viernes, 22 noviembre 2024 - 06:25

El 25 de mayo y la revolución latinoamericana. Conversatorio Nacional con Sergio García

Buenas tardes a todos los compañeros y compañeras. Veo que somos una gran cantidad hoy, lo cual marca que hay ganas e inquietud de conocer y debatir sobre cuestiones históricas que hacen a nuestro país, a nuestro continente, pero también con su reflejo en la actualidad.

Quería empezar por marcar algo, que marca la historia, en general en la mayoría de los procesos siempre hubo sectores muy conciliadores que han tenido el rol nefasto de tirar para atrás distintas luchas, distintos procesos. Y a su vez, siempre ha habido alas más radicalizadas, o más revolucionarias, más allá del nombre, que en general intentaron empujar hacia adelante la rueda de la historia, la rueda de la sociedad, más allá del momento en qué se desarrollaron. Sobran ejemplos sobre esa situación, no me voy a poner a ejemplificar acá la historia de la humanidad ni mucho menos. Pero, podemos mencionar solo 2 o 3 ejemplos evidentes y conocidos. En la independencia y en la revolución de Estados Unidos, que fue muy fuerte, había sectores muy acomodados que preferían seguir negociando con el imperialismo inglés y no apoyaban la gesta independentista. Pasaba en otros lugares del mundo. Hay una película muy conocida que se llama “Corazón Valiente” que muestra la lucha por la independencia, donde se nota cómo los sectores acomodados dejan solos y terminan traicionando a los sectores más oprimidos que querían independizarse. La propia Revolución Rusa, en el siglo XX, tuvo también sectores revolucionarios a la cabeza como los bolcheviques, pero también había sectores muy reformistas, posibilistas o, diríamos nosotros hoy, distintos sectores que no querían confrontar a fondo con todo el sistema. Podríamos seguir enumerando ejemplos históricos de esta índole, pero no es el objetivo. Pero empiezo por ahí, porque la historia de la Revolución de Mayo y de la revolución con continental que hubo por la independencia y la soberanía en esa época, tiene mucho de esto. No está exenta de estas alas, de esta disputa entre los que creen que se puede y los que intentan educar a la población con que no se puede.

Entonces, nosotros tenemos que saber que en particular analizamos esta historia, en este caso en nuestro país y en nuestro continente, tomando en cuenta estos hechos, pero también desde un profundo método y análisis marxista. No lo hacemos al azar, no lo hacemos lugar por lugar, no lo hacemos por la opinión determinada de tal o cual, sino que lo hacemos con un método que intenta analizar el contexto general del mundo de esa época. Un método que intenta analizar la relación entre las distintas clases sociales, la dinámica, el rol de distintos sectores de clase, cómo intervienen, y qué proyectos representan. Y también el peso de las personalidades, porque las personalidades específicas, los grandes líderes, por supuesto también tienen un peso importante. Sobre la base de ese método, yo voy a intentar resumir lo que más pueda, aunque son más de 200 años, y entonces es bastante complejo, voy a tratar de ejemplificar algunos hechos que me parecen muy importantes para terminar comprendiendo el 25 de mayo de 1810 y comprendiendo finalmente las tareas que tenemos hoy.

Nuestro continente tuvo un punto de inflexión mucho antes de la Revolución de Mayo. Tenemos también que comprender que hace al intento imperial, un poco decadente ya por entonces de España y de otras potencias europeas, por llegar a nuestro continente y hacerse de nuestras riquezas. Eso ya de arranque generó un proceso muy contradictorio. Porque era un imperio español, ya con fuertes rasgos de decadencia, pero que precisamente por la presión de su retroceso necesitaba avanzar y buscar vías de nuevo desarrollo. Eso terminó generando una incursión sobre nuestro continente. Eso que nos enseñan en las escuelas de chiquitas y chiquitos, de que las famosas carabelas llegan acá bondadosamente, en realidad no tenían demasiada bondad, sino que tenían una estrategia económica: era hacerse de todos los bienes del continente y por esa vía desarrollar el comercio con Europa. Y la primera contradicción de todo ese proceso es justamente esa, que efectivamente llegaban a nuestro continente imperios todavía feudales, en decadencia, pero contradictoriamente, desarrollando nuevas formas capitalistas, o precapitalistas, de movimientos económicos y de trabajo. Por ejemplo, no venían acá a conquistar por la vía de generar nuevos siervos o señores feudales, sino a conseguir esclavizar y hacer trabajar gente para quitar producción y después hacerla correr hacia Europa.

