la Hidrovía, la salida de la izquierda hacia los problemas de la violencia narco policial y el ajuste estuvieron muy presentes en nuestra campaña. La crítica de los compañeros no resiste el archivo de los medios ni los materiales de campaña y la presencia de nuestra lista y candidatos en las redes.
La única explicación que tiene el análisis equivocado del PTS es que pretende ocultar la derrota aplastante de Octavio Crivaro, su principal figura que fue referencia electoral de la izquierda los últimos 12 años. Pero los hechos son los hechos y no se puede tapar el sol con un dedo. Lo que se ha producido en las elecciones provinciales de este 16 de julio es que han cambiado las referencias de la izquierda y se frenado la aspiración hegemónica del PTS.

Tanto es así que en categoría provincial de diputados, la lista Unir la Izquierda obtuvo el triunfo en la provincia, igualmente en Rosario -bastión del PTS- a manos de la dirigente del MST Jimena Sosa.

Se ha impuesto la necesidad de otro modelo de Frente de Izquierda, el que propusimos en común entre el MST y el PO en el plenario nacional de los luchadores y la izquierda realizado hace unas semanas en la Plaza Congreso. La mentira tiene patas cortas y la realidad confirmará que otro modelo de izquierda empieza a andar.

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