En este nuevo día del periodista, en primer lugar, les enviamos un gran abrazo a todas las y los trabajadores de prensa. A quienes se esfuerzan cada día y superan obstáculos como la falta de salarios y condiciones laborales dignas, originados por los dueños de grandes medios de comunicación. A quienes están en esta lucha, va nuestro completo apoyo y solidaridad. A sabiendas que cada derecho social conquistado es un paso más en una pelea más de fondo contra un sistema de medios de grandes corporaciones, que no es nada democrático, es de las clases capitalistas, es en función de sus intereses. Y en su modelo comunicacional no hay libertad de expresión sino libertad de empresa para unos pocos, que digitan la orientación general sobre qué y cómo informar, según sus intereses económicos o políticos, y en favor de los sectores políticos que garanticen la continuidad de sus negocios y privilegios.
De ahí que nuestro apoyo a cada lucha de las y los compañeros periodistas es constante y a la vez lo damos en el marco de nuestra pelea más estratégica por otro modelo de comunicación, socializado y verdaderamente democrático, en el marco de la pelea política por otro proyecto de país, socialista, donde las y los trabajadores gobernemos y decidamos todo. Como escribimos hacia fines de 2020 en la presentación de nuestro medio: “Nuestro sitio web adopta el nombre de Periodismo de Izquierda y en forma consciente y planificada, partiendo de nuestro lugar ideológico, se rebela contra esas concepciones periodísticas y políticas de la clase social decadente que domina el mundo y contra las tesis y prácticas deformadoras de la información veraz que recorren sus medios de comunicación. Nuestro sitio web toma partido en cada frase que escribe, cada video que difunde, cada acción que relata, cada hecho histórico o aniversario de hechos sociales de importancia que trae al presente. Enfrentamos todas las voces del sistema también en el terreno de la comunicación”.
Partiendo de esta visión, estas consideraciones políticas y esta estrategia, es que creímos importante que esta fecha sea un motivo para una reflexión más profunda, para rescatar un tipo de periodismo, para traer al presente una enorme experiencia de periodismo comprometido, de clase, socialista.
Nos adentramos en los inicios del Siglo XX, en el momento en que los Estados Unidos dan el paso para ingresar a la Primera Guerra Mundial, y en ese momento al joven periodista norteamericano John Reed le extirpan un riñón, por lo cual es declarado no apto para el servicio militar. Reed, enorme ejemplo del periodismo revolucionario de su época, dijo entonces: “La pérdida de un riñón me puede librar de hacer la guerra entre dos pueblos, pero no me exime de hacer la guerra entre las clases”. Con esa misma convicción venía de haber recorrido el norte de México escribiendo sus maravillosas crónicas junto al ejército campesino de Zapata, viaje del cual surgiera su notable libro “México insurgente”.
Luego recorrió las diferentes trincheras de la sanguinaria guerra mundial imperialista, relatando las tremendas penurias de los jóvenes soldados, empujados a esa carnicería para objetivos ajenos, de sus clases dominantes. Y finalmente vivió desde dentro la Revolución Rusa, de la cual escribió su obra más trascendente: “Diez días que estremecieron al mundo”. En el cual relata apasionadamente la revolución obrera y el rol notable de sus líderes Lenin y Trotsky, registrando en palabras sus intervenciones y proclamas. Tiempo después, en 1919 y ante una nueva edición, Lenin diría sobre este libro: “Después de leer con vivísimo interés y profunda atención el libro de John Reed, recomiendo esta obra con todo el alma a los obreros de todo el mundo”.
Siendo por entonces John Reed, además de periodista, un bolchevique militante, volvió a EE.UU. a intentar organizar el movimiento socialista y sufriendo en consecuencias grandes persecuciones policiales y políticas. Regresa un tiempo después nuevamente a Rusia y activa ardientemente por la causa revolucionaria e internacionalista. Y tras uno de sus duros y largos viajes a Oriente y otras zonas de Europa, a su regreso el tifus acabó con su vida, en 1920 y teniendo tan solo 33 años.
En el día del periodista, con su ejemplo a cuestas, hablemos de periodismo comprometido, de clase, el que elije escribir, informar y relatar activamente dentro de un lado de la trinchera y sin falsas neutralidades. En nuestro día, desde Periodismo de Izquierda y el MST en el Frente de Izquierda Unidad, recordamos brevemente su historia y su legado periodístico y militante. Y lo tomamos como bandera para nuestro accionar cotidiano. Invitando a nuevas camada de trabajadoras y trabajadores del periodismo a sumarse a esta batalla política y social.