Las elecciones que se realizaron ayer dejaron sorpresas políticas, principalmente la votación nacional de Mieli y el fuerte golpe a las candidaturas de Unión por la Patria y Juntos por el Cambio. En conjunto perdieron algo más de once millones de votos en comparación con 2019. Sin embargo, este artículo apunta a lo que es la noticia del día: la devaluación pos PASO que realizó Sergio Massa. En vísperas del desembolso de los dólares del FMI, el ministro candidato devaluó la moneda local en un 22%, generando un salto del dólar oficial mayorista a $350, el minorista, como lo refleja el BCRA, escaló a $365,50.
Excusas del oficialismo van a existir en primera persona y por parte de sus escribas. Seguramente alegaran el fenómeno pos PASO y la presión de los mercados para efectuar tal devaluación. O, como en el caso del periodista económico de Página 12, apelarán a decir que: “La devaluación del 22 por ciento confirma el apriete financiero obsceno del FMI al gobierno de Alberto Fernández”[i]. Pero también decir: “La devaluación brusca fue resistida y desmentida en más de una ocasión. El equipo económico de Sergio Massa sólo puede exhibir que consiguió moderarla respecto al pedido inicial del ciento por ciento de los técnicos del FMI”[ii]. La realidad es una y no se puede modificar. El elemento central que confirma la devaluación del oficialismo no es ningún apriete, sino la sumisión política que los ahora llamados Unión por la Patria aceptaron cuando llegaron a la Rosada con el nombre del Frente de Todos.
El préstamo de Facilidades Extendidas que tomó el gobierno de Alberto Fernández y Cristina Fernández, negociado por Martín Guzmán, pero amparado por Congreso que tenía a Massa como presidente de la Cámara de Diputados, es el pilar de lo que ocurre hoy. No fue magia, ni tampoco, de forma prioritaria, las expectativas electorales de cara a las Generales de octubre, sino la sumisión que se adoptó como política de Estado para cumplir con la fraudulenta deuda que contrajo Mauricio Macri.
Todos los argumentos que señalamos del periodista económico, no buscan más que exculpar a quien dirige Hacienda del fenomenal mazazo que estamos sufriendo todos en nuestros ingresos. Claramente esta medida, junto con el aumento de las tasas de interés que anunció el Banco Central (llegó a 118% la tasa anual y la tasa efectiva anual a 208%), la devaluación no tendrá freno alguno y se encontrará retroalimentada por lo expuesto. El encarecimiento del crédito productivo, junto con la suba de la divisa con la que se comercia de forma mayoritaria, producirá una suba de precios en todos los rubros. Esconder la inflación de cara a las elecciones, el dato del INDEC, ni siquiera será una maniobra de la rosca que pueda colaborar.
Todos sabemos que la inflación de julio, seguro arriba del 7%, como la de agosto, que ya se especula de dos cifras, tendrá grandes impactos en el poder real de nuestros ingresos.
El consuelo de Massa, seguramente, al cumplir con el FMI, es la aceptación que recibe por parte del organismo de crédito, para desgracia de su base electoral que muy molesta debe estar por esta estafa electoral (no prometió nada de esto en su campaña). Los burócratas de Washington en un reciente comunicado expusieron: “Valoramos las acciones de políticas recientes de las autoridades y el compromiso de salvaguardar la estabilidad, reconstruir las reservas y fortalecer el orden fiscal”. De esta forma el ministro candidato espera de cara a octubre el desembolso de U$S 7.500 millones de dólares del Fondo para poder afrontar los pagos venideros y no salir a tomar más deuda de última hora con otros organismos y países de los que, en algunos casos, se desconocen hasta las condiciones que le impusieron a Argentina para el préstamo.
Durante las próximas semanas nos encontraremos, seguramente con góndolas con precios imposibles para nuestros salarios, alquileres que consuman un porcentaje mayor a lo que ganamos y, como también lo demanda el FMI, tarifas que aún degraden más nuestra calidad de vida material.
Teniendo en consideración los proyectos políticos que quedan anotados para la carrera presidencial, será necesario fortalecer la opción del Frente de Izquierda, principalmente como herramienta de organización para lo que se vendrá posteriormente. Tanto Milei como Bullrich, quienen encabezan las fuerzas que con más votos quedaron, prometen nada bueno para los de abajo. Más bien uno levanta la política de dolarización y Bullrich eliminar el cepo cambiario a costa de una gran devaluación. Fortalecer al FIT-Unidad, como decimos, es la única posibilidad para poner en la calle una fuerza que se plante contra los designios del FMI que son aceptados por todas las fuerzas patronales. Es necesaria una opción para los trabajadores que rechace esta estafa, deje de pagar el acuerdo espurio, rompa con el organismo y priorice las necesidades sociales del país. A esa pelea te invitamos a sumarte desde el MST dentro del Frente para poder defender nuestros ingresos y luchar contra los planes que se aplican y se quieren aplicar de la derecho en todas sus formas.
[i] La peligrosa carta de la devaluación. Página 12 (14/8/2023)
[ii] Ídem.