Esa contradicción marcó todo un proceso, de los siglos anteriores, a los que nosotros nos vamos a referir que era la Revolución de Mayo, pero es importante entenderlo porque de ahí van a surgir todos los procesos y contradicciones que van a venir después. De hecho, durante los siglos XVII, XVIII, se van a ir constituyendo al calor de todo este proceso, lo que nosotros denominamos nuevas burguesías autóctonas, nativas, empiezan a surgir otros sectores de clase que antes no estaban. De a poco, no muy consolidadas, pero empiezan a surgir, ligadas primero al imperio español que, decadente y todo, igual dominaba la mayor parte de nuestro continente, y sobre esa base esos sectores de clase que empiezan a surgir, con el correr de los años y las décadas, empiezan a tener ya los primeros síntomas de crisis con la potencia imperial. Porque, dicho de una manera sencilla, un sector nuevo, una nueva clase que empieza a emerger en el continente, más allá del estadio de desarrollo complejo que tenía en ese momento, empieza a requerir más lugar en las decisiones económicas y en las decisiones políticas. Y en ese pedir más lugar, efectivamente empiezan a chocar, primero de a poco y después cada vez más, y empiezan a ponerse en juego crisis y choques entre los funcionarios de todas esas grandes potencias y los sectores criollos que, en distintas ciudades, sobre todo en algunas de ellas, las fundamentales eran Caracas, Santa Fe de Bogotá, Buenos Aires, son donde más se empiezan a desarrollar sectores con estas pretensiones.

Entonces, ya desde mucho antes de la Revolución de Mayo empiezan a surgir ideas un poco más libertarias. Empiezan los hijos de estos nuevos sectores de clases a viajar Europa, a formarse, a formarse en el plano político, en el plano filosófico, en el plano militar porque era una época de muchas guerras y revueltas en el mundo. Viajaban en barco, iban y venían, buscando conocimiento para traer a nuestro continente, todavía no en un proceso revolucionario como tal, sino en un proceso más de acumulación, pero en el cual se van erigiendo ya hacia el siglo XVIII, un poco más de crisis de todo ese proceso. Un emergente de todo este proceso hacia finales del siglo XVIII, fue la figura de Francisco de Miranda, venezolano, una de las mentes más brillantes de la época. Es de los primeros que intenta, tras participar de distintas revueltas importantes en el mundo, en Estados Unidos, en Francia y otras, vuelve a Venezuela y por esa vía intenta, primero con varios intentos fallidos de independencia, todavía evidentemente no reflejando una condición general para poder desarrollarlo, pero en un sentido fue un adelantado de esa época que intentaba ir marcando el camino hacia dónde se podía ir o hacia donde finalmente después todo el continente se fue dirigiendo.

Simón Bolívar y Francisco de Miranda

Cuando ya se va a entrar al siglo XIX los primeros años, ya cerquita de 1810, todo ese proceso que venía de antes, que reflejaba ese choque de intereses, estos nuevos actores sociales, de estas nuevas demandas de miles y miles de personas por un mejor vivir y por tener menos dependencia del imperio español cada vez más decadente, empieza a ganar mucha más fuerza. Y esa fuerza ya no empieza a ser solo alrededor de la transmisión de las ideas, sino también empieza a notarse claramente en fuertes confrontaciones de clase. Por eso a nosotros nos gusta decir que, cuando analizamos la Revolución de Mayo de 1810, lo último que podemos creer es que es un hecho nacional o un hecho aislado. No tiene nada que ver con eso. La Revolución de Mayo es parte innegable de un proceso continental que había nacido mucho antes. Que tuvo incluso entre los últimos 20 años del siglo XVIII y los primeros 10 años del Siglo XIX, 3 o 4 hechos importantes en la lucha de clases, que marcaron un poco la situación. Lo había hecho alrededor del alzamiento de Túpac Amaru, alrededor de 1780, que marcó un poco toda esa situación. La revolución de los negros en Haití, fue otro elemento muy importante de esa época que antecedía o pre precedía a la Revolución de Mayo. Y también la revolución de Chuquisaca, lo que después fue Sucre, que se transformó en un ícono de ese momento. De hecho, podríamos decir que fue de las primeras revoluciones importantes que se dieron en ese periodo, y la propia Revolución de Mayo estuvo marcada por esa situación. De hecho, después nos vamos a referir, Monteagudo que fue uno de los grandes líderes de la Revolución de Mayo, del ala jacobina, fue parte de los procesos anteriores, estuvo en Chuquisaca. Hay una unidad de toda esa situación continental que fue calentando los motores para llegar a la Revolución de Mayo de 1810.

