Este 17 de octubre puso al desnudo la profunda crisis que atraviesa el peronismo en el poder. Cinco actos –si contamos los anuncios de Fernández en Cañuelas- cruzados por una adelantada disputa electoral de miras a las próximas PASO, cuya posible supresión se aleja de la mano de la crisis del PJ y el kirchnerismo. En un país incendiado por un 100% de inflación anual, una brutal caída de los ingresos populares para cumplir el acuerdo con el FMI y mantener la “rentabilidad” empresaria, el cristi-camporismo ocupó la Plaza de Mayo con un relato progre y crítico del gobierno que integran y cuya responsabilidad comparten.
Con un discurso ritual en torno a las conquistas y beneficios para los trabajadores de los primeros gobiernos de Juan Domingo Perón, sin preguntarse cómo las medidas aplicadas por el gobierno del Frente de Todos son completamente opuestas a las que el mítico líder supo aplicar en sus primeros mandatos, se realizaron los actos del Día de la Lealtad.
Alberto primerea con una inauguración en Cañuelas
Luego de quedarse sin acto propio, ya que su intención original de hacer una convocatoria en el interior con los gobernadores y sindicalistas amigos naufragó, Alberto utilizó la inauguración de una obra pública para polemizar con Macri, contar la historia del 17 de octubre y anunciar la suba del piso del mínimo no imponible de Ganancias y el pago del bono a un sector de la sociedad hundido en la indigencia. Lo acompañaron entre otros el ministro de Economía Sergio Massa y el gobernador bonaerense Axel Kicillof.
Fue la única postal “unitaria” del día. Las tres facciones principales del gobierno del Frente de Todos en este nuevo 17, aparte de compartir el gobierno, solo pudieron juntarse para inaugurar una autopista. Es que la interna está al rojo vivo y parece que el Alberto, según señaló recientemente el otro Fernández –Aníbal, el ministro de Seguridad- tendría que presentarse a las próximas elecciones para ser reelegido y está juntando tropa con ese propósito.
La cúpula de la CGT (sin Pablo Moyano) hizo su acto en Obras Sanitarias
Cerca del mediodía le tocó a los gordos y el cuerpo de los burócratas que dominan la CGT. Unos personajes millonarios que apoyan entusiastas el acuerdo con el FMI hablan de la injusta distribución entre el capital y el trabajo, y que, en el peor momento para los trabajadores, su mayor audacia ha sido convocar a una marcha en apoyo al gobierno. Los cegetistas lanzaron su movimiento político y en ningún momento disimularon sus intenciones.
Para ahorrarle al lector aburridos análisis de esta gente solo transcribiremos algunas frases elocuentes. Héctor Daer (Sanidad , integrante del Secretariado cegetista): “La CGT no está sentada en los lugares en los que se define la política”; Gerardo Martínez (UOCRA y ex espía de la dictadura militar): “Queremos tener diputados, senadores, queremos estar en la mesa en la que se toman las decisiones”; Andrés Rodríguez (UPCN): “el movimiento obrero merece cargos y no con el dedo de nadie”.
Como dice el viejo dicho, “más claro échele agua”. El que volvió a incurrir en un sincericidio, con uno de sus esclarecedores dichos, fue el burócrata Luis Barrionuevo de Gastronómicos: “el peronismo esta hecho mierda”, sentenció. Si ellos lo dicen…
Una versión, mucho más chica y menos representativa de este acto fue el realizado por los que usan el sello de las 62 organizaciones peronistas en horas de la tarde en la ciudad de La Plata. El cuarto y último acto del Día de la lealtad. Algunas malas lenguas dicen que los viejos zorros de la burocracia tienen mucho olfato para intuir cuando el barco se va a hundir y ya preparan su bote para negociar mejores posiciones cuando esto ocurra.
Los piqueteros oficialistas en La Matanza lanzaron la candidatura de Patricia “Colo” Cubría
Daniel Menéndez de Somos Barrios de Pie, Carlos Alderete de la Corriente Clasista y Combativa (CCC) y Emilio Pérsico del Movimiento Evita estuvieron en el acto que se realizó en Laferrere alrededor de las 15 horas. Hablaron de que “la inflación se come los salarios y el FMI nos condiciona” (Alderete), “alentar la organización comunitaria” y “alzar la voz” para “que nuestro gobierno encuentre la respuesta que necesita el pueblo” (Menéndez), o de que “los días peronistas fueron los días más felices” y nuestro sector se va a plantar para que haya PASO “arriba y abajo” (Pérsico). También estuvieron los dirigentes de la UTEP y no se hizo presente el admirador de Cristina, Juan Grabois. Este último, como se esperaba, participó del acto que se hizo en la Plaza de Mayo.
