El dólar “libre” sigue imparable y alimentando un ascenso meteórico que impacta en el costo de vida y las penurias del pueblo trabajador. Solo en el día de hoy, el blue viene aumentando más del 7% y se coloca rozando los $ 500 para la venta, récord de uno de los indicadores premium de la crisis política y económica que atraviesa nuestro país. Los cimbronazos en las alturas, el mal humor social y las expresiones de conflicto social tienen directa relación con esta escalada, el crecimiento de la pobreza y la licuación de los salarios que conlleva.
El salto en los precios y las apologías con las grandes crisis, como la de la hiperinflación de fines de los años ’80 o el argentinazo de 2001 que señalan los analistas, muestran la gravedad del momento y de la perspectiva.
Los alimentos y la vestimenta van al frente mostrando el castigo a los trabajadores y sectores populares. Sectores como la construcción, automóviles o el inmobiliario alegan “cubrirse” frente al traslado a los precios que es cada vez más veloz con los movimientos en el dólar informal, donde la referencia al tipo de cambio oficial ya es una ficción.
El plan Massa para estabilizar ha fracasado también en ese aspecto. Pesce, presidente del Banco Central, está cuestionado. Ni la regulación de exportaciones, ni la canasta de dólares para cada sector, entre otras medidas de salvataje en los marcos del modelo actual en crisis han surtido efecto para recomponer las reservas y cumplir con el Fondo. Tampoco los parches como el programa “precios justos” han aliviado a la población. Las mini devaluaciones seriales con la suba del dólar han castigado hacia abajo, agregando leña al fuego en la situación social . También han generado presiones -más que rumores- para una devaluación mayor de la cual, en medio de un año electoral, el gobierno reniega.
El FMI y sus soluciones
En medio de la corrida, el gobierno negocia con el FMI con el objetivo de “fortalecer el programa económico” ante la subida imparable del dólar. Esta reunión se viene cocinando desde que Massa viajó a Washington para participar de cumbre del FMI y el Banco Mundial. Ya confirmaron que se trabaja sobre modificaciones tácticas en el esquema estratégico actual de pagos seriales y ajuste. Todavía no hay datos concretos de ellas. Necesitan seguir acumulando reservas para garantizar el pago, sobre todo después de la contingencia de la sequía, pero están discutiendo con el Fondo co-gobernante sobre herramientas para ordenar la situación del dólar.
Massa se ataja diciendo que “hace varios días que vivimos una situación atípica de rumores, versiones, falsos informes y su consecuente impacto en los instrumentos financieros vinculados al dólar”, y habla de la justicia para combatir “el lavado” de dinero. Pero más allá de ese doble discurso, solo se espera más de lo mismo para el pueblo trabajador.
Nacionalizar la banca, primera medida de un plan alternativo
Desde el MST en el FIT Unidad sostenemos que todas las medidas que esboza el gobierno y las variantes de derecha, desde las más graduales hasta el shock por el que presionan sectores patronales, solo pretenden estabilizar la situación al servicio del pago de la deuda y las ganancias de las corporaciones. Y solo van a seguir ensanchando la brecha social para que sigamos pagando la crisis.
Sin medidas que rompan con el modelo capitalista y este plan, seguiremos pagando los platos rotos e iremos de mal en peor. Es urgente en primer lugar nacionalizar la banca y el comercio exterior bajo control social. Son las únicas primeras medidas concretas y anticapitalistas que apuntan a parar todas las maniobras financieras especulativas y cortar definitivamente con la sangría de fuga de capitales.
Asimismo hay que declarar de utilidad pública y social toda la cosecha retenida de soja y demás granos. Mientras estas coporaciones millonarias especulan, el pueblo pasa hambre. Con estas primeras medidas hay que dar vuelta la tortilla. Junto con ello, parar la otra gran sangría que es la de la deuda. De esta manera tendremos los fondos para volcar a un aumento inmediato de salarios, jubilaciones y planes sociales, actualizados automáticamente por inflación. Así como los presupuestos en salud, educación y obras públicas.
Hace falta también mano dura contra las corporaciones formadoras de precios que, con el argumento de “cubrirse” frente a la escalada, son responsables del aumento del costo de vida. Congelamiento y control popular de los precios. Ley de Abastecimiento para evitar el acaparamiento y expropiar a los empresarios que no cumplan y especulen.
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Cortar con el Fondo, la otra medida urgente
El FMI cogobierna, nos impone normas para que paguemos y cumplamos con el acuerdo de coloniaje que firmó este gobierno con el apoyo de la oposición de derecha. Este sistema financiero está a su servicio. Por eso Massa le pide permiso e instrucciones para intervenir en los movimientos del dólar. Hay que anular el acuerdo con el FMI. Dejar de pagar, investigar la estafa y volcar la plata a las necesidades populares. Es la otra medida incial de este plan alternativo de emergencia que proponemos.
Reclamar un paro nacional y plan de lucha
Para pelear por ese programa hay que multiplicar el conflicto social. Apoyar las luchas en curso sectoriales como las de los docentes bonaerenses y en varias provincias. Es fundamental impulsar una medida de carácter nacional: un paro y plan de lucha que debe prepararse desde abajo, con asambleas, plenarios y reuniones de activistas, y a la vez reclamarlo a las centrales sindicales. Reclamarle a la CGT y las CTA que rompan con su apoyo al gobierno ajustador y convoquen a salir a las calles.
Medidas socialistas como las que proponemos los las únicas realistas que pueden frenar esta crisis y avanzar hacia una salida a favor de los trabajadores y el pueblo.