En el marco de la presentación de El Imperio del Quijote, trabajo de Jorge Riani, que se realizará el 4 de noviembre a las 18 hs, por Facebook live a través del canal institucional de la Editorial Fundación La Hendija, reproducimos una breve reseña del trabajo, realizada por el autor.
La pieza de corte histórico-documental elaborada por el ex periodista y ex coordinador general de la Redacción de El Diario de Paraná, actual corresponsal de La Nación en Entre Ríos, y editor de Revista Contexto, llega en un momento oportuno para comprender el conflicto intestinal de la familia Etchevehere, que se había instalado como noticia a nivel nacional, demostrando que es una disputa de larga data.
El desheredamiento que sufrió Dolores, hermana que se confrontó con Luis Etchevehere, sus demás hermanos, y su madre, también muestra cómo estos sucesos son una tradición familiar a partir de la ilustración de un antecedente similar, expresado en El imperio del Quijote. Arturo Julio Etchevehere (abuelo de Dolores), uno de los protagonistas del relato de Riani y pieza importante en la historia de la familia entrerriana, y El Diario de Paraná, fue el primero en demostrar el espíritu avaro del apellido en danza por todos los medios nacionales, al haberle arrebatado a sus 6 hermanas un campo de 400 hectáreas en la localidad de Diamante.
El imperio del Quijote, una pieza que viene a conformar parte de la historiografía entrerriana y paranaense ilustra en uno de sus capítulos titulado “Los Etchevehere”, el derrotero de un linaje moderno dejando ver los comportamientos psicológicos y políticos dignos de una familia de las clases más poderosas del capitalismo de Entre Ríos, que también tiene en su legajo, por parte del mismo Arturo Julio Etchevehere, haber sido compañero de fórmula del ex dictador Pedro Eugenio Aramburu.
A continuación reproducimos la reseña del autor:
¿Por qué escribir sobre El Diario?
“Se trata de mirar más allá de la historia. Donde quizás está la Historia, entendida como los hechos pretéritos –efectivamente ocurridos– aunque los documentos que verbalizan esos hechos estén amarillentos y sus contenidos olvidados.
Este libro no viene a contar la historia oficial de El Diario sino a contar su nacimiento y su crecimiento. No es un relato. Es una historia relatada.
El anhelo es hacer trascender, modestamente, (aunque la trascendencia nunca es modesta) que no se trata, este trabajo, de la historia de una empresa periodística simplemente. Se trata de eso, sí, pero también de una historia política de Entre Ríos y por qué no de la Argentina.
Este libro viene a contar una historia que contradice a un relato que se ha venido repitiendo hace 72 años, vinculado al origen de El Diario. Eso es ya un desafío: poner blanco sobre negro un trascendental acontecimiento del pasado, y contarlo sobre la base de datos objetivos y constatables.
Contar el pasado de El Diario es correr el velo que envuelve a una historia colectiva que fue borrada y olvidada. El olvido abrazó también a los protagonistas, decenas de jóvenes que irrumpieron en la vida política de la provincia para generar un cambio en la conducción del Estado. Fueron los que destronaron al conservadurismo y pusieron en la agenda pública políticas sociales y económicas que hasta antes de ellos no eran asuntos de Estado.
El Diario tuvo 32 dueños en su origen, y uno de ellos fue Luis Lorenzo Etchevehere. De modo que no fue el único dueño, ni siquiera el que más acciones poseía en la sociedad anónima que se formalizó en 1920, es decir seis años después de haberse fundado El Diario.
Etchevehere fue el primer director, es cierto, pero también es justo decir que su gobierno periodístico duró menos de dos meses porque ese mismo año fue elegido vicegobernador, integrando la primera fórmula radical en gobernar la provincia.
De todos los dueños o directores de El Diario salieron ocho gobernadores de Entre Ríos: Miguel Laurencena, Celestino Marcó, Luis L. Etchevehere, Eduardo Laurencena, Ramón Mihura, Enrique F. Mihura, Herminio Quirós y Raúl Lucio Uranga. De ese grupo también salieron cuatro vicegobernadores: Emilio Mihura, Luis L. Etchevehere, Enrique Pérez Colman y Cándido Uranga.
Allí hay una historia que de pronto dejó de contarse.
El relato reemplazó a la historia a partir de 1947, un año después de que Arturo J. Etchevehere, hijo de aquel primer director, lograra quedarse la totalidad de las acciones. Compró algunas acciones y otras se las donaron mediante la presión ejercida desde un lugar de poder.
Cuando tuvo todas las acciones, en El Diario dejó de escribirse sobre los fundadores. En cambio se escribía sobre el fundador Luis L. Etchevehere, que en la tarea de crear El Diario estuvo acompañado por un” grupo de jóvenes entusiastas”. Algunos de esos jóvenes fueron, como dijimos, tan dueños y tan gobernadores como Etchevehere.
El relato minimiza la acción de Miguel Laurencena, a quien algunos viejos textos caídos en el olvido, hábilmente nunca reeditados, lo muestran como el verdadero ideólogo de la creación de El Diario.
Sobre esas bases históricas, Arturo J. Etchevehere hizo un diario moderno sin que nadie note la transformación. Era un órgano partidario y lo convirtió en un diario para la sociedad toda, sin partidos.
El Diario tuvo una trascendencia comercial y periodística importante al no seguir el camino de los órganos partidarios que avanzaron hacia su cierre definitivo.
Este libro cuenta también la historia de la familia Etchevehere, y lo hace trazando un perfil de sus principales protagonistas, mediante anécdotas reveladoras y controversiales, pero fundamentalmente contando qué rol jugaron en el destino de El Diario y el modo en que ejercieron y siguen ejerciendo el poder en la provincia, cuando no en el país.
Las siguientes páginas asumen el desafío de trazar un perfil de un hombre controvertido y exitoso a la vez. Tan amado como odiado”.
Jorge Riani