La vuelta de Hugh Jackman a hacer de Wolverine en la última Deadpool o el anuncio todos los meses nos enteramos de una nueva remake, secuela o precuela de algún tanque de Hollywood con el que, atados a su popularidad, buscan garantizar un corte de entradas y venta de merchandising que permita ganancias importantes. A esta situación le siguen una catarata de notas sobre ¿se terminó la imaginación en el cine? Pero, ¿es real esa pregunta? ¿Es un hecho de creatividad artística o hay otra cosa detrás? En ese debate nos metemos en esta nota
Industria o expresión artística
El cine a lo largo de su existencia ha corrido por dos vías que por su alto costo de producción no ha estado exento de choques. La búsqueda de garantizar el recupero de los costes de producción, con ganancia, y la historia a narrar por los creadores, sea esta ficcional o documental,siempre está en disputa al ser un arte mercantilizado desde su nacimiento producto de nacer en el capitalismo.
Esto llevó a que se dieran distintas políticas a las grandes productoras a lo largo de la historia y que muchas de ellas se vayan combinando. Una de las primeras fue el conocido Star System, es decir, garantizar tener contratada en las producciones una cara reconocida que garantizara compra de tickets.
En este mismo sentido las seriaciones de películas empezaron a hacerse un sistema de retención de público, pensemos que la primera secuela del cine se dio en 1916 con “The Fall of a Nation”. O los metrajes inspirados o basados en libros, hecho que tiene un primer hito en 1902 con “Viaje a la Luna” de Georges Méliès inspirado De la Tierra a la Luna, de Julio Verne, y Los primeros hombres en la Luna, de H. G. Wells.
Por otro lado, las remakes, realizar nuevamente un largometraje, o los reboot, reinicio de un arco temporal de una franquicia de películas modificando en algo la historia original, es otra herramienta que nace en los inicios del cine con “Playing Cards” por George Méliè, recreación de la película de los hermanos Lumiere del mismo año.
A esto hay que sumar la valorización del director de cine que se hace a partir de los 50 gracias a Cahiers du Cinéma todo este compendio de herramientas va a pegar un salto en los últimos años al hacerse mucho más cotidiano el uso de las mismas para garantizar el corte de entradas.
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Los avances técnicos en creación y distribución
La película documental “Continuará” de la que hay una nota y una entrevista, en Periodismo de Izquierda se mete en uno de los ejes de la modernización tecnológica. Pero acá vamos a entrar en otros, la pirateria en VHS y DVDs fue algo siempre contemplado y atacado por las compañías, es histórica la publicidad de gativideo contra la copia trucha de VHS.
Con la llegada de internet la pritateria se diversificó pero la industria encontró una salida en el sistema on demand y las páginas de streaming.
Ahora, a diferencia de la música donde los grandes sellos no crearon sistemas propios, las grandes productoras crearon sus propias páginas diversificando los lugares donde ver y ampliando la necesidad de suscripciones para garantizarse quedarse con el total de la ganancia.
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¿Qué hay a la sombra de los grandes reflectores?
Como dijimos arriba la pelea entre ganancia y visión artística es algo que existe desde que arrancó el cine, aunque nunca como ahora producto del desarrollo tecnológico la posibilidad de hacer cine estuvo tan a mano de la mayoría social. Hoy hay películas de cierto renombre, o segmentos, filmadas con el celular o cámaras a las que se puede acceder. Este hecho abre las puertas a una cantidad de cine independiente que se desarrolla en todos los países y que a veces tienen hitos que sorprenden. Un caso muy conocido es el de la productora A24 que se hizo renombre al apostar por un cine de autor y usar un sistema de publicidad pensado en redes sociales.
Para venir al país nuestra experiencia de cine independiente y documental que tiene grandes películas que compiten en festivales a nivel internacional y son reconocidas, no sería posible sin este avance tecnológico del que nos referimos.
Milei viene a destruir eso a transferir el dinero que ingresa para financiar al cine a las grandes producciones para garantizar sus ganancias y mano de obra barata y de calidad.
Frente a esas políticas nos ponemos plantamos y decimos la crisis o los problemas de los grandes, no son los problemas de quienes queremos y creemos en crear otro tipo de cine y de arte.
Aprovechar los huecos para que una mirada disonante pueda ser vista por las mayorías es lo que buscamos. En este sentido la pelea por garantizar los fondos de fomento del INCAA y democratizarlos es central. Al igual que la pelea por espacios de pantalla para el cine independiente.
Nuestra soberanía audiovisual es crear nuestro lenguaje de visión del mundo y por lo tanto, nuestro mundo soñado.
Nuestro deseo es un cine que en forma de producción y en contenido haga tambalear los cimientos del sistema imperante, que muestre que otra forma de hacer, de vivir es posible.
Un cine colectivo, un cine anticapitalista, un cine socialista y para eso construimos la colectiva red cultural.