En ese sentido, precisamente, Argentina, no como tal, porque no era un Estado Nación todavía, pero en el marco del Virreinato del Río de la Plata, empieza a avanzar en la disputa contra el Virrey, contra todos los funcionarios de España y se va a dar en una coyuntura en el último periodo, de una crisis mayor todavía del imperio español. España, por ese entonces, competía en el mercado mundial, y en el intento de hegemonizar no solo América sino también al interior de Europa, con Inglaterra y con Francia, que eran potencias que tenían mucho peso en ese momento, qué terminan comenzando a avanzar sobre el imperio español y finalmente sobre Fernando, que era la autoridad española en ese momento. En esa crisis y en ese retroceso, se aprovecha esa coyuntura con mucha fuerza, en el caso de la Revolución de Mayo y entonces sí, efectivamente vamos a llegar a los días del 25 de Mayo.

Por supuesto no es que sucedió todo en un día, es un proceso de que venía de días, semanas, de discusiones, debates, de avances, de idas y vueltas. Pero que finalmente termina avanzando en un paso más independentista, y a una serie de primeras medidas de mucha importancia social alrededor de esa fecha, y con la gente en la plaza rodeando el Cabildo, con mucha participación. Cosas interesantes que sucedieron en ese momento, piensen que decidieron echar obispos, echaron curas, les quitaron bienes a nobles, empezaron a dar el derecho de vientre… O sea, empezaron a generar al calor de un clima revolucionario muy fuerte, toda una serie de medidas sociales muy importantes. Por eso nosotros lo definimos como un proceso de revolución, una gesta que demostraba que se podía avanzar contra un imperio, derrotarlo, y animarse a abrirse paso a un proyecto independentista en la región.

Cabildo abierto

Al mismo tiempo, nosotros no decimos por eso que fue un proceso acabado, puro, sin contradicciones. Hubo muchas contradicciones, tuvo muchas limitaciones. Pero lo primero no es partir de ahí, sino del hecho concreto que demuestra cómo un pueblo cuando se organiza, se moviliza y se apoyan ideas soberanas, independentistas, puede dar pasos importantes. Más allá de que sea en algunos casos parciales o incluso en algunos que al principio se haya avanzado y después retrocedido. La demostración concreta como conclusión es que efectivamente se podía.

A partir de ahí, se fueron desarrollando toda una serie de debates y de medidas, porque como decía al principio, que ponía el ejemplo de Estados Unidos, de Rusia, o de Escocia y de otros países, en la Revolución de Mayo también había alas muy marcadas y definidas. Había alas más conservadoras, podríamos decir moderadas y alas más progresivas, más revolucionarias para la época, que la representaban diferentes sectores. Saavedra y Rivadavia, representaban justamente las cabezas más pensantes y los sectores más moderados. Moreno, Castelli, Monteagudo, representaban las cabezas más brillantes y más jugadas del ala revolucionaria, que quería avanzar hacia una independencia completa y no solamente a negociaciones parciales con un imperio decadente como era del imperio español.

Entonces, la Revolución de Mayo va a dar esos pasos importantes, que después van a repercutir incluso en los años siguientes sobre el conjunto de Sudamérica, que en ese momento no tenía la división geográfica que tenemos hoy, tenía otra. Pero a su vez, también al interior de la Revolución de Mayo ese demostrar que se podía, también tuvo como efecto contradictorio que al ser fuerzas todavía burguesas y de sectores medios acomodados, reflejaba distintos deseos de clase, distintas necesidades y no reflejaba una unidad política para avanzar a fondo en un proyecto revolucionario .Se llegó hasta donde se llegó en 1810, eso fue muy progresivo, pero a partir de ahí, la lucha política y de la independencia de dos alas muy enfrentadas entre sí, fueron manifestando en los años siguientes, algunos avances pero también algunos frenos. Siguiendo el orden cronológico tendríamos que decir que estas mismas figuras se enfrentaron en la asamblea del año 13, que fue positiva que tomó más medidas todavía: le sacó los títulos a la nobleza, empezó a repartir un montón de cosas que había en el país. Pero al mismo tiempo también empezó a poner límites. Por ejemplo, un límite muy concreto que hicieron, fue previo a la asamblea: a los delegados que traía Artigas de la Banda Oriental no los dejaron ingresar directamente y los dejaron afuera de la asamblea, porque era fortalecer el bloque de los que eran los delegados más radicalizados. Eso ya se expresaba en esa propia asamblea del año 13, que tuvo esas cosas positivas y esas contradicciones. Y finalmente el proceso de independencia va a llegar a 1816 cuando se efectiviza la independencia, o se legaliza podemos decir, ya directamente todo este proceso.

