Este martes se truncó la sesión en la Cámara de Diputados que pretendía debatir el DNU 846/2024. Otra vez, ausencias en los propios bloques que la impulsaron.
Pan y circo
A pocos días de terminar las sesiones ordinarias, el Congreso vuelve a mostrar sus limites en la puja de poderes con Milei. En esta ocasión, se trataba del DNU 846/2024, que flexibiliza las condiciones en las que el ministro de Economía, Luis Caputo pueda renegociar deuda en moneda extranjera, sin que se precise que el acuerdo pase anteriormente por el Congreso.
Esta herramienta en las manos del fugador serial de Caputo condena a nuestro país a nuevos endeudamientos y condicionamientos externos por parte de los organismos internacionales.
La sesión impulsada por Unión x la Patria, Encuentro Federal y Democracia para Siempre llegó a contar con 120 diputados sentados en sus bancas, 9 menos de los que le otorgaban a la misma el quórum necesario para desarrollarse.
Resulta que la presión entre Balcarce 50 y las gobernaciones provinciales, imposibilitó que se pueda llevar adelante la sesión. No solo por el rol de los aliados, sino que supuestos “opositores” también intervinieron para obturar el debate parlamentario.
En el caso del bloque de Unión x la Patria fueron seis las deserciones. Cuatro de ellos responden al gobernador catamarqueño Raúl Jalil. También el diputado Ricardo Mirabella de Santa Fe y Tanya Bertoldi de Neuquén.
A su vez, desde Democracia para Siempre, bloque que responde a Lousteau tuvieron cinco ausencias: Jorge Rizzotti (Jujuy), Melina Giorgi (Santa Fe), Manuel Aguirre (Corrientes), Marcela Antola (Entre Ríos) y Juan Carlos Polini (Chaco). Dolor de cabeza para el senador radical, que aun recuerda que la última vez que cinco legisladores no le respondieron terminaron sacándose fotos en la Rosada.
Por su parte, Encuentro Federal tuvo el faltazo de siete de sus miembros. Cinco de ellos vinculados al gobernador cordobés Martin Llayora, además de Francisco Morchio (Entre Ríos) y Jorge Ávila (Chubut).
Los gobernadores no solo ceden ante la posibilidad -cada vez más lejana- de que el gobierno incluya en el temario de las sesiones extraordinarias el presupuesto 2025 y le habilite alguna de sus demandas, sino que también especulan con distintos realineamientos de cara a las elecciones del año porvenir.
Palacio servil
A lo largo de estos meses, el Congreso actuó de forma servil a Milei, que se cree monarca y gobierna mediante decretos y vetos. En la fricción republicana al nuevo régimen autoritario al que nos guía el presidente, el accionar legislativo perdió por goleada.
No fueron pocos quienes sostenían y sostienen que la clave para enfrentar el plan motosierra es el apoyo a la “oposición” en el Congreso. Lógica que se demostró débil a la hora de enfrentar los vetos los jubilados y universidades, o la propia ley bases. Ni hablar el DNU tiránico que Milei lanzó hace ya casi un año.
Nuevamente la realidad demuestra que no se puede confiar en que el Congreso resguarde los intereses de los trabajadores; al contrario, aunque posen terminan acordando y transando en nuestro perjuicio.
Pronto se vendrá un debate vital, cuando el oficialismo lleve a discusión la reaccionaria reforma electoral que busca codificar las elecciones a medida de la casta, configurando las mismas de forma aun más proscriptiva contra la izquierda y las fuerzas emergentes.
No será el Congreso quien frene a Milei, sino que tenemos que ser miles en las calles quienes derrotemos el conjunto del plan motosierra.