viernes, 22 noviembre 2024 - 19:47

Deuda externa. El gobierno extiende por 60 días el pago de deuda con el Club de París

Una vez más, como ya es costumbre, la principal noticia que da inicio a la semana está relacionada con la deuda externa que tiene nuestro país. En este caso los principales titulares informan sobre el período de gracia que Alberto Fernández y Martín Guzmán cosecharon en su gira europea con el Club de París. Por 60 días el gobierno entra en el “período ventana” que le permite no abonar los U$S 2.400 millones que vencen este 31 de mayo. Durante la prórroga conseguida para una nueva reestructuración de la deuda mencionada, el ministro de Economía prepara sus fuerzas para acercar posturas con el FMI y acordar, al menos de palabra, un nuevo préstamo para saldar la estafa que Macri contrajo por U$S 45.000 millones. Para los trabajadores no hay nada que festejar. Antes de pagarle al Club de París se piensa honrar una estafa mayor.

La deuda aplazada

Los U$S 2.400 millones aplazados este lunes corresponden a una parte de la deuda que el país tiene con el Club de París que desde el 2020 se dejó de pagar, activando una tasa de interés del 9%. De esta forma entre mayo de 2019 -último año en que se abonó- a mayo de 2020 la deuda escaló de U$S 1.935 millones a U$S 2.110 millones.

El organismo internacional acreedor es una institución compuesta por países dentro de los que se encuentran Australia, Austria, Bélgica, Brasil, Canadá, Dinamarca, Finlandia, Alemania, Irlanda, Israel, Italia, Japón, Corea, Países Bajos, Noruega, Suecia, Suiza, Reino Unido y Estados Unidos, además de Francia.

En el caso de la deuda que mantiene Argentina, los acreedores de la misma se reparten en los siguientes porcentajes: 37,37% con Alemania; 22,34% con Japón; 7,98% con Holanda; 6,68% con España; 6,29% con Italia; 6,28% con EE.UU.; 5,31% con Suiza; 3,62% con Francia; 2,02% con Canadá y 2,11% con otros 7 países.

La última comunicación con la canciller alemana, Angela Merkel, como la gira por Europa emprendida por el presidente, tuvieron como principal motivación extender los plazos de pago de una deuda con orígenes espurios, digno de un mecanismo financiero manejado por las principales potencias.

Los orígenes

Contrario al relato que sostiene la prensa oficialista, donde se denuncia al gobierno de Cambiemos como el único que endeudó al país, el pago del préstamo usurario que se aplazó con el Club de París corresponde a una reestructuración efectuada por el último gobierno de Cristina Fernández, realizada por su entonces ministro de Economía Axel Kicillof.

Como hace tiempo lo afirmó Arnaldo Bocco, ex director del Banco Central, durante los primeros gobiernos del kirchnerismo, la deuda con el Club de París tiene un carácter combinado: “Una parte es deuda pública que viene de la década del ‘60 y del ‘70 tomada por los gobiernos dictatoriales para inversiones en empresas que eran del Estado. Y otra parte es deuda de empresas privadas, que se estatizó”. Esta deuda considerada odiosa por sus orígenes dados en gobiernos dictatoriales, fue defaulteada en el gobierno de Adolfo Rodríguez Saá (2002), dejando un monto sin pagar de U$S 3.850 millones.

La reestructuración se demoró hasta 2014, cuando entonces Kicillof acordó con el mismo organismo la devolución de U$S 9.690 millones. El actual gobernador de la provincia de Buenos Aires no solo reconoció U$S 5.000 millones como capital, sino también un monto casi equivalente de intereses acumulados de una deuda que, como advertimos, tuvo orígenes en la última dictadura genocida.

Una salida soberana

El plazo de 60 días que rogaron Fernández y su ministro Guzmán no es la solución para terminar con el mecanismo saqueador de la deuda externa. Como lo afirma el Club de París en su página oficial, para una verdadera reestructuración se exige“(…) un historial demostrado de implementación de reformas en el marco de un programa del FMI. En la práctica, esto significa que el país debe tener un programa actual respaldado por un acuerdo adecuado con el FMI”.

En simples palabras, los países europeos acreedores de esta deuda, le exigen al gobierno del Frente de Todos arrodillarse ante el Fondo como precondición de una futura reestructuración de un préstamo que hace más de 60 años no se termina de abonar.

Sin dudas que el ministro de Economía se prepara para cumplir con lo solicitado y acordar un nuevo préstamo de Facilidades Extendidas con el Fondo, una medida que traerá más penurias a un pueblo agobiado por la crisis económica: nuevas reformas laborales, previsionales e impositivas.

La proclama expuesta por el sector kirchnerista del frente gobernante, de tinte electoralista, queda expuesta ante las decisiones finales que se optan por parte del gobierno. Tampoco aplazar por más años estas deudas externas, ilegales y fraudulentas, como lo propone este sector del peronismo, es una medida soberana. Investigar, desconocer y cancelar los pagos con estos organismos internacionales, como lo propone el MST en el FIT-Unidad, es la única solución para acabar con el saqueo y detener la descarga de la crisis sobre la espalda del pueblo trabajador.

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