Ahora, esa legalización final de toda nuestra independencia, ya no se da con el sector radicalizado y más progresivo en la dirección del proceso, sino que en el interregno de 1810 y 1816, se fueron continuando pasos progresivos en el terreno de la independencia, pero fue ganando más el control y más el peso las alas más moderadas. Alas que ya montadas en el proceso de la independencia, empezaban a cuestionar la radicalidad porque centralmente desde la independencia lograda, lo que querían hacer era sentarse a negociar tanto con el imperio español, que estaba en decadencia como con los nuevos imperios británico y de Inglaterra, que empezaba a ganar mucho más peso en el orden internacional.

Esa lucha de poderes se da en nuestro país, y va a tomar mucho peso en los años siguientes a nivel de Sudamérica y a nivel continental. Porque a partir de la Revolución de Mayo entran en juego otros actores que quieren también extender todo el proceso de la revolución. Nosotros en nuestro país lo sabemos claramente porque son San Martín y Belgrano las personalidades más conocidas, aunque es malo creer que fueron los únicos, hay muchas más personas que participaron de esa gesta heroica e incluso esa hazaña militar. Si no recuerdo mal San Martín vuelve hacia 1812 de España y se pone al frente del Ejército Libertador, pero no tiene el apoyo de los sectores que dirigen, porque los sectores más revolucionarios no eran los que estaban conduciendo. Y entonces, el famoso cruce de la cordillera a Chile, su viaje posterior al Perú, no se hace sobre la base de un apoyo a un proyecto revolucionario de Buenos Aires, sino por el contrario del abandono de Buenos Aires, del aislamiento, de no mandarle nada para su Ejército, no mandarle presupuesto, aislar a Belgrano en otro sector de la Argentina. O sea, el sector moderado ya empezaba a transformarse, a ver en el puerto de Buenos Aires y muchos negocios con Europa, empieza a dejar atrás a sus propios líderes y referentes, que hacen hazañas increíbles para poder ayudar a Chile, a Perú. Y del otro lado del continente, le pasa un proceso bastante similar a Bolívar, que es como nosotros decimos de la historia de nuestra corriente, un coloso, un gigante de la revolución. Esto ha sido un debate incluso con algunos sectores de izquierda más sectaria, que incluso por el carácter de clase que tienen estas personalidades, tienden a minimizar el rol. Efectivamente, eran de familias burguesas en ascenso de ese momento, pero eran líderes que jugaban roles tremendamente progresivos. De hecho, dejando su riqueza, yéndose de país en país, encabezando luchas y conquistas tremendas a lo largo de Venezuela, lo que es Colombia de hoy que en ese momento se llamaba de otra manera, llegando hasta Perú. En un sentido Bolívar y San Martín se van a terminar uniendo, llegando a Perú uno desde cada lado, alrededor de distintas conquistas y liberando terrenos en el camino. Nosotros y nosotras como argentinos y argentinas estamos acostumbrados a hablar de lo que fue el cruce de los Andes, pero Bolívar tiene elementos tanto o más brillantes como el cruce del páramo de Pisba, que es una cordillera helada. con su Ejército la mitad casi sin calzado, subiendo para derrotar al Ejército español.

Cruce del páramo de Pisba

Todo eso es una riqueza histórica y de lucha revolucionaria tremenda de la época. Pero siempre, en el fondo, por eso es tan importante analizar, como tenía muy fuertes diferencias de clase, problemas de clase, e intereses de clase por detrás, a las alas más avanzadas y progresivas de un proyecto independentista y libertador, se las fue dejando aisladas, desfinanciadas. De hecho, a Bolívar también lo empiezan a traicionar distintos sectores y a disputarle el poder político, y por esa razón cuando llegan a un famoso abrazo y a una reunión, la única que se da entre Bolívar y San Martín, no es un abrazo y una reunión para terminar de unir el continente, porque ya ninguno de los dos tenía demasiado apoyo social. Se tiene que volver San Martín, ya medio enfermo, hacia España. Bolívar vuelve a una de las principales ciudades, Santa Fe de Bogotá, y dos años después termina aislado y muerto en soledad en el medio de esa situación cuando articulaba ya toda una estrategia común con otro prócer de mucha envergadura que es Sucre. Sucre, que tenía tan solo 35 años, fue asesinado por otros sectores ligados a la burguesía de esa época para frenar el contexto independentista. Entonces, terminan uno en Europa aislado, el otro abandonado a su suerte, el otro asesinado, y por esa vía se van cerrando los círculos de esos grandes libertadores que jugaron un rol progresivo hasta donde más pudieron. Sin endiosarlos, los juzgamos con sus límites de clases, con sus contradicciones de la época. Pero no se puede negar que fueron el ala más avanzada de esa situación y que, efectivamente nosotros los reivindicamos con esas limitaciones, pero los reivindicamos por haber sido lo más avanzado de todo un proceso, pese a que finalmente Argentina y el continente va a empezar, precisamente porque se imponen las alas más moderadas, a avanzar, a consolidar, Estados naciones en el sentido capitalista.

