lunes, 30 diciembre 2024 - 14:37

Educación. Se escribe “adoctrinamiento”, se pronuncia censura

El gobierno de Milei lleva adelante un profundo ajuste económico a las escuelas y universidades públicas que congela salarios y limita presupuesto educativo de tal manera que está planteado el cierre de muchas universidades por imposibilidad de pagar a sus trabajadores, y los servicios mínimos. Por eso se vieron a oscuras los pabellones de la UBA.

Pero el desfinanciamiento no es el único factor que pone en riesgo la educación pública tal y como la conocemos. También desarrollan un ataque ideológico contra las ideas y el acervo cultural que sostiene la educación pública en nuestro país. Se ponen en tensión y se cuestionan nociones claves como derecho, sujetos, la perspectiva de género, la obligatoriedad, y lo público. Distintas iniciativas dan cuenta de esto:

•          La pretensión de declarar como un supuesto “servicio esencial” a la educación, para así atacar el derecho a huelga.

•          Otorgar vouchers o vales económicos para pagar las cuotas de colegios privados, que implican un subsidio con plata de todos, por partida doble a quienes lucran con la educación.

•          Permanentes ataques y amenazas contra la ley ESI (Educación Sexual Integral) y la perspectiva de género. Ejemplo de esto es la prohibición del uso del lenguaje inclusivo en los ámbitos de la administración pública.

•          Funcionarios que cuestionan públicamente la obligatoriedad de la educación como política pública.

A la par de esta campaña generalizada de desprestigio de la educación pública, se asocian estas nociones con un supuesto “adoctrinamiento marxista”, con “ideas del comunismo”.

Milei adoctrinando en el privado colegio Cardenal Copello

Toda esta operación tiene un claro objetivo: barrer con la educación pública estatal para instaurar un modelo educativo de libre mercado, donde unos pocos puedan pagar la educación que quieren tener.

Está claro que es mucho lo que está en riesgo, sin dudas atravesamos un momento bisagra en nuestra historia. Por eso, hoy más que nunca, es necesario participar activamente en la defensa de lo público.

Vigilar y castigar, no pasarán

Desde su aceitada maquinaria de redes sociales, a través de su vocero presidencial y desde medios comunicacionales afines, el gobierno ha instalado un aval a la violencia política, llegando a utilizar desde la mismísima figura presidencial, tratos crueles y discriminatorios contra adolescentes, como lo sucedido en el privado colegio Cardenal Copello al que asistió, al inaugurar el ciclo lectivo nacional.

Con la iniciativa de prohibir y denunciar “adoctrinamiento” en las escuelas y universidades, Milei redobla la apuesta e intenta instalar desde el Estado un clima de persecución ideológica que alienta la desconfianza en los y las docentes, rompiendo así lazos sociales con nuestros estudiantes y las comunidades educativas que, quienes caminamos las escuelas, sabemos que cuesta mucho construir.

Esta iniciativa tiene igual mucho de fuego artificial, todavía se desconoce qué y cómo podrían querer modificar de los artículos 11 y 126 de la Ley Nacional de Educación. Pero es un intento que refleja algunos ejes de la concepción mileista de la educación:

•          Una visión autoritaria y adultocéntrica respecto al rol docente, como alguien que manipula y deposita contenidos en estudiantes pasivos; una imagen muy alejada de la realidad.

•          Un enfoque de pensamiento único, que excluye, castiga y busca ocultar la diversidad de miradas, enfoques e ideas.

•          Un enfoque de la educación como si fuese “apolítica”. Con la vuelta al planteo de la política como algo “sucio”, que debe mantenerse lejos de niños, niñas y adolescente. Esta es una visión completamente retrógrada, superada hace décadas y que, en realidad, termina operando políticamente y de manera oculta, en favor de los intereses de quienes detentan el poder y la clase capitalista para la que gobiernan.

Una educación “apolítica” es un acto imposible. Qué enseñamos, para qué y a favor de qué intereses, son decisiones políticas que, con mayor o menor consciencia, tomamos a diario.

Cómo actuamos ante un conflicto en la escuela, si participamos o no, si nos apoyamos en nuestros compañeros/as, son también decisiones políticas. Esto bien lo sabe la derecha que nos gobierna, y por eso impulsa estas iniciativas que intentan meter miedo, romper la confianza y los lazos solidarios.

Desde Alternativa Docente nos posicionamos en defensa del derecho a la educación pública estatal, gratuita, obligatoria, científica y laica, a la vez que somos conscientes de las grandes limitaciones que presenta el actual modelo educativo. Para frenar los ataques de esta derecha rancia y decadente, defender nuestras conquistas y poner en pie una educación que realmente esté al servicio del pueblo trabajador, organizate con nosotres para luchar por esas transformaciones.

Lucrecia Cocha, Sec. de Organización de UEPC Capital, Córdoba

Alternativa Docente, ANCLA, MST en el Frente de Izquierda Unidad

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