A pocos días de las elecciones, crece la demanda de cobertura en dólares y el mercado anticipa una mayor volatilidad. El Banco Central busca contener la presión con un acuerdo con el Tesoro de EE.UU., pero los operadores dudan de su impacto inmediato.
Contratiempos
En la recta final antes de los comicios del 26 de octubre, el dólar vuelve a ser protagonista. Las cotizaciones oficiales y financieras registraron nuevas subas en las últimas ruedas, impulsadas por la fuerte demanda de cobertura ante la incertidumbre política y económica. El tipo de cambio mayorista se ubicó cerca de los $1.462, apenas un 1,9 % por debajo del techo de la banda cambiaria, mientras el Contado con Liquidación (CCL) superó los $1.548 y el dólar MEP rondó los $1.534.
El clima de tensión se da pese al reciente anuncio del swap de monedas entre el Banco Central y el Tesoro de Estados Unidos, por hasta u$s20.000 millones, destinado a reforzar las reservas y brindar estabilidad al mercado. Sin embargo, analistas y operadores del sector financiero consideran que la medida no logró disipar la desconfianza, y anticipan que la demanda de divisas continuará en ascenso hasta después de las elecciones.
La incertidumbre sobre el rumbo económico del próximo gobierno alimenta las expectativas de devaluación o cambios en el esquema de bandas cambiarias. En paralelo, los bonos soberanos y las acciones argentinas mantienen una tendencia negativa, con caídas de hasta el 4% en la última semana y un riesgo país por encima de los 1.000 puntos básicos.
Mientras tanto, la presión sobre el tipo de cambio eleva las expectativas inflacionarias y complica los esfuerzos del Gobierno por mostrar estabilidad antes de los comicios. En este contexto, la estrategia oficial combina intervenciones en el mercado, control de importaciones y acuerdos financieros externos, aunque el margen de maniobra del BCRA se vuelve cada vez más estrecho.
Con los ojos puestos en las urnas, el dólar vuelve a marcar el pulso de la economía argentina. En los próximos días, el comportamiento de la demanda de divisas y la respuesta del Banco Central serán determinantes para saber si la calma es posible… o si la corrida preelectoral termina por imponerse.