En caso de Argentina, ese proceso se da en la segunda década del siglo XIX, después de 1850, cuando ya consolidada una nueva burguesía, que tenía mucho de ganadera, que tenía mucho de puerto-ciudad en el caso de Buenos Aires, en el caso de Entre Ríos, en el caso de Santa Fe, mucho de mirar los negocios hacia adelante y poco de medidas progresivas, empieza a consolidar un modelo burgués argentino en desarrollo y dependiente por completo del imperio que en ese momento empieza a surgir como dominante alrededor de Inglaterra. Ya en las últimas décadas del siglo XIX se empiezan a dar distintos procesos de consolidación de las alas moderadas con, al mismo tiempo, combinaciones de distintas luchas de importancia. Yo solo para marcar una, que no hace a esta charla, pero para entender que el proceso seguía, Cuba y Martí, por ejemplo. Martí que fue uno de los líderes independentistas, termina hasta fines del siglo XIX, que fue asesinado por fuerzas españolas, también como continuidad en una pequeña isla de mucha historia, de mucha revolución, termina también intentando avanzar en tareas independentistas.

Entonces, uno podría pensar ¿por qué es importante recordar todo esto? Primero porque es importante conocer la historia, ver sus actores, ver la dinámica de clases, ver los avances y las contradicciones, ver qué intereses reflejaba cada uno. Pero también es muy importante no solo por mirar hacia atrás, sino para entender cómo nació el siglo XX en el continente, cómo nació el siglo XX en nuestro país. Porque tendríamos que decir con toda claridad que los inicios del siglo XX en Argentina ya se dan una burguesía dominante, que consolida el modelo de producción capitalista dependiente de Inglaterra, que no podía jugar ningún rol progresivo en función de las mayorías populares trabajadoras, que ahí sí ya existían. Porque en la época de San Martin, de Moreno, de Monteagudo, de Castelli, de Bolívar, no había clase obrera y asalariada. Había pobrerío en general, y sectores todavía poco consolidados como clase en que apoyarse, que son en realidad los que pusieron el cuerpo. El propio San Martín lo cuenta muy bien, cuando discutía con los sectores ricos les decía: ustedes no vienen a pelear, los que vienen a pelear son los negros, los descalzos, los esclavos. Pero como clase social, recién hacia fines del siglo XIX empiezan a surgir los primeros sindicatos, las primeras huelgas, las primeras acciones. Y al inicio del siglo XX, eso da un salto muy importante, pero con un rol muy claro de una burguesía que juega un rol regresivo, como toda burguesía ya en el marco del desarrollo capitalista para todo lo que viene. En un sentido, nosotros tenemos que saber que se va a entrar a la primera mitad del siglo XX, a los años de la Primera Guerra mundial, a los años de la Segunda Guerra mundial, ya con esa burguesía consolidada y haciendo grandes negocios corporativos con todos los fenómenos imperiales de turno. Con Inglaterra durante muchos años y ya, hacia la década del 30-40, empieza a ingresar como potencia imperial muy fuerte Estados Unidos, y empieza a disputarle terreno a Inglaterra. Y a partir de ahí, ya hacia la Segunda Guerra mundial, y con el triunfo de la Segunda Guerra mundial, desplaza a Inglaterra y se transforma precisamente en el imperialismo hegemónico en el mundo. Desde ese entonces hasta el día de hoy, que aunque está muy cuestionado y muy en crisis, sigue jugando un rol central en el mundo.

En esa época del continente, y también reflejando diversas luchas de importancia, empiezan a surgir movimientos de resistencia a estos procesos, al ingreso de Estados Unidos… Surgen los movimientos nacionalistas, que son muy contradictorios, porque reflejan cierta resistencia, pero en el fondo, por este rol de la burguesía que ya es completamente dependiente de las potencias y de sus propios intereses de clases, ningún movimiento nacionalista rompe las estructuras del sistema. Por eso nosotros siempre decíamos, son movimientos que oscilan, que van y vienen, que a veces se apoyan en el movimiento de masas, pero al final del camino siempre terminan negociando con los poderes de turno. El surgimiento del peronismo se da por esa vía, se da por la vía de un régimen militar regresivo que estaba en el país. Con Perón, que surge primero como Ministro de Trabajo y empieza a apoyarse en sectores en obreros, accede al poder, intenta resistir un poco los ingresos y negociar con Estados Unidos, pero finalmente termina presionado por los Estados Unidos, con intentos de los golpes militares, hasta que en el ´55 se le da un golpe militar donde Perón directamente cede y se va 18 años del país. O sea, no termina rompiendo, enfrentando, llamando a movilizar y llamando a decir “se los puede derrotar” como sí hicieron nuestros libertadores, como sí hicieron los de la gesta de la Revolución de Mayo. Termina Perón yéndose y directamente dejando que en la Argentina la resistencia hiciera lo que pudiera, con muertos obreros en distintos lugares, y finalmente el golpe militar termina ganando, triunfando, y cambiando la situación.

