En la fría y cerrada noche del lunes 6 de junio, los trabajadores de la línea 60 eligieron su cuerpo de delegados. La elección estaba pautada para el 31 de mayo pero fue postergada por impugnaciones y presiones de la patronal monopólica de DOTA.
La elección de delegados estuvo precedida por una política ofensiva de DOTA hacia el cuerpo de delegados y el activismo, echando compañeros y tratando de armar listas amigas de la empresa o de los dos sectores burocráticos que hoy se disputan la UTA: por un lado, el que encabeza el histórico burócrata y entregador de los derechos de los trabajadores del transporte, Roberto Fernández; y por otro lado, el que se quiere disfrazar de opositor y vender humo cuando representa el mismo modelo sindical burocrático y corrupto de Miguel Bustinduy.
Después de haber elegido sus candidatos con el método democrático de elecciones internas entre los trabajadores, para hacer una pre selección de candidatos, la lista número 2, formada por el cuerpo de delegados histórico de la línea 60 desde el 2011, con nuevas incorporaciones de activistas elegidos por sus compañeros fue ratificada en las elecciones del 6 de junior, las cuales venían siendo postergadas por la pandemia primero y por impugnaciones de la patronal hace unos días.
Hubo un intento de formar una lista ligada a la patronal de DOTA y a Bustinduy que no pudo completar la lista y finalmente desistió de participar. La elección arrancó con horas de retraso por responsabilidad de la UTA, lo que no impidió una participación del 72 % de los compañeros de las dos cabeceras (Maschwitz y Plaza Constitución). La línea 60 sigue teniendo al frente un cuerpo de delegados que defiende los derechos de los trabajadores y es independiente de la empresa, de Fernández y de Bustinduy.
Desde ANCLA en el MST nos hicimos presentes compartiendo el cierre en la cabecera de Maschwitz, que llegó en medio de una noche fría y con neblina, calentada con el calor de los cantos y de los choris y con el infaltable ”¡Unidad de los trabajadores, y al que no le gusta, se jode, se jode!”.
Sergio Katz