jueves, 26 diciembre 2024 - 09:56

El PJ y Juntos en las listas de Milei. La Libertad Avanza repleta de casta

Milei jugó a aparecer como outsider de la política. Se mostró ajeno a la partidocracia tradicional y lo resumió en un término: casta. Pero su núcleo político y el armado de sus listas están plagados de esa “casta” que dice combatir. Solo desde el MST y el Frente de Izquierda planteamos acabar con los privilegios de la casta política y la empresaria, a la que sirven.

El liberfacho se hizo conocido como panelista en programas de TV de impacto y escandalete político. Su melena, verborragia y excentricidad servían a ese formato y el personaje que fue construyendo, le resultaba útil a las dos coaliciones: el PJ y Juntos por el Cambio, para sus especulaciones electorales.

La casta ruge en libertad

Milei creció tildándolos de “casta” y de “socialistas”, pero pobló sus listas de esa casta que supuestamente le “tiene miedo”. Su círculo próximo y sus principales candidaturas están plagadas de arribistas y panqueques políticos, de ex funcionarios del PJ, del massismo, Lavagna, el PRO o la UCR, a los que dice enfrentar. También de burócratas sindicales, banqueros, financistas, empresarios explotadores, evangelistas anti derechos, parientes y defensores de genocidas, jueces y demás miembros del poder. Todos ricos, explotadores y burócratas, solo con pose de indignación social.

A la burguesía y su prensa, Milei le era útil y lo promocionaban con notas para correr la agenda política cada vez más a derecha. Macri y Patricia Bullrich le tiraban flores, intentando medrar de su verba liberal, que pide ajuste y represión, pero suena irreverente a un sector cansado de los partidos del sistema.

Ahora, desde Juntos ven con preocupación que el personaje engendrado y alentado, los haya superado en votos, capitalizando la bronca contra lo que fue su gobierno macrista, con Vidal y Larreta, igual que Morales en Jujuy o en Mendoza y Corrientes.

Por el lado del PJ, también a Massa, Kicillof y Cristina, les resultaba útil dejar correr al liberfacho, intentando que eso dividiera el voto “opositor” contra su gobierno, responsables del duro ajuste con el FMI. Y hoy, el ministro de Economía elige a Milei de oponente.
Apuestan a que el miedo a un eventual gobierno del ultraderechista, lleve a que se termine votando a Massa como supuesto “mal menor”. Cuando nos trajeron al “peor de los males” con este gobierno, que decía “volver para ser mejores”, pero empeoró los ya dramáticos indicadores sociales y económicos del macrismo.

De hacerle el juego, a armarle listas a esta derecha

Desde el kirchnerismo, sectores como el de Grabois y cultores del posibilismo, critican a la izquierda diciendo que le hacemos “el juego a la derecha”. Eso decían también en 2019, pero lo cierto es que nunca la derecha creció tanto como en estos gobiernos del PJ y los K.
Primero hicieron posible algo que parecía impensado, que un Macri ganara la presidencia y ajustara y endeudara al país, en su desastroso gobierno. Por eso Juntos es de los grandes castigados en las PASO.

Además, fue este gobierno el que permitió que creciera como nunca una ultraderecha fascistizante, negacionista y antiderechos como la dupla Milei y Villarruel. El PJ y los K le abrieron las puertas, como hicieran Lula y el PT con Bolsonaro. Son los responsables de que Milei llegara hasta acá.

Al ver las PASO, alguien podría decir que jugaron con fuego, pero no. Porque alentar al liberfacho le es funcional a la política del PJ, los gobernadores y la burocracia sindical de hacernos creer que el actual ajuste y su feroz devaluación serían “el mal menor” ante la crisis capitalista y la derecha que se viene. Por eso desde el PJ con Massa, los intendentes y punteros, le armaron muchas listas en suelo bonaerense y en otros distritos. Desde Juntos por el Cambio no se quedaron atrás y referentes de este sector pueblan las listas del liberfacho.

Panqueques y oportunistas, todos muy casta

De esa casta provienen personajes oscuros de su reducido entorno como Carlos Kikuchi, armador nacional de Milei, que fue asesor y vocero del ex ministro ajustador, Domingo Cavallo. Igual que el otro monje negro y armador bonaerense, Sebastián Pareja, histórico operador en el conurbano del ex titular de la Cámara de Diputados por Cambiemos, Emilio Monzó, con quien trabajó hasta 2021.

