viernes, 22 noviembre 2024 - 10:20

Editorial. Inflación, crisis política y bronca que crece

La crisis económica no para. Abril marcó una inflación del 8,4%. Para mayo se espera que el piso sea el 9%, el techo, según algunas consultoras, lo estiman en los dos dígitos. Se empieza a agitar el fantasma de una hiper. Mientras, a la par, más allá del paquete económico que lanzó Hacienda, se sigue agravando el estado de las reservas. La hipótesis devaluatoria, como resolución capitalista a la crisis, persigue como un fantasma al ministro que dijo: “Antes de devaluar, me voy”. El Fondo sigue sin habilitar el nuevo acuerdo/endeudamiento -para entregar US$ 10.000 millones-, Lula es el amigo de Alberto que no le presta dinero y los acuerdos con China, para financiar las importaciones con el SWAP en yuanes, no alcanza. Este estado de la economía es el que luego refracta en el llano con un 40% de pobreza, que sigue creciendo, y salarios que se derriten al ritmo de la suba constante de precios.

“No nos entra un quilombo más”. Con esas palabras, en un acto en la ciudad bonaerense de Navarro, donde entregaba nuevos beneficios al agro, Sergio Massa se refería a la situación del gobierno y del Frente de Todos para obturar las posibilidades de unas PASO. El presidente renunciado de la batalla electoral, sigue pregonando la competencia interna. Su poder, el de daño, va a contramano de un oficialismo que lo dejó huérfano en la presidencia, al anotar a Agustín Rossi y Daniel Scioli en la competencia. Con la carta de Cristina, en la que ratifica su renuncia a ser candidata, se agrega leña al fuego de la crisis del frente gobernante. Es evidente que no quiere ser la mariscal de la derrota. Ante el posible quiebre de la candidatura de Massa, debido al estado de la economía y ante la defección de Cristina, la opción Kicillof sobrevuela nuevamente. Aunque el gobernador bonaerense tiene la preocupación de poder retener la provincia; por eso piensa en un desdoblamiento. También, aunque con menor fuerza, sigue en pie el nombre de Wado de Pedro. Todo como hipótesis, nada de certezas, producto de la crisis que deja sus esquirlas en la política.

Juntos y no tanto. El círculo rojo, ante esta situación, espera que Juntos por el Cambio resuelva su interna que, lejos de calmarse, se enciende más y más. CABA, según trascendidos, luego de tantos roces, al menos en el PRO, tendría un “acuerdo” entre Larreta y Bullrich para poner un candidato único. De todas maneras, por ahora, no se sabe quién va a ser ese candidato, por tanto, no es de descartar que siga la riña por ubicar a Hernán Quirós o el primo de Macri, Jorge. Lo que sí ya está confirmado, es que el elegido competirá con la UCR, que se frota las manos con Martín Lousteau para arrebatarle la Ciudad a sus aliados. Más allá del “desayuno de trabajo” entre los presidenciables del PRO y el acuerdo mencionado, las asperezas continúan. Patricia Bullrich, días antes del encuentro, denunció al actual Jefe de Gobierno de la Ciudad por haber sido el responsable de sumar a José Luis Espert, para que compita en la carrera presidencial, como forma de limarle su base electoral dentro del frente. La Provincia de Buenos Aires es otro problema. Sólo el partido fundado por el ex presidente cuenta con cinco candidatos para la gobernación sin contar a sus aliados radicales. Juntos por las ganas de avanzar en el ajuste, la principal oposición patronal no se termina de decidir en la velocidad de implementar este plan económico de guerra contra los trabajadores y sectores populares, ni en los nombres para llevar a cabo la tarea.

