Con la “autorización” del FMI, Massa intervino sobre el mercado de cambios y logro parar – por el momento- la escalada del dólar. Lo hizo a costa de un mayor endeudamiento, que se suma a la renovación por más de 1 billón de pesos de títulos públicos a tasas del 135% anual. Mientras se espera el discurso de Cristina, las internas de las dos coaliciones importantes están que arden y la crisis política no se detiene. La mayoría trabajadora ve, en cambio, cómo sus ingresos se deshilachan producto del traslado a precios de la corrida cambiaria y la CGT se embarca en una nueva traición.
Finalmente con el vuelco de U$S 84 millones de las escasas reservas a la compra de bonos, con la debida autorización del FMI -que venía oponiéndose a estas operaciones- y la intervención de Lisandro Cleri, el hombre de Massa en el Banco Central, el gobierno frenó momentáneamente la corrida. Además, otros organismos oficiales como el Fondo de Sustentabilidad de la ANSES salieron a comprar bonos en pesos para intentar arbitrar sobre el valor de las operaciones con el dólar CCL y el dólar MEP. El dólar blue terminó en $ 474, unos $22 abajo de su cierre máximo de estos días.
La pérdida neta de reservas fue en el balance de la jornada menor a esa cifra, ya que este miércoles ingresaron U$S 35,4 millones por el dólar agro, una cifra muy menor que las liquidaciones esperadas por esta versión del dólar especial para el agronegocio.
Las operaciones financieras tuvieron otro acontecimiento de importancia, ya que el gobierno logró superar vencimientos de títulos por casi un billón de pesos. Lo hizo pagando por renovaciones a tres meses con una tasa efectiva anual récord del 135%, la cual preanuncia un nuevo aumento en las tasas de interés que tuvieron una suba reciente frente a la inflación del 7,7% de marzo. Quedaron nuevamente atrasadas para cubrir las exigencias del Fondo de tasas positivas, frente a una inflación que se proyecta más arriba del 8% para abril.
En este cuadro de crisis, cuando se habla cada vez con más frecuencia de un posible shock devaluatorio, el BCRA aumentó la tasa de devaluación del peso. La llevó a un 9,6% mensualizada, como manera de intentar la agrandada brecha entre el oficial y los dólares paralelos.
Mientras todas las expectativas del gobierno, la coalición opositora y la gran patronal están centradas en el viaje del equipo económico para reunirse con el FMI y obtener un desembolso adelantado – entre 5 mil y 10 mil millones de dólares- para capear la situación, el superministro sigue rascando la olla para obtener algunos dólares. Viaja a Montevideo para concretar un préstamo de la Corporación Andina de Fomento (CAF) por U$S 680 millones y logra que China permita importar bienes utilizando U$S 1.000 millones de los yuanes que integran parte del swap de monedas con China de nuestras reservas.
También amenaza con la justicia penal a los “especuladores”, los mismos que luego premiará con alguna concesión especial como el dólar soja u otra variante.
Con todo “el efecto en precios se vio solo en el dólar MEP o bolsa, que terminó con un leve descenso de 0,2% a $ 446,43. Por el contrario, el contado con liquidación trepó un 0,7% y volvió a quedar a orillas de los $470”. O sea, el gobierno no logró gran cosa sobre el valor de los dólares financieros que intentaba bajar.
Las discusiones en la gran patronal empresaria
En medio de la incertidumbre sobre el curso de la economía argentina, cuando el superministro se reúne con la CGT y los piqueteros oficialistas para llegar a un acuerdo -de precios y salarios- y que estos intenten frenar la bronca de los trabajadores para que no termine estallando todo, se reunió la gran patronal del país nucleada en la Asociación Empresaria Argentina (AEA).
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Su titular, Jaime Campos, criticó la “permanente devaluación del peso producto de los desequilibrios fiscales” y descartó la dolarización. Pidió una “moneda doméstica respetada”. Reclamó reglas estables, “justicia independiente”, “partidos políticos fuertes”, que el gobierno no interfiera en los precios y se bajen los impuestos a los empresarios.
En torno al diagnóstico político, La Nación menciona las opiniones de un consultor que cuestionó “sobre el vacío de poder que observa en el gobierno y las internas, pese a que rescató la figura del ministro de Economía, Sergio Massa”. En torno a la perspectiva inmediata, el matutino porteño señala que “en medio de una aceleración de la inflación, los empresarios alertaron que podría necesitarse un acuerdo de transición entre fuerzas políticas para soportar el tembladeral que podría acarrear el cronograma electoral. Campos, por caso, rescato la necesidad de incrementar el ‘dialogo’ entre todas las partes”.
Una brutal interna política
En la expectativa de qué dirá Cristina en su discurso, quien ya en otras oportunidades habló de un necesario acuerdo para enfrentar la grave situación del país, Massa ya se reunió con los burócratas sindicales y los piqueteros oficialistas. Hasta el “díscolo” Grabois habla de un gran acuerdo con Esteban Bullrich, el ahora muy enfermo pero activo políticamente referente de la derecha del PRO.
Sin embargo, los analistas políticos señalan las dificultades para un acuerdo de este tipo en medio de la brutal interna electoral. Por el lado de Juntos por el Cambio cada vez se suman más pre candidatos a la disputa, reflejando sus agudas maniobras y disputas internas. Ayer se lanzó el Frente de Frentes? santafesino sin la Coalición Cívica, ya que Carrió los acusa de estar integrado por personajes ligados al narcotráfico.
A quienes recibió con agrado esta señora fue a la integración de Espert al acuerdo de Juntos por el Cambio. Otros también se subieron a la disputa y negociación por los cargos: Pichetto relanzó su candidatura, Ocaña se postula en la Ciudad, etc., etc. Parece que, por ahora, los “candidatos únicos” están lejos de las posibilidades entre tanta interna.
En la interna del Frente de Todos la pelea es similar. Hoy habla Cristina y más allá de si lanza la candidatura de Massa y define su propia ubicación, ya está claro que a Alberto lo sacan del juego. El nuevo “pato rengo” había salido del mismo, según señala la Cámpora, luego de su renunciamiento a postularse a la reelección. Sin embargo, es el presidente aún conserva parcelas de poder formal y su debilitamiento extremo no ayudaría a la estabilidad del propio gobierno.
La crisis de la economía capitalista del país, que según sus defensores no se resolverá sin una nueva y dura vuelta de tuerca del ajuste sobre el gasto fiscal y los ingresos de los trabajadores, plantea la perspectiva inmediata de nuevos ataques a los ingresos populares. De su reacción dependerá cualquier plan de estabilización económica y política, aunque sea precaria, que permita arribar a las elecciones sin duros sobresaltos.
Enfrentar el ajuste y el saqueo
Los trabajadores y sectores populares no tenemos otra salida en defensa propia, de nuestros salarios e ingresos y de la supervivencia de nuestras familias que salir a enfrentar semejante plan de entrega y saqueo.
Enfrentar el vergonzoso acuerdo del sindicalismo traidor con Massa y el gobierno del Frente de Todos y salir a pelear, exigiendo la actualización inmediata de los salarios, jubilaciones y planes sociales al nivel de la canasta familiar. Romper con el FMI, nacionalizar la banca y el comercio exterior.
Estas propuestas solo las sostiene la izquierda. Por eso, este 1° de mayo vení al acto que convoca nuestro MST, junto a todas las fuerzas que integramos el FITU, en Plaza de Mayo, al servicio de construir una gran herramienta política de lucha contra este nuevo ataque a los trabajadores, que se postule para ser alternativa de gobierno para el país.