Yo no quiero continuar década por década contando cómo fue esta situación, porque efectivamente tardaríamos mucho más tiempo para desarrollarlo. Pero me quiero detener en esto, porque si nosotros vamos a la actualidad, tendríamos que saber para qué nos sirve entender todo lo que discutimos, todo lo que entendemos desde un punto de vista de visión marxista desde nuestra historia. Nosotros tenemos que decir con toda claridad que en el plano de lo que estamos viviendo en el caso de nuestro país, con un peronismo que nació en la década del 40 y de toda esta historia de fuertes cosas negativas como esta que yo puse del ejemplo del 55, como fue en el 73, el surgimiento de la Triple A, su política ante el golpe militar, el menemismo, tendríamos un montón de cuestiones para cuestionar… Ahora, en la actualidad, y en el marco de una crisis capitalista burguesa muy fuerte, en el marco de una crisis pandémica que se lleva puesta millones de vidas millones y millones de contagiados, en el marco de una economía que está por el suelo y deja a millones de personas sin trabajo y sin futuro, todos los debates que desde hace siglos se dan alrededor de qué hacer o qué no hacer, de si se puede o no se puede, se vuelven a transformar en actualidad y se dan día a día. Y se dan actualizados precisamente por hechos de la realidad de ahora, pero reflejan procesos que tienen mucho que ver con nuestra historia, de los que podían, de los que decían que no podían, y de la lucha entre esas distintas alas.

Todos esos sectores nosotros los denominamos sectores políticos posibilistas, reformistas, se llaman progresistas, son sectores que en general tienden a aparentar ser muy distintos a los sectores de las derechas más tradicionales, pero en general el rol que juegan es de jamás lograr impulsar o proponerse cambios tan fuertes y tan estructurales, que cambien las relaciones de fuerzas reales entre las clases, y las relaciones sociales y de vidas de millones de personas. Son precisamente posibilistas, porque se la pasan explicando que no se puede o que solo se puede un poco más o un poco menos. Y eso es tal vez la corriente más regresiva que hoy actúa en el marco de Latinoamérica en su conjunto y de Argentina en particular. Porque son los que plantean que, ante los Bolsonaro, ante los Piñeira, ante los Duque, ante los Macri, ante todos los presidentes más de derecha del continente, hay que tener cuidado porque están muy fuertes, porque no se puede, los que dicen veamos que no tenemos relaciones de fuerza. Ese sector es muy nocivo para para el desarrollo de un proceso de movilización y un proceso de revolución en nuestro continente. Y lo primero que hay que saber es que ese sector, en el caso de Argentina, en el caso del peronismo, desnuda a fondo su relación histórica que tiene con toda la historia de nuestro continente. Porque muchas veces desde los sectores progresistas, o desde los sectores del kirchnerismo, o desde sectores como el Frente Patria Grande, que integra el Frente de Todos, se plantea como que están en una disputa y que, en última instancia, son los que reflejan en la actualidad esa gesta revolucionaria de Castelli, de Moreno, de Monteagudo, de Bolívar, de San Martín. Nosotros decimos con toda claridad que es un fraude todo eso. En realidad, los sectores del Frente de Todos, con lo único que se identifican es con el ala moderada de la Revolución de Mayo. El Frente de Todos es el equivalente a Rivadavia, es el equivalente a Saavedra, es el equivalente al sector que decía negociemos, no se puede tanto, que no se enoje tanto el imperio, veamos cómo podemos arreglar, veamos qué podemos hacer. No reflejan nada de lo más positivo del proceso independentista de este país.