Tanta preocupación por sus bases de los barrios pobres y el conjunto de los trabajadores no terminó, más allá de los lamentos, en un llamado a la lucha. El acto lo cerró “Colo” Cubría del Evita, que es la esposa de Emilio Pérsico y esta postulada para competir contra el actual intendente, el cristinista Fernando Espinoza, por la intendencia de la Matanza.
Pablo Moyano y el cristinismo en Plaza de Mayo con un relato “combativo”
A su turno, luego de las 16 horas, sin duda la movida más fuerte de la interna fue el acto en Plaza de Mayo convocado por Pablo Moyano, el dirigente camionero, junto a otros gremios K, la CTA T de Yaski, la CTA A de Godoy, la Cámpora y otras organizaciones cristinistas. Entre los presentes se destacaron, además, el gobernador de la provincia de Buenos Aires (que como mencionamos estuvo a la mañana con Alberto) y Máximo Kirchner, quien fue el orador central del evento. También se encontraban entre los presentes algunas figuras de discurso anti imperialista, como Lozano, expulsado recientemente del gobierno y refugiado para “dar pelea” dentro del Frente de Todos.
Reflejando los roces internos, el jefe de la Cámpora le contestó a los pedidos de la CGT: “El desafío por delante no es ver quién tiene lugar en las listas”. Por lo menos los gremialistas cegetistas fueron claros. El acto de la plaza tuvo en cambio una mística combativa, que es sin lugar a dudas parte del nuevo relato pre electoral.
El discurso de Máximo fue precedido por una lectura repartida de un documento que, de nuevo, levanta un discurso combativo, totalmente contrario a lo que Massa viene realizando con el aval de Cristina y Alberto. El escrito leído denuncia, por ejemplo, que: “ese poder actúa con violencia para impedir que podamos ejercer nuestro legítimo derecho a la autodeterminación y lo hace para preservar sus privilegios a través del control de sectores básicos de la economía, especulando y extorsionando desde adentro y desde afuera de nuestro territorio, utilizando el endeudamiento externo con el FMI como arma de disciplinamiento del Imperio en complicidad con grupos económicos locales”.
Un diagnostico en el que podríamos coincidir. Sin embargo, a la hora de las medidas para combatir semejante cuadro, señala estas propuestas:
- Para garantizar “que ninguna familia argentina tenga que soportar una injusta e intolerable situación de pobreza” se propone “un aumento de suma fija” y “un ingreso familiar de emergencia para paliar en parte el deterioro…”. No se habla de qué monto es el aumento de suma fija, y el nuevo IFE limitado a un monto de $ 50.000 pesos en dos cuotas ya fue anunciado por el gobierno en el día de hoy. Si esos son los montos, con una canasta familiar total que debería regir el salario mínimo, situada en $ 192.651 para una familia tipo de acuerdo a los trabajadores de ATE INDEC, estamos al horno.
- Luego señala que hay que “terminar con las prácticas monopólicas y oligopólicas de los grupos concentrados de la economía… implementando un estricto control de precios de los insumos difundidos” (…) “a través de la Secretaría de Comercio”. Cabe preguntarse qué pasó con la gestión de los cristinistas Paula Español y Roberto Feletti, al frente de esa secretaría. No es casual que no se hable de congelamiento de precios, ni de aplicar la Ley de Abastecimiento, para sancionar, expropiar o meter presos a los responsables “de las prácticas monopólicas”. Tampoco señalan si tienen alguna diferencia con el nuevo plan de Massa de “precios justos”.
- Proponen el “aliento a la producción y generación de trabajo digno, fortaleciendo primordialmente el mercado interno, promoviendo la sustitución de importaciones, dando prioridad a las pymes y cooperativas de la economía popular a través del compre estatal”. No dicen cómo van a hacer, cumpliendo un programa con el FMI que exige que el Estado cada día gaste menos para tener superávit y pagar la deuda, y cada dólar que junta Massa, descontando algunos para las importaciones imprescindibles de las grandes empresas y exportadoras, la usa para cumplir con el Fondo.
