El anuncio de extender la jornada escolar en Primaria a 5 horas generó preocupación y rechazo en la docencia del país. No solo en Primaria, sino en todos sus niveles. Ya que si avanzan con medidas inconsultas y sin fundamento pedagógico que implican una reforma educativa y laboral de magnitud, vendrán por otros. Por eso compartimos las declaraciones de la FND, la Federación Nacional Docente y de Ademys que expresan las razones para ese rechazo y sus propuestas para transformar la escuela pública.
FND: Porqué más horas de clases no implican más calidad educativa
Desde la FND, Federación Nacional Docente, señalamos que tanto el gobierno de Alberto Fernández y su ministro Jaime Perczyk, como el gobierno de Larreta y su ministra Acuña en la Ciudad, se pelean por ver quién anuncia medidas más demagógicas o rimbombantes para la educación, ubicando a la escuela pública en una disputa que para nada contribuye a mejorarla.
El primero propone aumentar 1 hora reloj de clase más por día en el nivel Primario, en las escuelas de todo el país. Mientras que el segundo pide extender los días de clases, como si cantidad asegurara calidad, sin modificar fuertemente las condiciones materiales en que estos mismos gobiernos, patronales y sectores privatistas a los que responden, le imponen.
Estas propuestas no tienen ningún fundamento pedagógico ni didáctico. Solo responden a la competencia electoral, en una carrera por ver quién estigmatiza más a los docentes, apuntando a hacernos responsables de la crisis educativa que generaron. Cuando se deben revertir las políticas anti-educativas aplicadas por los distintos gobiernos del capital en las últimas cuatro o cinco décadas, siguiendo siempre los lineamientos del Banco Mundial, la OCDE y el FMI.
Por eso sus propuestas y “soluciones” parten siempre de premisas falsas o insidiosas: que la docencia “trabaja poco” y posee “mala formación”. Tanto el llamado “progresismo”, como la derecha macrista apelan para tal fin a recursos funcionales a un sentido común conservador y reaccionario.
Los salarios docentes no superan la línea de pobreza, por lo tanto deben trabajar en doble jornada o sobrecargarse de horas cátedras en el nivel secundario. Sumar una hora más de clases atentará aún más contra esto, no resolverá la crisis educativa, sino que implicará mayor precarización laboral y salarial para el conjunto de educadores del país.
Por todo esto rechazamos el anuncio hecho por un ministerio sin escuelas que pretende barrer de un plumazo con las conquistas establecidas en los Estatutos docentes de cada distrito.
A su vez, estas condiciones salariales y laborales dificultan el proceso de enseñanza aprendizaje, al limitar el tiempo de reflexión, formación y planificación de la labor docente. La que, pese a todas las dificultades devenidas del orden social vigente y su injusta distribución de riquezas y saberes, hacen lo imposible por alcanzar sus objetivos, año tras año.
Las condiciones sociales de pobreza de nuestro pueblo, que rodean a la escuela, constituyen dificultades y condicionantes en dicho proceso de aprendizaje colectivo.
Año tras año se desfinanció el sistema público de enseñanza y se aumentaron los millonarios subsidios a la escuela privada, al tiempo que sus trabajadores, vía ajustes sucesivos del FMI y la ofensiva del capital sobre las condiciones laborales, se fueron empobreciendo. Esto es algo que se debe revertir para pensar en una educación de calidad para las mayorías sociales.
La educación no es ingenua ni neutral como gusta hacernos creer ese “sentido común” conservador. Sino que persigue constituir y reproducir un orden social determinado: Jerárquico o Igualitario. Las políticas educativas vigentes son funcionales a una formación que naturalice la desigualdad social.
Desde la FND insistimos en que no es posible mejorar la educación pública, entendida como estatal, sin mejorar las condiciones laborales de las y los docentes, tanto las salariales como las vinculadas a la práctica en el aula, nombrando más docentes para conformar parejas pedagógicas que optimicen el proceso educativo y designar mayor número de auxiliares para hacer frente a las múltiples necesidades de las y los estudiantes.
Debatir la propuesta y el proyecto educativo, exige debatir un proyecto de país desde los intereses de los trabajadores y el pueblo. Un verdadero proceso de democratización popular que coloque la centralidad de las decisiones político-educativas en quienes la ponemos en pie a diario: docentes, estudiantes y familias.
En tal sentido hacemos un llamado al conjunto de las fuerzas populares para impulsar la necesidad y exigencia de la urgente convocatoria a un Congreso Pedagógico Nacional que debata qué enseñar y aprender, cómo construir esos conocimientos y cómo distribuirlos desde los intereses de los trabajadores y sectores populares.
Para ello nos ponemos a disposición de todos los sectores que se planteen encarar las medidas de lucha necesarias para lograrlo.
FND, Federación Nacional Docente
20 de abril de 2022
Ademys: Rechazamos la extensión de la jornada escolar
Desde Ademys rechazamos la propuesta del Ministro de Educación Nacional de extender la Jornada escolar, entendiendo que de ningún modo esto promoverá una mejora en términos educativos y de aprendizaje.
Rechazamos esta medida inconsulta, que desorganiza la rutina ya establecida por las familias, y genera una extensión de la jornada de trabajo, cuando ya la docencia trabaja dos o tres turnos para llegar a fin de mes.
En lugar de invertir en construcción de escuelas, infraestructura, material didáctico, garantizar equipos y conectividad, incrementar el salario docente para promover una reducción de la jornada laboral docente que permita una mayor capacitación y tiempo de formación pedagógica, el gobierno impulsa una medida que responde a los intereses empresariales, poniendo a las escuelas como guarderías donde depositar a las niñeces durante más horas.
Esto no implicará un mayor y mejor proceso de enseñanza y aprendizaje. Más horas y días de clase no implican una mejor educación si no se desarrollan otras políticas, si no se mejoran las condiciones socioeconómicas en las que más del 50% de las infancias está bajo la línea de pobreza.
Rechazamos entonces rotundamente esta medida que es improvisada, que parte de un fracaso de la política educativa del gobierno nacional, en un cuadro de recortes presupuestarios, donde cada provincia lo adaptará a sus posibilidades y sin resolver ni las condiciones materiales educativas, ni sociales de lxs niñxs y jóvenes y partiendo de una jornada laboral ya precarizada y con salarios de pobreza.
Ademys, 7 de abril de 2022