Los únicos que reflejan algo por la positiva el proceso más rico de nuestros libertadores continentales y nacionales, es la izquierda, que no solo tiene que poder sacar conclusiones correctas de eso, sino que lo superó por completo en el siglo XX, yendo a posturas más de clase, socialistas, anticapitalistas. Porque no eran ni socialistas, ni anticapitalistas, ninguno de todos ellos, reflejaba otra época anterior. Pero toda esa lucha emancipatoria, independentista, soberana, solo la izquierda revolucionaria, el trotskismo en este caso, nuestro partido, nuestra internacional la LIS, es la que tiene la posibilidad de agarrar toda esa enseñanza y llevarla hasta el final. Todos los sectores desde el punto de vista de un Gobierno se plantean reivindicar la Revolución de Mayo, pero al mismo tiempo se plantean seguir con la minería contaminante, con el fracking, con la hidrovía, con el no se puede para las vacunas, no reflejan nada para la Revolución de Mayo. Son unos hipócritas que hacen flyers, que hacen tweets, que hacen cadenas por televisión para conmemorar un 25 de Mayo revolucionario que le es ajeno. Porque en el momento en el que le toca poner el cuerpo, lo que hacen es recorrer el mundo por ejemplo ahora Alberto Fernández y Guzmán, para discutir cómo pagar la deuda, cómo hacer que se extienda a 10 años ese plazo. O sea, no tienen nada de esa de esa situación.

Entonces, nosotros tenemos tareas muy concretas en la actualidad. Primero es comprender que el posibilismo y, en particular, que los que actúan en el caso nuestro, alrededor del Frente de Todos en sus alas políticas y sus alas sindicales, no es un problema individual ni es un problema ideológico en particular. Es un problema que tiene profundas razones de clase. Son posibilistas, son reformistas, no se animan a patear el tablero, no se animan a dar vuelta todo, porque defienden a la estructura integral del sistema capitalista dominante, al cual solo le quieren hacer algunas reformas parciales en el marco de algunas muy mínimas, cada tanto, conquistas, y cada vez, menos al conjunto de la población. Por esa profunda razón de clases es que dicen que no se puede, que se justifican, que explican que no hay condiciones, por eso te dicen que no se puede, por ejemplo, nacionalizar el laboratorio de Garín. ¿Cómo no se va a poder nacionalizar? Una pregunta, solo para que pensemos, si se les plantea a nuestras enfermeras, a nuestros enfermeros, a nuestro equipo de salud, a los miles de trabajadores de la primera línea, que vayamos y expropiemos el laboratorio de Garín, ¿qué creen, que no van a estar de acuerdo? ¿que no habría enormes movilizaciones a Plaza de Mayo en apoyo a un proyecto de expropiación del laboratorio? ¿creen que no habría un apoyo global de la clase obrera si se tomara esa decisión? Si se tomara la decisión de ponerle fuertes impuestos a las grandes fortunas, ¿no se generaría un gran proceso de movilización en apoyo? Por supuesto que sí. Si se dijera, en vez de hacer lo que están haciendo con la hidrovía, que es mantener la estructura que viene del menemismo para seguir extendiéndola y renovarla más años, si se decidiera recuperar nuestros ríos, recuperar nuestros puertos, nacionalizar el comercio exterior, repartir las tierras para que las grandes corporaciones de los agro negocios no dirijan más todo lo que va desde el campo a los puertos de Santa fe y de ahí por todo el recorrido hacia Europa… Si dijéramos que vamos a terminar con todo eso, ¿no habría un apoyo masivo y popular cómo lo tuvieron quienes fueron a la Plaza de Mayo en 1810, como lo tuvo Bolívar, como lo tuvo San Martín? Claro que habría todo eso. Si se pusiera la salud en manos de los trabajadores y las trabajadoras, ¿no funcionaría mucho mejor? Por supuesto que sí.

Pero hay que entender que no es que no se puede, es que hay toda una estructura de clase, que tienen sus partidos y sus líderes sociales y sindicales, que todo lo ejemplifican, lo justifican y lo explican en función de que millones de personas crean que no se puede generar grandes cambios. Cuando lo que está planteado en la realidad es que sí se puede.

