Foto. Ariel Espósito
En todo el transcurso de la gestión libertaria, la especialidad siempre fue vender una imagen de éxito apoyándose en la frialdad de las estadísticas. Pero en todos estos casos, si se profundiza en el análisis de estos datos, siempre se revela una realidad social preocupante.
Según el último informe del INDEC sobre el Mercado de Trabajo[i] (en el tercer trimestre de 2025), la tasa de desocupación descendió al 6,6%. Sin embargo, como en todo número presentado como una victoria por Milei, se esconde una trampa: la baja del desempleo no se debe a la creación de trabajo genuino y de calidad, sino a la explosión del empleo precario, el cuentapropismo y la informalidad estructural.
Menos asalariados, más gente que se la rebusca
El informe del INDEC es bastante claro al describir la composición de este nuevo empleo. Si bien la tasa de empleo subió al 45,4%, la calidad de estos puestos se desplomó. En la comparación interanual, se registró una caída en la proporción de trabajadores asalariados (del 73,1% al 71,9% del total de ocupados). Como contrapartida, lo que creció fue el trabajo por cuenta propia, que pasó del 23,3% al 24,5%.
Es decir, el éxito de la baja en el desempleo se explica porque la gente, ante la crisis, sale a inventarse su propio trabajo sin derechos ni estabilidad. El mercado laboral de la era Milei, en un sector de la sociedad, se encarga de sustituir el empleo bajo patrón por precariedad autogestionada.
La informalidad como regla y la fábrica de trabajadores pobres
Para entender la magnitud del drama, el informe del IIEP (UBA-CONICET) titulado “Panorama del empleo informal y la pobreza laboral”[ii] aporta datos alarmantes. En el tercer trimestre de 2025, la tasa de informalidad alcanzó al 43,3% del total de los trabajadores.
El desglose de esta cifra expone la fragilidad del sistema:
- Entre los asalariados, el 36,7% está en negro (sin descuento jubilatorio).
- Entre los trabajadores independientes (monotributistas, cuenta propia), la informalidad se dispara al 64,7%.
Pero el dato más triste que arroja el estudio del IIEP es la vinculación directa entre este modelo laboral y la miseria: tener trabajo ya no garantiza salir de la pobreza. El 38% de los trabajadores informales tiene ingresos laborales por debajo de la línea de pobreza, mientras que el 41% de ellos vive en hogares pobres. Además, existe una penalidad por trabajar en la informalidad: estos trabajadores ganan, en promedio, un 39% menos que un trabajador formal con las mismas características.
La Reforma Laboral es legalizar la estafa
Estos números del INDEC y del IIEP son la antesala perfecta para entender por qué el gobierno insiste tanto con su Reforma Laboral, hoy demorada en el Congreso. Si con la legislación actual ya existe un gris donde el 43,3% de los trabajadores son informales, la reforma no viene a solucionar esto, sino a legalizar el fraude.
Al habilitar mecanismos como el fondo de cese laboral (que elimina la indemnización) y promover figuras como el “colaborador” (que encubre la relación de dependencia bajo un monotributo), Milei busca profundizar este modelo donde el empresario se libera de toda carga social y el trabajador asume todo el riesgo. La caída de los asalariados registrados que muestra el INDEC es exactamente el objetivo final de la reforma: el de un país de trabajadores precarios sin vacaciones, aguinaldo ni estabilidad.
Enfrentar el modelo en la calle
La realidad se vuelve innegable al ver que baja la desocupación porque crece la explotación y la miseria. Mientras los empleadores acrecientan sus ganancias ahorrándose cargas sociales y pagando salarios de hambre (la brecha de ingresos es brutal), la CGT sigue mirando para otro lado, permitiendo que la informalidad discipline a la clase trabajadora.
Con esta situación no hay ningún tipo de margen para la tregua que intenta orquestar la burocracia sindical. Es necesario romper con la pasividad de las direcciones de las centrales obreras y ganar las calles. Desde el MST en el Frente de Izquierda Unidad sostenemos que la única forma de frenar esta máquina de generar pobreza es enfrentando el plan de ajuste de Milei y su reforma laboral esclavista, exigiendo trabajo con todos los derechos y salarios que cubran la canasta familiar, no estadísticas dibujadas con el hambre del pueblo.
[i] https://www.indec.gob.ar/uploads/informesdeprensa/mercado_trabajo_eph_3trim254D509B02DD.pdf
[ii] https://economicas.uba.ar/iiep/wp-content/uploads/InformeInformalidadDiciembre.pdf


