jueves, 14 noviembre 2024 - 06:31

Deuda en pesos. Primero los bancos: el gobierno tuvo un 64% de aceptación en la licitación

Después de que Sergio Massa haya asegurado el negocio a los bancos de forma previa a la licitación de bonos, como adelantamos en otro artículo, el gobierno consiguió un 64% de adhesión al canje de deuda. Así, el pasado 9 de marzo $ 4,34 billones de un total de $ 7 billones en bonos que vencían fueron renovados, pateando los vencimientos para los años 2024 y 2025. Si bien desde el gobierno y las oficinas de Hacienda se esfuerzan para decir que fue un canje “exitoso”, lo cierto es que esperaban una adhesión más cercana al 80%. Por este motivo, más allá de lograr un cierto “aire” con respecto a la deuda en pesos, el problema persiste y complica en parte el años electoral para el Frente de Todos.

Como reza el Ministerio de Economía, “para los vencimientos de abril, mayo y junio el nivel de aceptación alcanzó el 61,5%, mientras que para los vencimientos de marzo (incluyendo la operación realizada en enero) la participación superó el 72%. En suma, el porcentaje de adhesión alcanzó el 64% de los títulos elegibles”.

Más allá de lo magro del resultado, que los funcionarios que comanda Massa se encargarán de vender como un éxito, este sólo se logró por medio de una entrega descomunal a la banca privada que habita el país. Como los bancos detentaban el 44% de los bonos que se renovaban, el gobierno impulsó un lobby que les permita tener una adhesión que no complique aún más el panorama económico. Para tal motivo, desde Economía mantienen la modalidad de los bonos de las dos canastas de deuda que intentaron renovar, donde hay títulos ajustados por inflación y otros ajustados por inflación o el nivel de devaluación mensual. La entrega, sin embargo, no tuvo fin allí; sino que mantuvieron una cláusula denominada Put, que da la opción de venderle esos títulos al Banco Central en caso que los precios desciendan, y el propio BCRA tiene la obligación de comprarlos.

Pero si hablamos de favores a los bancos también hay que remarcar que el BCRA, el mismo jueves en donde se dio la licitación, lanzó una normativa que establece que se pueden computar los bonos públicos como parte de requerimientos de efectivo mínimos. Estos no son más que los famosos encajes, un porcentaje de dinero que los bancos no pueden prestar ni utilizar en otro tipo de instrumento financiero o de inversión, es el porcentaje de dinero que tienen que mantener como liquidez.

Con este panorama, las entidades financieras que más participación tuvieron en el canje fueron Banco Nación, Banco Provincia, Galicia, Santander, Credicoop, Banco Ciudad e ICBC. Además de ellos, otra parte de los bonos renovados fueron  absorbidos por el BCRA y otras entidades de carácter público como el Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) de la ANSES.

El sector más reticente a sellar una renovación de los bonos, más allá de significar estos un negocio que alienta la bicicleta financiera, fueron los Fondos Comunes de Inversión, quienes no renovaron los bonos y motivaron que $ 3,66 billones  no ingresaran al canje. Estos vencimientos, en caso de no resolverse por la vía de otros mecanismos, impactarán en los meses de abril, mayo y junio. Lo cierto es que los Fondos Comunes de Inversión, a pesar de las condiciones extraordinarias para el canje, habrán visto  su negocio con mayor rentabilidad en la liquidez, más si se tiene en cuenta que por estos días el titular de la FED de Estados Unidos anunció que podrían llegar a existir mayores subas de la tasa de interés de los bonos de ese país imperialista. En tiempos de crisis, se sabe, los capitalistas buscan la rentabilidad en los instrumentos que le dan mayor “estabilidad”.

Hay que terminar con este modelo de rapiña en base a la deuda

Tanto la deuda pública en pesos como la deuda pública en dólares dejan a la vista la estafa del gobierno ante la gente. A la vez que las paritarias se cierran a la baja con respecto a la proyección de la inflación anual, los bancos cuentan con cláusulas gatillos para la timba. Este sistema deuda que se mantiene de gobierno a gobierno, en esto la grieta entre el Frente de Todos y Juntos por el Cambio no existe, es la que provoca y cataliza fenómenos económicos como la inflación, situación que principalmente afecta a los trabajadores y sectores populares, limando sus ingresos de forma permanente.

Por eso hoy más que nunca se vuelve necesario terminar con este círculo vicioso que de nada sirve para las mayorías. Empezando por la deuda del FMI, que se debe desconocer, no pagar un dólar más, investigarla y hacer que paguen los responsables de esa estafa. Como así también hay que terminar con el negocio de la banca privada, que en connivencia con los gobiernos se enriquece por medio del mecanismo de carry trade, comprando bonos con tasas de interés inexistentes en el mundo, para luego fugar el dinero en forma de dólares. Por lo tanto, además del no pago a la deuda, es imprescindible nacionalizar la banca, constituyendo una de carácter única y estatal, con el control de sus trabajadores y usuarios. Que sirva, por ejemplo, para financiar líneas de créditos baratos al servicio de la construcción de viviendas populares.

Estas propuestas sólo vienen de parte de quienes integramos el FIT-Unidad que integramos desde el MST, el resto de las coaliciones patronales han demostrado estar en favor y defensa de los intereses privados de quienes saquean el país a diario.

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