La rebelión y la revolución chilena qué se dio en los últimos dos años, se llevó puesto todas estas concepciones posibilistas. Por eso ahora, en estas elecciones constituyentes de la semana pasada, todos los sectores cómplices del régimen político salieron profundamente derrotados. Cuando el pueblo colombiano sale y se lleva por delante a sectores de la fuerza de seguridad, se moviliza por miles, cuestiona el régimen vigente, se está llevando puesta la concepción posibilista. Cuando el elefante neuquino se para en todas las rutas de Neuquén y no los pueden reprimir y le tienen que dar aumento de salario, se lleva puesto, aunque no lo saben, todas las concepciones posibilistas. Cuando la primera línea de enfermería llega a Plaza de Mayo con antorchas y sale en los medios de comunicación, se lleva puesto también las concepciones sindicales burocráticas, de sectores que le dicen que no se puede, que no hay para salarios. O sea, nosotros tenemos que entender eso, tenemos que entender que se puede de verdad, si hay una confianza en que la clase obrera, en los sectores mayoritarios, la juventud, el movimiento de mujeres que se ha llevado puestas un montón de cuestiones y ha obligado a los Estados a tener que dar leyes, parciales, pero a dar un montón de conquistas que no quería dar por la fuerza de sus procesos de movilización impuso eso. Y hay que saber que, en el plano sindical, acá seguramente hay muchas trabajadoras y trabajadores, que cuando el burócrata de tu sindicato te dice que no se puede pelear por más salario, que no hay condiciones, que la paritaria dio hasta donde dio, no expresa la voluntad individual de él solamente, que seguro lo expresa porque debe ser un burócrata bastante podrido. Sino que también expresa el ser parte de un brazo transmisor de concepciones políticas de partidos que son parte, precisamente de este posibilismo que hace que se adormezcan las fuerzas de movilización, y que actúa contra derechos que, si saliéramos a la calle, seguramente los conquistaríamos.

Nosotros tenemos que unir, yo empezaba diciendo que en la historia hay un montón de casos donde ha habido alas más posibilistas y alas más revolucionarias. En esta crisis actual que vivimos, las alas más posibilistas, son las que están fracasando cuando gobiernan y las que hacen que la derecha pueda recuperar más espacio. Cada error tremendo que cometen, cada medida que no se animan a tomar, le dan más espacio a los Macri, a los Bullrich, a los Larreta, y así en cada país. Y la tarea nuestra es, precisamente, abrirnos paso, superar todas las trabas del posibilismo, desenmascararlos frente a nuestras compañeras y compañeros de trabajo, de estudio, del barrio. Explicarles, mostrarte cada hecho de la realidad, utilizar el 25 de Mayo para recordarles que sí se podía, que hubo gente que dio la vida por esto, y que siempre que hay gente que da la vida, se logran avances muy importantes. Pero también sacar la conclusión de que esos avances y luchas sociales, por sí solo no llegan hasta el final, si no están junto a una estrategia y a una organización política que tenga precisamente la estrategia para llegar a gobernar, por ser alternativa, con un programa de fondo.

Decimos con toda claridad, en este siglo XXI, en el medio de esta pandemia, hay condiciones sociales objetivas para romper con el FMI. Hay condiciones para expropiar el laboratorio. Hay condiciones para poner grandes impuestos a las fortunas. Hay condiciones para unificar el sistema de salud. Hay condiciones para dar salarios dignos. Hay condiciones para hacer de todo, si se tocan los intereses que se tienen que tocar. Como no los van a tocar ellos, tenemos que construir una gran organización militante de miles y miles de compañeras y compañeros, que se haga sentir, que tenga cada vez más peso en los sindicatos, en los centros estudiantes, en los movimientos ambientales, en el movimiento de mujeres, en las barriadas populares, que dispute para que las trabajadoras y trabajadores gobiernen este país.

Y que le digan también a nuestras compañeras y compañeros del Frente de Izquierda Unidad, que tenemos que superar todos los estadios electorales, para ser un gran movimiento político, que se plantee gobernar. Eso que hacemos nosotros acá, lo hacen nuestros compañeros de la LIS en todo el mundo. Por eso, orgullosamente, nuestros compañeros y nuestras compañeras de Chile juegan un rol de protagonismo en Chile, nuestros compañeros de Impulso Socialista, en Colombia, y así país por país. Porque organizarse políticamente en el plano internacional, con la LIS, y en el plano nacional con el MST, son tareas estratégicas que nos posibilitan hacer experiencias el tiempo que viene. Y que nos posibilitan tener audacia, nos posibilitan tener dinamismo, confianza en nuestra clase, en nuestra propia historia, aprendiendo lo mejor de la historia de nuestro continente y de nuestro país. Para ver si en el período que viene podemos, no sólo crecer como organización sino, en el marco de crecer como organización, jugar un rol positivo para superar toda traba de los “no se puede” y poder colocar en la realidad conquistas nuevas. Conquistas que bien se pueden lograr, y se podrían lograr muchas más, si algún día logramos que la izquierda tenga un peso mayoritario sobre la clase trabajadora y sobre los sectores populares. En esas tareas estamos cuando construimos organización, pero para poder hacerlo bien y convencer a miles de personas, tenemos que tener conclusiones correctas de nuestra propia historia y de por qué en esta pelea entre clases y sectores políticos ser el ala revolucionaria, y cada vez más fuerte, es lo más indispensable para el período que viene.

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