miércoles, 18 diciembre 2024 - 14:24

Elecciones en CABA. (R)Evolucionemos la izquierda, para enfrentar a la derecha y dar vuelta todo

En pocas semanas hay elecciones. En CABA, la ciudad más rica del país, se eligen 13 diputados nacionales y 30 legisladores. La realidad nos viene pegando duro y es por eso que aún hoy no es parte de nuestras preocupaciones centrales. Pero en la ciudad se concentran las mayores desigualdades sociales del país y los problemas que más nos preocupan tienen que ver con eso. La izquierda es la única que tiene propuestas para combatir esta realidad.

Si bien es cierto que “sobra derecha”, esta ciudad, no es reaccionaria: hay miles de trabajadores, mujeres, jóvenes, que simpatizan con la izquierda y sus ideas. Por eso, en las PASO del 12 de septiembre se juega mucho.

Por un lado, nuestro frente el FIT-Unidad atraviesa un debate importante, de modelo, de proyecto de izquierda para el país y para CABA. Por otro, el desencanto de muchas y muchos con el gobierno nacional, puede hacer que más y más personas nos elijan, como opción para representarlos en el Congreso o la Legislatura.

De nuestra parte, mi partido el MST, planteamos que la izquierda tiene que cambiar para encabezar de verdad todas las transformaciones que hacen falta. Ya nadie espera derechos de los partidos tradicionales. Nos toca, como izquierda, ofrecer esa alternativa. Para llevar adelante este debate, y plantear que otro proyecto de izquierda, más amplia, más fuerte, es posible me toca ser la candidata por el MST acá en la ciudad.

La evolución que hace falta

Necesitamos (r)evolucionarnos a nosotras y nosotros mismos. Ser una izquierda sin personalismos, sin hegemonías, que no repita los vicios de la política de los que mandan, por ahora. Y también, que sea capaz de romper con dogmas y lógicas que nos alejan de millones. Tenemos que derribar muros, y construir puentes. Esa es la tarea.

Por eso, proponemos dar como FIT-Unidad un debate bien abierto de cara a nuestres simpatizantes y votantes en las PASO, que incluya todas las expresiones de izquierda que hoy no están, como Zamora acá en CABA por ejemplo, que lamentablemente se viene negando.

Las negativas, de unes y otres, muestran personalismos y la falta de voluntad política para hacer de la izquierda una fuerte herramienta para enfrentar a los partidos del régimen. La realidad es que, no es ninguna tragedia ni sinónimo de división: una gran interna de la izquierda en las PASO, clarificaría distintos proyectos, ampliaría el debate; y a la vez, pasada esa elección, se fortalecerían los puntos de unidad para ir todos juntos a las generales de noviembre.

La cultura dominante, la que tenemos que cuestionar, es la que pone un igual entre unidad y pensamiento único cuando la realidad es que lo que unifica realmente es el convencimiento a partir del debate.

Fortalecernos en la Ciudad como alternativa

En la CABA, para enfrentar a fondo a la derecha, y que al descontento con el progresismo no lo capitalice el delirante de Milei y los libertarios, es imprescindible ofrecer una opción fuerte y ello implica que la izquierda y el FITU sea capaz de evolucionar, de dejar atrás la cultura de los personalismos, los hegemonismos.

Entonces, debe ser una unidad con todas las voces en donde, por supuesto tiene que primar el proyecto común, también deben expresarse los matices y sin que alguna figura en particular monopolice la voz pública del frente a través de las principales candidaturas, dejando sin expresión a todos los componentes de la unidad.

El caso de Zamora, ¡es extremo! Su continua negativa a la unidad choca con la necesidad de una alternativa para las mayorías, pero tampoco es bueno que siempre sean los mismos candidatos, como también pasa en el caso del FIT-U. No podemos repetir los esquemas de los viejos partidos.

Por ejemplo, en los sindicatos tradicionales decimos “dos mandatos y a trabajar”, a la vieja política le decimos “basta de privilegios”. Bien, y ¿para la izquierda? Y en la izquierda, hay que alternar las candidaturas, hay que ser amplios, democráticos, plurales… porque lo que no puede ser es la unidad de la izquierda como una cooperativa electoral, para que le sirva a tal o cual partido.

Está pasando de todo a nivel mundial y continental, debemos registrarlo: la pandemia exacerbó todas las contradicciones del sistema y; profundizó los problemas económicos y sociales de trabajadores, la juventud y las mujeres. La agenda de los que mandan es más precarización, en la educación “aulas híbridas”, Milei y los libertarios levantan “la monarquía del mercado” (que significa ningún derecho para los trabajadores) endiosan al capitalismo que está llevando a la humanidad al desastre. Entonces, hay un momento histórico para la izquierda, pero para lograrlo tenemos que (r)evolucionarnos. Acá hace falta terminar con los privilegios del 1% de los de arriba. ¿Los bancos cuándo? ¿Nunca nos vamos a plantar ante el FMI y priorizar la deuda interna, social? ¿Los ricos de este país, nunca van a pagar un impuesto real?

Es la ciudad que maltrata a sus esenciales; es la ciudad que beneficia a las empresas de reparto, pero castiga a la juventud precarizada: no les reconoce ningún derecho. CABA es Bélgica por su PBI, pero en las condiciones de igualdad, es de las más desiguales del mundo. Basta de cemento: más verde, más río, más costanera, más naturaleza. Basta de viviendas vacías y alquileres impagables. Estas son las luchas que tenemos que seguir impulsando con fuerza en la calle y la representación de izquierda en el Congreso, tenemos que hablar de estos temas sí o sí y mi compromiso es hacerlo.

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