viernes, 3 mayo 2024 - 23:49

El gobierno pacta con los empresarios. La inflación de enero trepó al 4%

Siguiendo con las reuniones para realizar un “Pacto Social”, el gobierno se reunió en el día de hoy con los representantes de las grandes empresas. Ayer lo había hecho con la cúpula sindical y la Mesa de Enlace. Ambas partes mencionaron un resultado satisfactorio de la reunión.

Tan satisfactorio que Ámbito Financiero señala la “sorpresa” del cerrado aplauso que el ministro de Economía, Martín Guzmán, recibió al terminar su exposición. No eran figuras menores las que fueron invitadas.

Empresarios y funcionarios

El listado dado a conocer incluye a referentes claves de la industria de la alimentación; el presidente de la UIA y titular de la Aceitera General Deheza, Miguel Acevedo; Luis Pagani de Arcor; Luis Pérez Companc de Molinos Río de la Plata, Aubry de Nestlé; Sheliepe de Mondelez; Garibaldi de Danone, Grazi de Tres Arroyos; el titular de la Cámara Exportadora de Carne ABC, Mario Ravettino; Alfredo Coto de COTO; Blaquier de Ledesma; Ticinese de Cervecería Quilmes.

Completaron la lista una serie de importantes capitanes de la industria encabezados por Paolo Rocca de Ternium, empresarios de Acindar, Aluar, Tn Platex, la farmacéutica Dow Química/PBB Polisur, ELEA, Monsanto/Bayer, Procter & Gambie, Unilever, Loma Negra y el titular de la Cámara Argentina de la Construcción. Así mismo titulares y CEOs de Jazmín Chebar, Tetrapak, Toyota, Newsan, Bridgestone, Arauco, Rigolleau, Solvay Indupa y la sociedad mixta YPF. Asistió también el presidente de COPAL, Daniel Funes de Rioja. Solo unos pocos de los invitados faltaron por diversas razones, pero enviaron a importantes representantes de sus empresas a la reunión.

Semejante listado muestra la importancia del aplauso a Guzmán. A veces un símbolo puede más que mil discursos.

Por el gobierno estuvieron presentes el ministro de Economía Guzmán, el ministro de Desarrollo Productivo Matías Kulfas, el Jefe de Gabinete Santiago Cafiero, el ministro de Trabajo Moroni, el presidente del Banco Central Miguel Pesce, la titular de AFIP Marcó del Pont y la vicejefa de Gabinete, Cecilia Todesca. Gran parte de la cúpula gobernante.

Entre la mentira y la verdad…

La reunión realizada en el Museo del Bicentenario tuvo un objetivo según señala el ministro Kulfas, realizar “compromisos cruzados entre las empresas y sectores de la economía, también los sindicatos, de modo que los salarios le ganen a la inflación y la inflación no esté por encima del 29 o 30% este año”. Un número difícil de creer cuando los índices inflacionarios vienen creciendo velozmente en los últimos meses.

Justamente estas declaraciones se hicieron unos minutos antes que el INDEC anunciara que el índice inflacionario de enero fue del 4%, con lo que se proyecta una inflación anual del 50%. Y esto se queda corto si tenemos en cuenta la inflación en alimentos, que es lo que más destinan sus ingresos las familias de los sectores populares. Por ejemplo, el aumento de enero de alimentos y bebidas no alcohólicas es del 4,8%. El del transporte fue del 4,6%.

Lo cierto que esta reunión como las otras dos con los sindicalistas y la Mesa de Enlace tienen un objetivo distinto a contener los precios, cuidar “la mesa de los argentinos” o aumentar entre un 2 y 4% los salarios por encima de la inflación (que llevan un deterioro de más del 20% en los últimos tres años); como anuncian. Como todos los acuerdos o pactos sociales que se han realizado en el país, son los trabajadores y sectores populares los que pierden.

Basta con observar las discusiones sobre quiénes son los responsables del aumento de precios. Los discursos de los mandamases del campo, de los capitanes de la industria, de los medios y economistas que los defienden parecen el cuento de Don Pirulero: “Yo señor… no señor”. Mintiendo abiertamente sobre la incidencia del aumento de los precios internacionales y su repercusión en el precio de la carne y el resto de los alimentos, o evadiendo la responsabilidad de las empresas monopólicas del transporte y comercialización en los aumentos de precios.

Por eso el acuerdo político de la cúpula de la CGT y las CTAs cumple un rol clave en esta estrategia de contener a los trabajadores, más allá de las declaraciones formales de que “las paritarias no tienen techo”.

Consecuentemente, el reclamo de rebaja de impuestos “para favorecer la inversión” como el de no aumentar las retenciones de la reunión con los empresarios del campo, estuvo sobre la mesa. Y nada se habló, por su puesto, de bajar el impuesto que pagamos todos: el IVA en los alimentos y productos de primera necesidad.

El gobierno que amenazó con cupos de importaciones y retenciones para proteger el precio de los alimentos, en esta reunión terminó con el mismo tono de recule, con que terminó con la Mesa de Enlace: “comisiones para estudiar la formación de las cadenas de valor”. Viejo truco peronista, ya el General había aconsejado que “si no querés resolver algo… crea una comisión.”

El día anterior, el ministro Guzmán, en un reportaje en TN que le realizó el periodista Marcelo Bonelli, hablando de los 45.000 millones dólares de deuda con el FMI que Macri nos dejó, aceptó que Bonelli afirmara que gran parte de esa deuda “la fugaron”. Quizás alguien se preguntará si van a meter presos a los responsables de semejante robo, o dejar de pagar ese compromiso fraudulento. No. El ministro y el periodista, que suele aparecer criticando las políticas gubernamentales, pasaron sencillamente de tema…

Por eso, otras reuniones menores, como la de pequeños productores que aconsejaron a Fernández sobre cómo realizar una agricultura ecológica y lo de la reflotada Mesa contra el Hambre, son solo reuniones cosméticas para abonar el cada vez menos creíble doble discurso del gobierno “progresista”.

Si queremos comer… hay que dar vuelta todo

Hay que rechazar la trampa de este nuevo “Pacto Social”, nada bueno va a venir de la mano de los grandes empresarios que se llenan de plata mientras los trabajadores y el pueblo vamos de mal en peor. Es necesario desde ya organizar la pelea por abajo, exigiendo a las conducciones, sin depositar un gramo de confianza en ellas, que rompan lo pactado y lancen un plan de lucha por aumento de salarios, jubilaciones y planes sociales, trabajo y un plan económico alternativo.

Se puede parar el aumento de precios, pero para ello hay que hacer lo opuesto a lo que pacta el gobierno cómplice de los empresarios del campo y la industria. Hay que utilizar la ley de abastecimiento, fijar precios máximos, priorizar el consumo de la población fijando cupos de exportación y aumentando retenciones para las exportaciones cerealeras y cárnicas. Hay que intervenir contra las cadenas supermercadistas monopólicas impidiendo los aumentos de precios.

 Estas medidas de emergencia deben ser parte de un cambio de fondo en la economía argentina, que empiece por dejar de pagar la fraudulenta deuda externa, nacionalizar la banca y el comercio exterior, realizando una profunda reforma agraria. Que desarrolle una fuerte reforma impositiva descargando la carga fiscal en los grandes capitalistas y les devuelva el trabajo arrebatado a los argentinos, empezando por repartir las horas de trabajo a igual salario y montando un plan de construcción de los millones de viviendas populares que se necesitan.

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