La gira que está realizando el ministro de Economía, Martín Guzmán, hoy tuvo una nueva parada que se dio en Roma. El ministro estuvo más de 45 minutos a solas con el papa Francisco en el Vaticano, específicamente en la Biblioteca Privada del segundo piso del Palacio Apostólico.
Este encuentro forma parte de las reuniones que Guzmán viene realizando para juntar apoyos internacionales en pos de lograr un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Según trascendió, el pedido del encargado de la cartera de Economía a Francisco reside en la amistad que este tiene con la funcionaria número uno del organismo internacional, Kristalina Georgieva. Otro punto en común, al menos de forma testimonial, se da en los “fuertes pedidos del Papa para que los organismos internacionales avancen en una ‘reducción significativa de la deuda’ de los países más empobrecidos”.
Hace una semana, compartiendo esta postura, el ministro formó parte de la plenaria del Comité del FMI. Su intervención, además del pedido de DEGs (la moneda del Fondo), residió en solicitar la reducción de las tasas de interés del pulpo imperialista.
Como algunas palabras del Fondo que suponen ocuparse de las desigualdades sociales que existen en nuestra región, el “gesto importante” de la Santa Sede, según lo califica Guzmán, solo son palabras. Otro elemento que vale resaltar es que el Papa en ningún momento habló del no pago o, al menos, de una investigación de la deuda espuria que significa el préstamo Stand By de U$S 45.000 millones que el gobierno de Macri adquirió y el de Alberto Fernández se dispone a pagar.
A pesar de la denuncia testimonial que presentó la Oficina Anticorrupción contra la gestión de Cambiemos por esta estafa, el gobierno del Frente de Todos sigue en búsqueda de la aprobación de Dios y medio mundo para pagarle al Fondo.