- También dicen que es necesario derogar “la actual Ley de Entidades Financieras, fortaleciendo la banca pública estatal”, para “desmontar los mecanismos de especulación y de fuga de capitales” y proponen “un control popular sobre el Banco Central de la República Argentina para un plan federal de inversiones”. En caso de que logren derogar la ley de Entidades Financieras que viene desde la dictadura y que ningún gobierno kirchnerista derogó, no hablan de nacionalizar el sistema bancario, ni de la medida más intermedia de Perón de nacionalizar los depósitos bancarios, ni de anular el secreto bancario.
- Proponen “impulsar una reforma tributaria progresiva, incrementando los gravámenes sobe los sectores de mayores ingresos eliminando los ingresos alimentarios y dejando de naturalizar el impuesto al trabajo”. Perfecto. Si no fuera que en forma seguida dicen que “en lo inmediato, ajustar los controles del Estado para terminar con la brutal evasión”. O sea, que anular el IVA de los alimentos y liquidar definitivamente el impuesto al salario viene para después. Ahora hay que recaudar y recaudar como exige el FMI. ¿Adivine quién va a pagar más impuestos?
- “Establecer el control estatal del comercio exterior”. Lea bien, lector. No dice, como decimos nosotros, que hay que nacionalizar el comercio exterior para evitar que se fuguen del país nuestras riquezas y organizar el desarrollo nacional. No. Se trata de un “control” sin explicar cómo sería. Tampoco explica como recuperaríamos “la soberanía sobre el río Paraná y puesta en marcha del Canal de Magdalena”.
- Luego habla de aplicar la “ley de medios” aprobada en la gestión de Cristina, cuyo aspecto progresivo que era destinar el 33% a medios comunitarios y alternativos nunca fue aplicado. También quieren un “Poder Judicial ecuánime” y “una nueva Corte Suprema”, sin ninguna medida de fondo para terminar con esta Justicia al servicio de los distintos grupos empresarios y de poder, como elegir y revocar el mandato de jueces y fiscales por voto popular, entre otras medidas, como proponemos desde el MST en el FIT-U. Hablan de una reforma constitucional, pero es evidente que las reformas que propondrían son al servicio del “capitalismo eficiente” que tanto defiende Cristina. O sea, cambios cosméticos del verdadero capitalismo salvaje que gobierna el país.
Después de tanta fraseología combativa para justificar un relato progre y seguir gobernando con el gobierno que aplica el programa del FMI terminan delatándose. Afirman: “el gobierno no puede seguir sujeto a los condicionamientos de sectores corporativos que privilegian sus intereses por sobre el interés de las mayorías”. O como dijo Máximo, “el problema de la deuda no está solucionado”. Pero están en el gobierno, ocupan la vice presidencia, la gobernación de la provincia de Buenos Aires, ministerios… ¿Por qué no rompen?
La hora de la izquierda
Algunos analistas de la derecha les hacen el juego. Se espantan con este “giro a la izquierda” en el discurso electoral. Habla de que son oposición dentro del gobierno, los compara con las propuestas de la verdadera izquierda agrupada mayoritariamente en el FIT-U. Apuntalan el relato electoral, cuando el kirchnerismo sigue en el gobierno y su ministro es Massa.
Por suerte estos análisis no son homogéneos. Al comenzar el día, Claudio Jacquelín, escribió para La Nación: “La directora gerente del FMI es el verdadero sostén de Sergio Massa, que, a su vez, es la última esperanza de los que no la quieren a Georgieva ni al organismo que ella dirige. Contradicciones demasiado agudas para el cristicamporismo nac&pop, que pone el guiño hacia la izquierda mientras su gobierno dobla hacia la derecha y al Fondo”.
Como señala este editorialista en forma irónica, el cristicamporismo tiene la contradicción de que apoya a un ministro que hace exactamente lo contrario que su relato tradicional propone. Y esto, podemos agregar, no es gratis. Son muchos los honestos compañeros que votaron al Frente de Todos esperando un cambio y que están muy desilusionados, con Massa, con Alberto pero también con Cristina y La Cámpora.
Lo sucedido este 17 de octubre muestra la gran oportunidad que tiene la izquierda en este país para convertirse en una opción de gobierno para las amplias masas trabajadoras. Llamamos a todos aquellos compañeros que levantan las banderas de justicia social y la soberanía del país a sumarse y crear una izquierda capaz de contener a millones que no comerán el discurso de pico, cuando en su mesa no hay alimentos necesarios para dar de comer a su familia, a sumarse a esta propuesta que levantamos desde el MST en el FIT Unidad.