El fenómeno libertario. Milei, en las encuestas de las elecciones nacionales, sigue siendo el candidato con piso, pero sin techo. La expresión de una bronca difusa contra los responsables tradicionales del ajuste. Contrariamente a estos números, el fenómeno de los liberfachos no ha prendido en las elecciones provinciales, más bien ha fracasado en relación a sus expectativas. Por eso han decidido bajar a todos sus candidatos provinciales, sólo queda el hijo del genocida Bussi como representante de la marca libertaria en Tucumán. Además, quienes fueron responsables de crear a la bestia, los grandes ricos del país, se empiezan a despegar cada vez más de Milei. En Llao Llao reprobaron el plan económico del libertario. A Amcham ni siquiera fue el despeinado. El círculo rojo del país sabe que el plan de dolarización y otras descabelladas políticas del despeinado, como casi todas las que propone, llevaría al país a una confrontación de clases que pueda hacerlos perder el control político.

Polarización y malmenorismo. Como estrategia electoral, el Frente de Todos, para esmerilar a Juntos por el Cambio y evitar el naufragio, ha subido al escenario a Milei. Pretende apelar al viejo recurso del voto supuestamente útil. Una estrategia que ensaya el frente peronista para mostrarse como lo menos malo ante los liberfachos. Ya en sus últimas apariciones la vice, el presidente y el propio ministro de Economía lo mencionaron con nombre y apellido. También, a esta estrategia, suman al poder judicial quien arbitrariamente suspendió las elecciones provinciales de Tucumán y San Juan. Sin dejar de ser ciertas las características de casta de este poder -al que no tocaron ni un ápice durante esta y sus anteriores presidencias-, las afinidades de los magistrados con el empresariado y parte del macrismo, exageran este elemento para mostrar al peronismo como el partido al que quieren proscribir. Claro, esto lo realizan sin hacer mención de sus señores feudales que buscaban perpetuarse en los poderes ejecutivos de las provincias, elemento que también denunciamos desde hace tiempo desde la izquierda. Así, el oficialismo, busca traficar una política donde estar atado al FMI, vivir con una inflación interanual de tres dígitos, tener a Berni como represor oficialista, es la política menos mala en esta situación.

Crece el malhumor social. Los números económicos contribuyen al hartazgo generalizado. Este sentimiento se ha manifestado en los comicios provinciales donde, en general, los números de los electores han disminuido y, también, ha crecido el voto en blanco. Una foto del momento. La calle también empieza a ser una expresión. Jornadas de luchas como la de la Unidad Piquetera, ahora en conjunto con la UTEP; las acciones de la docencia bonaerense que se prepara para salir nuevamente el 17 y el 18, como también hay acciones de los mismos en Salta y Neuquén; el paro de los trabajadores del subte y la continuidad de la pelea de enfermería en CABA por su reconocimiento profesional son algunas de las manifestaciones de bronca que se expresan. Si con esta situación social y económica no hay más fenómenos de lucha, se debe principalmente por la función de la colaboracionista burocracia sindical que calla y aprueba el ajuste con su silencio.

Ante el ajuste que se avecina, luchar y organizarse con el FIT-Unidad. El panorama descripto lleva a reforzar los esfuerzos por postular y fortalecer al FIT-Unidad como herramienta política alternativa en todos los planos. No solo en el electoral. Es necesario, para doblarle la mano al ajuste, cambiar el carácter del frente, para que actúe en común en los principales hechos de la lucha de clases. Esto, sin embargo, no se puede hacer mediante la imposición de falsos hegemonismo como lo intenta hacer el PTS en estos tiempos. Contrariamente, desde el MST, entendiendo al FIT-Unidad como una conquista de la izquierda, creemos que hay dar voz y participación activa no solo a todas las fuerzas que integran el frente, sino abrirlo a para fortalecerlo con militantes políticos, sociales y personalidades, que hoy no se ven representados en ninguno de los partidos del frente.
Estamos por una gran asamblea para decidir y por ello convocamos a los simpatizantes del FIT-U, a organizaciones amigas, a referentes que apoyan al frente, a intelectuales y dirigentes obreros, sociales, ambientales, de género y DDHH con quienes compartimos luchas, a colaborar para fortalecer un camino unitario y potenciar al FIT Unidad. Te invitamos a que te sumes para organizarnos de cara a los episodios que se vienen. Donde, más allá de quien gane las elecciones de las coaliciones patronales, el plan del FMI y ajuste permanente será implementado por cualquiera de ellos, y es necesario estar preparados para enfrentarlos.

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