En el equipo bonaerense, una de las principales armadoras es Miriam Niveyro en la 3ra Sección, del PRO y concejal dos veces por Alte. Brown, jugando para Juntos con Monzó hasta hace poco. Si eso no es casta, ¿la casta dónde está?

En la 5ta Sección opera el concejal Alejandro Carrancio, del bloque de Juntos por el Cambio en General Pueyrredón, hasta que se distanció del intendente PRO, Montenegro. También por la 5ta va Sabrina Sabat, ex funcionaria de Kicillof en Transporte, ministerio que maneja el massista D’Onofrio. La lista sigue con Juan Osaba, que fue Secretario municipal de Garro y titular del EMATUR, Ente Municipal de Turismo en La Plata. Además en la Provincia, Milei negoció con Fabián Luayza, ex funcionario en Educación de Kicillof, dueño del partido Unión Celeste y Blanco. Todos casta, pura y dura.

Pareja y Kikuchi lotean espacios y cargos, por lo que tienen denuncias de venta de candidaturas en 50.000 dólares, que la justicia investiga. Ambos reportan a la hermana Karina, “El jefe” que decide todo en esa estructura cerrada y piramidal, sin funcionamiento orgánico ni decisorio, ideologizada y personalista. Como todo queda en familia, Guillermo Montenegro va en la 1ra Sección bonaerense, por ser el esposo de Villarruel, la vice de Milei.

Luego que el ex comisario Britos rechazara el ofrecimiento, la candidata a gobernar a 18 millones de bonaerenses es Carolina Piparo, campeona en mudanzas políticas. Primero con Monzó, luego como diputada de Vidal y después como intrascendente funcionaria municipal de Garro en La Plata. Después de pedirle que la siguiera cubriendo por atropellar brutalmente a dos pibes en moto que “confundió” con quienes la asaltaron, Piparo se fue con Espert y salió diputada nacional. Pero como buena panqueque, rompió, armó bloque propio y pegó otro salto, ahora con Milei. Si eso no es casta.

La otra figura, Ramiro Marra para jefe de gobierno porteño, entró a la política de la mano del peronista Roberto Lavagna, siendo su 1er candidato a senador por la Ciudad en 2019, quien venía de jugar con Massa. Entonces, “Chiche” Duhalde ocupó la misma candidatura que Marra, pero en la lista bonaerense de Lavagna y Urtubey. Otra vez, si eso no es casta…

Incluso, detrás del discurso anticasta, negociaron con burócratas que controlan gremios por décadas como el ex diputado Pablo Ansaloni, candidato bonaerense e histórico del gremio rural UATRE. Y negocian con Barrionuevo de Gastronómicos o Martínez, de UOCRA sin sonrojarse.

Con el FIT Unidad, abajo la casta política

Ser funcional a esta derecha es darle aire y sumarle candidatos como hicieron el PJ y Juntos. Así lo reconoció Sergio Berni: “Muchos intendentes le armaron la lista a Milei y le cuidaron la boleta, de los nuestros y de la oposición”. También Grabois: “Milei armó las listas con toda gente de Massa. Son todos punteros”. Pese a eso, Grabois insiste con el supuesto mal menor: “Hay que votar a Massa porque sería infinitamente peor votar a Bullrich o a Milei”. Esto ya lo sufrimos.

Como dijimos con Cele Fierro y Alejandro Bodart al reafirmar su compromiso y candidaturas, contra chantas como Milei que hablan de la casta política, nosotros desde hace años levantamos propuestas para terminar con eso.

Con medidas que, tanto Bodart como Vilma Ripoll, presentaron como proyectos de ley siendo diputados: Que todo funcionario político gane como una directora de escuela con 10 años de antigüedad. Obligatoriedad por ley de educarse y atenderse con sus familias en la escuela y el hospital público. Anular toda jubilación de privilegio a funcionarios políticos y jueces. Revocatoria de mandato y anular los fueros parlamentarios.

Son medidas básicas de una reforma política más integral, pero harían que quien ejerza un cargo político viviera en situación parecida a la de la mayoría, y así tendría más sensibilidad social al gobernar o legislar. O lo pensarían antes de postularse. Solo así terminamos con la casta política.

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