En el medio de tanta imagen de inteligencia artificial, de tanta foto trucada, represión a reporteros gráficos y periodismo precarizado. Hoy se cumplen 28 años del asesinato de José Luis Cabezas, en un momento donde muchos poderosos valorizaban el anonimato, este reportero gráfico pago con su vida ponerle cara a Alfredo Yabrán, uno de los hombres más poderosos del país en ese momento.
Recordar y revindicar el trabajo de Cabezas es marcar que un periodismo comprometido, con dar luz a los rincones oscuros del poder y denunciar a los poderosos, requiere de fotógrafos y periodistas que actúen con convicción por la información más allá de cual sea la linea editorial del medio.
La historia de la crimen
Yabrán era un hombre de negocios y el centro de una investigación periodística por corrupción y asociaciones ilícitas. El entonces ministro de Economía Domingo Cavallo lo había acusado públicamente como líder de agrupaciones mafiosas.
El verano de 1996 Cabezas logra ponerle cara a este personaje al sacarle una foto caminando por la playa. Una foto que rompe de forma simbólica con años de oscurantismo e impunidad.
El fotógrafo fue secuestrado, torturado y asesinado durante la madrugada del 25 de enero de 1997, un año después de tomar la foto del empresario. Este acto aberrante fue producido por un grupo de policías y civiles dirigidos por el jefe de custodia de Alfredo Yabrán, un ex militar de la época de la dictadura, Gregorio Ríos y Gustavo Prellezo, un oficial de la Policía Bonaerense.
El cuerpo fue hallado en el kilómetro 385 de la ruta provincial 11, a la altura del partido bonaerense de General Madariaga, calcinado dentro de un vehículo Ford Fiesta.
Un hecho que no hay que olvidar
La movilización popular impulsada por la familia, Asociación de Reporteros Gráficos y diferentes organizaciones sociales y políticas llevaron a garantizar que el hecho no quede impune.
La muerte de José Luis Cabezas marcó al periodismo argentino porque este caso es recordado como el primer trabajador de prensa que murió a raíz de su trabajo desde la vuelta de la democracia en 1983.
Por esta razón, desde Octubre de 1997 el Día del Reportero Gráfico se celebra en la Argentina cada 25 de enero, con el fin de recordar el crimen de José Luis Cabezas.
El fotoperiodismo hoy
La tarea del fotoreportero hoy es una tarea de riesgo y el gobierno nos tiene en la mira a la hora de la represión, como lo demostraron distintas denuncias presentadas en la justicia federal por la represión las jornadas de enero y febrero en congreso.
Para dar vuelta está situación se hace imprescindible fortalecer la organización y el cuidado colectivo para poder denunciar con fuerza las injusticias que comete el gobierno de Milei.
El año pasado SIPREBA compartió un informe en dónde se mostraba que la precarización laboral y el pluriempleo era la moneda de cambio constante del periodismo. En el caso de los reporteros gráficos la situación es peor todavía, quedan muy pocos puestos fijos en medios, que en general son historicos, y el resto funciona a un freelancismo que muchas veces no alcanza ni para una comida.
Hoy más que nunca como trabajadores tenemos que exigir que se cumpla el estatuto del periodista, denunciar la precarización y la inacción de las direcciones sindicales como la CGT y la CTA, en nuestro caso FATPREN(Federación Argentina de Trabajadores de Prensa), que no llaman a un paro nacional en esta situación angustiante que vive el pueblo trabajador.
Volvemos a gritar bien fuerte nuevamente ¡No sé olviden de Cabezas!