viernes, 22 noviembre 2024 - 06:04

Dólar por las nubes. Qué medidas necesitamos los de abajo

La escalada imparable del dólar blue y del dólar financiero se transformó en la noticia del día. Superando los $ 330 e incluso a los $ 340 sin techo aparente. Refleja la desconfianza política de la burguesía en el gobierno de Alberto y la presión incesante de los especuladores para forzar una devaluación. Los grandes perjudicados de esta corrida cambiaria somos los de abajo ¿Qué medidas necesitamos en realidad para frenar esta crisis?

Si bien ya venía escalando en las últimas semanas, hoy luego de los anuncios de Economía sobre qué hacer con los dólares de los turistas extranjeros que ingresan al país, la escalada se transformó en salto, aparentemente sin techo a la vista. El dólar blue se cotiza por arriba de los $334 y el financiero llegó a los $ 340 al escribir esta nota. Constituye la brecha más alta en 40 años entre el oficial y el paralelo. La histeria colectiva de los especuladores bursátiles llevó también a que las acciones se desplomen un 8% y el riesgo país toque los 2.800 puntos. El gobierno, aunque desde hace días que trata de reforzar el concepto que el del blue es un mercado marginal, de poca monta y que no debiera influir en la economía real ni en los precios de los productos cuya enorme mayoría se regiría por el oficial, sabe que esto no es así. Y que en la situación de extrema debilidad política que se encuentra toda presión especulativa, sobre todo en el dólar se traslada en mayor o menor medida a los precios de los productos que consumimos a diario y por esa vía acelera el ritmo inflacionario y claro está, nos torna a todos los trabajadores y el pueblo en cada día más pobres. Por ello trata como manotazo de ahogado de lanzar medidas que generen tranquilidad en los mercados. Es obvio que no lo está logrando.

¿Qué significa esta escalada del dólar?

De los muchos significados e interpretaciones que podemos hacer hay dos que resultan evidentes. Por un lado, la desconfianza política de la gran burguesía y el capital financiero en que éste débil gobierno de Alberto Fernández pueda llevar adelante el ajuste que, a su juicio, hace falta para estabilizar la economía (y de hecho hacerle pagar una vez más el costo de la crisis a los de abajo). Resulta cada vez más claro, con el paso de los días y semanas que el nombramiento de Batakis no les generó la confianza necesaria. Que haya contado con la venia de Cristina en un principio tampoco, dado que todas las señales que da el Cristinismo son de seguir en la vereda de enfrente del gobierno, cual oposición.

Por el otro, la presión especulativa de la propia burguesía que se beneficia de este descontrol a través de remarcaciones, fabulosas súper ganancias y aún más se beneficiaría con una devaluación, ya sea directamente a todos los exportadores en general, como a través de forzar tasas altísimas de interés que ofrece el gobierno para evitar que los pesos en bonos, letras y plazos fijos se pasen al blue. Así, la ganancia de los de arriba se multiplica y está asegurada. Negocio redondo. Quieren entonces forzar una devaluación del dólar oficial para obtener más beneficios y sepultarnos aún más en la miseria al 90% de la población. Así lo reconoció hoy el economista Daniel Artana, quien sostuvo “hace falta un shock fiscal, ajustando el gasto, y que el gobierno tome alguna medida en el mercado cambiario para que se cierre la brecha con una devaluación un poco más fuerte” (Ámbito Financiero 21/7/2022).

En cuanto a la desconfianza política sobre la fortaleza del gobierno para ajustar, no se necesitan muchas explicaciones. AF se ha transformado en el presidente más débil de la historia del peronismo en el poder, sin dudas. Enfrentado a su mentora CFK, quien lo bombardea a diario, no acierta medidas económicas que tranquilicen a los empresarios. Se pelea con el campo sin ser capaz de aumentar las retenciones ni obligarlos siquiera a vender y liquidar sus cosechas récords en precio y volumen. Sin reservas para parar las corridas aunque sean de poca monta, sólo atina a darles más y más intereses a sus inversiones especulativas y rogarles que paren la mano. Para rematar, en la última semana se le ocurrió la nada brillante idea de querer “ahorrar dólares” vía restringir el turismo al exterior, poniéndoles nuevos cepos, encareciendo el dólar turista y otras medidas que pusieron de los pelos a operadores turísticos y a los propios viajeros.

Hoy impuso otra medida para el olvido: intentar rescatar dólares de los turistas que ingresen al país con dólares vía ofertarles una mejor cotización oficial, así no se pasan al blue. Más allá de la efectividad y volumen que esto signifique, la verdad es que como medida de salvataje y estabilización en un crisis tan profunda como la que atravesamos se parece mucho, como dijimos, a un manotazo de ahogado. Sobran estos ejemplos para justificar la suba imparable y especulativa del dólar hoy.

¿Qué medidas hacen falta para revertir la crisis?

Desde el MST en el FIT-U somos categóricos y decimos que hay que hacer lo opuesto a lo que hace el gobierno y proponen Cristina o la oposición de derecha, que no es más que hacer que la crisis la sigamos pagando los de abajo.

Decimos que la gran sangría de dólares está en primer lugar en los pagos de la deuda externa que viene pagando puntualmente Alberto, aun dentro de la pandemia y su emergencia. Proponemos que se suspendan inmediato todos los pagos al FMI y resto de los acreedores.
También se van miles de millones de dólares mensualmente a través del comercio exterior, fuga de capitales y maniobras de sub y sobre facturación en divisas extranjeras. Proponemos nacionalizar de inmediato la banca y el comercio exterior.

Sostenemos que la crisis la generaron los de arriba con deuda, fuga, remarcación y especulación sin parar. Proponemos un plan de impuestos de emergencia a los grandes capitales, fortunas y ganancias. A los que fugaron más de 340.000 millones de dólares y que el gobierno quiere blanquear con un impuesto de emergencia que nunca sale, hay que confiscarles todos sus bienes y hacer que repatrien todo lo que se llevaron, no premiarlos con una especie de moratoria disfrazada.

Y para los trabajadores, jubilados y desocupados proponemos lo contrario también a lo de ellos. Con un aumento inmediato de salarios ajustado mensualmente por inflación. La nacionalización bajo control público de las empresas de servicios para evitar los tarifazos que se vienen con la segmentación K, y así tener tarifas accesibles, entre otras medidas de emergencia. La situación de los trabajadores y el pueblo en general no da para esperar los vaivenes del gobierno ni mucho menos al 2023 como pretende toda la oposición de derecha.

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